Los ojos del mundo sobre México
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 1, Oct 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Los numerosos hechos de incontenible violencia han hecho que los ojos del mundo estén sobre el país. Justo en momentos en que, en otros escenarios globales, México ha querido transmitir un mensaje de avance en materia de paz y seguridad.
Organismos, como Amnistía Internacional, Human Rights Watch, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y hasta la propia Organización de Naciones Unidas han vuelto a asombrarse con este país, que lo mismo produce decenas de muertos en un día, que cantidades brutales de desaparecidos.
Unos y otros ha expresado preocupación por una ‘‘posible ejecución extrajudicial o ajusticiamiento’’ en los casos de Iguala y Tlatlaya, y han dicho esperar ‘‘que el Estado mexicano tome medidas radicales y envíe un mensaje ejemplar’’ en materia de justicia.
Esos organismos han llegado a considerar que lo ocurrido en Iguala y Tlatlaya es de la ‘mayor gravedad’ y resulta importante que se investigue, se sancione a los responsables y se generen condiciones para la protección de las víctimas.
Todos ellos hablan de que, de no actuarse así, se estaría mandando un mensaje de impunidad que afectaría enormemente la imagen del país.
No hemos avanzando. Así como en el sexenio anterior, la preocupación sigue siendo que las fuerzas armadas aún estén siendo empleadas en tareas policiales ajenas a su mandato constitucional; que el saneamiento de las corporaciones policiales de los tres niveles de gobierno siga siendo una asignatura pendiente; que prevalezca la impunidad ante la casi totalidad de los crímenes perpetrados en la administración pasada, crímenes que durante este sexenio han iniciado una nueva cuenta.
Lamentable es que la vigencia de los derechos humanos experimente graves retrocesos. Ahí la inservible Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Sólo en este país pasa lo peor. Un diputado priísta fue asesinado en Jalisco, un dirigente estatal del PAN fue ejecutado en Acapulco y un enfrentamiento entre presuntos delincuentes dejó un saldo de 11 muertos en el municipio chihuahuense de Guachochi; en Iguala seis personas son asesinadas por la policía y 57 desaparecen como por ensalmo.
Y qué decir de las revelaciones de testimonios y documentos gráficos que indican el posible asesinato a manos de efectivos militares de 21 personas en la comunidad mexiquense de Tlatlaya.
Es otra vez la misma historia, corregida y aumentada del sexenio pasado. Nada de que se trata de excepciones ni de casos aislados.
Y por eso, los ojos del mundo puestos sobre este extravagante país.