AMLO y Creel ya se apuntaron para el 2012
Roberto Vizcaíno jueves 8, Jul 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Por su parte Creel y AMLO van por su propio carril sin plantear ni profundizar más en temas como el que hace Beltrones a quien por cierto, ante el descalabro de Ulises Ruiz, ya se comienza a señalar como el próximo presidente del CEN del PRI, cargo que deberá entregar Beatriz Paredes a su sucesor el 4 de marzo próximo
Para Andrés Manuel López Obrador y Santiago Creel no es válido aquel principio político que se resume en que, quien ya participó en un proceso electoral presidencial, debe hacerse a un lado para que vengan otros a jugar por ese cargo.
Los únicos que no han jugado este cargo y están por demás apuntados para esta contienda son Marcelo Ebrard y Enrique Peña Nieto, mientras que AMLO y Creel ya lo hicieron, uno abiertamente como candidato del PRD, PT y Convergencia, y el panista en la interna de su partido que le ganó finalmente Calderón.
Bueno, el caso es que estos dos últimos salieron ayer a indicar que van de nuevo a buscar la candidatura de sus respectivos partidos – López Obrador por Convergencia y Creel por Acción Nacional-, para luego competir por el cargo que deberá dejar vacante el panista Felipe Calderón el primero de diciembre de 2012.
Y digo que deberá dejar vacante porque para un buen número de analistas, politólogos y políticos del más alto nivel, hay indicios válidos de que Calderón podría intentar lo posible e imposible, lo legal e ilegal, para no entregar el poder.
Hay quienes incluso ven muy posible un escenario de violencia, ingobernabilidad y desestabilización alentado desde Los Pinos y con todos los recursos del Estado, con tal de no darle curso a una continuidad de la alternancia que en este caso sería que un panista entregara la presidencia a un priísta o a un político de algún otro partido ajeno al PAN.
Hace no mucho, meses, se comentó que Calderón con sus decisiones podría estar creando un escenario de ingobernabilidad y desestabilización tales que pudieran derivar en la aplicación de lo que en la Constitución General de la República se prevé como “Estado de Excepción”, lo cual le permitiría quedarse por más tiempo en Los Pinos.
Uno de quienes salieron a darle la cara a eso fue el senador Manlio Fabio Beltrones, quien advirtió que los priístas simplemente no permitirían tal posibilidad. Y no hay que olvidar que los tricolores son hasta ahora la principal fuerza política y administrativa en este país con 19 gobernadores, la mayoría de los alcaldes y diputados locales y federales y quienes tienen la mayor experiencia en el mantenimiento del poder en México.
En fin.
Por cualquier cosa que pudiera significar todo lo anterior, y la inclusión a la mesa del análisis nacional del tema de lo que significaría que Calderon estuviera urdiendo no entregar el poder, es que vale la pena retomar el artículo aparecido ayer en El Universal bajo la firma de Beltrones. Ahí el senador dice (con subrayados nuestos):
“Tras las elecciones del domingo, inquieta el riesgo latente de desandar el camino recorrido en el desarrollo de nuestra democracia. La polarización, las campañas de odio y los sucios artilugios no deben dictar el futuro. Si se trata de evitar esto, un diálogo nacional no funciona con una simple convocatoria, sin agenda, reglas ni principios, o sin expresar respeto a los actores políticos cuando se desea construir gobernabilidad.
“Bienvenido el diálogo para ajustar lo que no está funcionando tanto en la seguridad pública como en la acción de gobierno, partiendo del reconocimiento al peso político de los interlocutores, en el marco institucional establecido para la negociación política y con ideas y propuestas puntuales, muchas de las cuales ya están sobre la mesa o en el proceso legislativo.
“Discutamos los temas relevantes para el país sin dobles discursos y sin manipular los tiempos o las imágenes. Vayamos a fondo en una reforma fiscal con transparencia en los ingresos y egresos públicos y respetando el federalismo. Replanteemos la política social sin delegados federales ni la manipulación electoral de los programas de combate a la pobreza. Veamos los temas de competencia económica y telecomunicaciones con la perspectiva de Estado que garantizarían los órganos autónomos de regulación. Entremos a la reforma política para pactar las reglas de competencia, representación y convivencia, con un horizonte de gobernabilidad plural.
“Si concebimos a la democracia como un sistema más amplio que las elecciones, debemos acordar un arreglo institucional donde los avances de la pluralidad no sean pérdidas para la Presidencia de la República. Esta discusión ha estado presente en México y buena parte de las democracias del mundo, donde gobernar implica el ejercicio del poder en el contexto de sociedades altamente diversificadas y de amplia pluralidad, redes transnacionales de organizaciones civiles, actores privados de gran influencia y donde la exigencia de transparencia, eficiencia y rendir cuentas es una cuestión ineludible.
“En estas condiciones, conviene revisar cómo es que, actualmente, los diversos regímenes e instituciones políticas dialogan y resuelven estos problemas de la modernidad, trátese de sistemas presidenciales, parlamentarios o mixtos, en países en desarrollo o el mundo industrializado. Y cómo es que estos retos han modificado el ejercicio mismo de la política ante la necesidad de construir acuerdos que incorporen esta pluralidad y complejidad.
“En una perspectiva comparada, existen profundas similitudes en las agendas de gobierno de países con distintos sistemas políticos, que buscan alinear los arreglos institucionales y las formas del ejercicio del poder al ritmo que exigen sus sociedades. En este sentido, no deja de causar sorpresa el contenido del programa de gobierno de la coalición conservadora y liberaldemócrata en el Reino Unido y sus implicaciones políticas.
“En el apartado sobre reforma política del programa de la nueva coalición británica destacan, en primera instancia, las propuestas sobre una ley electoral que sería aprobada por referéndum y modificaría el sistema de voto de mayoría simple por uno que disminuya la sobrerrepresentación tradicionalmente favorable a las dos fuerzas políticas principales.
“Adicionalmente, se contemplan iniciativas sobre un sistema de representación proporcional en la cámara alta, el cambio en la organización del trabajo parlamentario en la cámara baja, un sistema de “lectura pública” de las iniciativas parlamentarias, la regulación de los prerrogativas de los legisladores, así como la introducción de mecanismos de democracia directa como la iniciativa popular, la revocación de mandato y el referéndum a nivel local.
“En vista de lo anterior, debatir sobre la desincorporación o no de la pluralidad política a la gobernabilidad del país resulta un dilema falso. El pluralismo —y la transparencia— han transformado la política en un espacio de diálogo público entre intereses diversos que es necesario conciliar y dirigir, de acuerdo al interés general. Hay que integrar las diferencias, no subordinarlas. No hay más política que el camino largo pero fecundo del reconocimiento del otro, el respeto a la diversidad y el horizonte de largo plazo, para asegurar acuerdos, diseñar políticas públicas integrales y construir una gobernabilidad plural que permita sumar capacidades para la solución de los complejos retos de la actualidad”, concluye el coordinador de los senadores del PRI.
Se trata de un mensaje de advertencia para el Presidente de la República donde le dice que si bien hay un camino inconcluso, lleno de baches, la democratización del país está a la vuelta de un acuerdo nacional que incluya no sólo la voluntad del Jefe del Ejecutivo Federal, sino de todos los actores de poder en México. La pluralidad existe y es además el factor predominante en el futuro del país.
Es decir, que la imperfección democrática en que nos movemos no significa que se puedan manipular las inconsistencias en beneficio propio o partidario porque hay quienes sí miran y analizan los hechos, y acontecimientos, y también tienen capacidad de reacción.
En todo caso lo que le plantea Beltrones son salidas para que al concluir su período lo haga dejando atrás un avance y no un retroceso en el desarrollo de México.
Por su parte Creel y AMLO van por su propio carril sin plantear ni profundizar más en temas como el que plantea Beltrones a quien por cierto, ante el descalabro de Ulises Ruiz, ya se comienza a señalar como el próximo presidente del CEN del PRI, cargo que deberá entregar Beatriz Paredes a su sucesor el 4 de marzo próximo.
De ser así, el sonorense sería quien condujera al PRI en el proceso electoral del próximo año, en que deberán elegirse 5 nuevos gobernadores (Baja California Sur, Coahuila, Estado de México, Guerrero y Nayarit), y sin duda la presidencial del 2012.
¿Cómo la ve?