Los orígenes del federalismo en México III
Nacional* viernes 26, Sep 2014- Santa Anna y la crisis del federalismo
A raíz de la caída de Agustín de Iturbide surgieron en la República dos partidos, el liberal y el conservador. Los liberales o federalistas, liderados por Miguel Ramos Arizpe, luchaban por una forma de gobierno republicana, democrática y federativa. Por su parte, los centralistas, encabezados por Fray Servando Teresa de Mier, abogaban por el centrismo y la oligarquía de clases preparadas, por lo que defendían los privilegios tradicionales.
Los liberales logran la mayoría en el Congreso Constituyente consiguiendo así la aprobación del Acta Constitutiva de la Federación, donde se establecía un Gobierno Federal y el 31 de enero de 1824, la aprobación de una Constitución Federal.
Posteriormente, Antonio López de Santa Anna lideró el movimiento centralista para regresar a ese sistema. En su ausencia, el vicepresidente, Valentín Gómez Farías, optó por emprender reformas liberales profundas, lo cual no agradó ni al grupo conservador ni al clero.
El partido liberal se dividió en los radicales y los moderados, éstos últimos se unieron al partido centralista con el fin de parar la reforma. Regresando el presidente López de Santa Anna, despidió a Gómez Farías y suspendió la reforma que iniciaba en 1833 y se postergó a 1834.
Dicha reforma volvía intocable al artículo 17 que prohibía la modificación de la forma de gobierno. Exceptuando a unos Estados, los demás apoyaban que fuera inalterable la forma de gobierno federalista.
Tiempo después el Congreso de la Nación adoptó una constitución central, las Siete Leyes o Leyes Constitucionales de 1836, las cuales acabaron de aprobarse en 1836. Con esto dejan sin efecto a la constitución federal de 1824, sepultado la autonomía de los Estados.
En la primera Ley se definían los conceptos de la nacionalidad y la ciudadanía.
La Segunda Ley establecía al Supremo Poder Conservador (encargado de vigilar que la constitución se cumpliera).
La Tercera Ley especificaba la composición del Poder Legislativo.
La Cuarta Ley establecía el Poder Ejecutivo acotando el periodo presidencial a 8 años.
La Quinta Ley demarcaba el Poder Judicial y sus integrantes.
La Sexta Ley transformaba los Estados en Departamentos sujetando a sus gobernadores a un gobierno central al ser nombrados por este y suprimiendo las legislaturas de los Estados transformándolas en Juntas Locales.
La Séptima Ley establecía variaciones de las leyes anteriores que no podrían ser reformadas hasta después de 6 años.
En diciembre de 1842, el presidente de la república, Nicolás Bravo, designó a los integrantes de la Junta Nacional Legislativa. Se eligió al General Valencia como presidente de la Junta que se instaló en enero de 1843. Este mismo año se nombra la Comisión de Bases Constitucionales teniendo como fin la elaboración de una constitución. Así las Juntas Departamentales elegían a Santa Anna como presidente y la redacción de la nueva constitución que si bien lograba logros impulsados por los liberales seguía siendo centralista. Tomaba en consideración la desaparición del Supremo Poder Conservador que se había formado en 1836. Así mismo, se reforzaba al Poder Ejecutivo al darle veto a su favor en comparación con los otros poderes, el Judicial y el Legislativo que se dividió en dos Cámaras la de diputados y la de senadores.
A raíz de las imposiciones del gobierno centralista, la arbitrariedad y el despotismo, la lucha por cambiar la forma de gobierno se agudizó y, a finales de 1844 Santa Anna fue derrocado.
Por otra parte, el territorio de Texas había sido segregado de la República e incorporado a la Unión Americana por un decreto expedido por las Cámaras de la Unión y sancionado por el Poder Ejecutivo.
Esto tuvo como consecuencia la expedición del decreto del Congreso Mexicano del 4 de junio de 1845 donde se convoca a la Nación a la defensa de la Independencia Nacional contra la cual se atentó al usurpar este territorio de la República de Texas.
El Congreso electo comienza su oposición a Santa Anna a finales de 1843 y el Presidente interino Valentín Canalizo disolvió el Congreso, el General Herrera como Presidente del Congreso lo desconoció y asumió el poder al reinstalar al Congreso. Las cámaras legislativas destituyeron a Santa Anna que consideraba que sólo la monarquía o un trono podían salvar al país de los intereses de los Estados Unidos sobre el territorio mexicano.
En agosto de 1846, el General Mariano Salas presenta una circular firmada por Valentín Gómez Farías, donde se considera traición a la Independencia los proyectos de la monarquía y se solicitaba la reunión de un nuevo Congreso Constituyente y el regreso de Santa Anna.
Para lograr ser apoyado por el grupo que lo restituía, Antonio López de Santa Anna tuvo que manifestarse como enemigo de la monarquía, un presidente liberal, demócrata y federalista.
De esta manera, el 8 de febrero de 1847 el decreto expedido por el Congreso Constituyente declara en vigor la antigua Constitución de 1824 respetando así el gobierno de la República representativa popular federal.
Se necesitaban recursos para la defensa nacional que no se tenían, por lo que el Presidente Santa Anna acudió al clero para solicitar un préstamo, mismo que le fue negado por lo que Valentín Gómez Farías dictó un decreto donde ordena la ocupación de los bienes eclesiásticos. Por su parte, los conservadores comenzaron a conspirar contra Santa Anna. El clero utilizó el dinero entonces para armar a los polkos quienes desconocieron al gobierno y comenzó una lucha entre puros que defendían al gobierno y los polkos. Santa Anna regresa al poder y destituye a Gómez Farías.
El Senado de la República a través de su mesa directiva que encabeza el senador Miguel Barbosa Huerta, ha convocado, para próximo martes 30 de septiembre, al análisis del federalismo democrático a la que asistirán los poderes de la república.