Fiestas negras
Ramón Zurita Sahagún viernes 19, Sep 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Hace unos días comentábamos que en tiempos recientes, las fiestas patrias se habían ennegrecido con la serie de tragedias suscitadas en años recientes.
Narrábamos lo sucedido el año pasado en varios estados del país, especialmente Guerrero, Sinaloa y Veracruz, provocada por las depresiones tropicales, huracanes y tormentas. Y señalábamos también las tragedias de los aviones de la Fuerza Aérea en el desfile militar y las granadas de Morelia en una noche del Grito.
Nuevamente, la desgracia hace presa de una entidad del país, originada por las fuerzas de la naturaleza que azotaron con furia el turístico estado de Baja California Sur. La capacidad de respuesta por parte del gobierno federal fue sumamente expedita y el presidente Enrique Peña Nieto se puso al frente de los operativos de auxilio.
Sin embargo, eso no fue suficiente para una población que pronto mostró las deficiencias de la ayuda humanitaria.
Los saqueos a supermercados, tiendas de conveniencia y otro tipo de establecimientos, dejaron en claro que la ayuda no fluía de manera adecuada.
Es cierto que se inició sin grandes problemas el desalojo de los turistas y que decenas de ellos fueron acercados a su destino final y otros llevados hasta el mismo, pero los turistas no son todo.
Si son los turistas el principal sostén de la economía de Baja California Sur, pero al igual que sucedió en Guerrero, ellos son los que reciben los principales auxilios dejando a la población para lo último.Los desmanes, el saqueo y otros ilícitos se han hecho presentes, en detrimento de la población de ese estado que se ha visto afectada y que, en algunos casos, perdieron todo y quedaron en el desamparo.
Es lamentable que con la experiencia del año pasado en Guerrero no se hubiese instrumentado un método de auxilio para la población damnificada y que, aún y con la presencia del Presidente, no se logren resolver las necesidades de los afectados.
Las labores de reconstrucción tardan mucho y en algunos casos nunca se producen, es una lección que recuerda que existen acciones preventivas que podrían evitar daños mayores en este tipo de contingencias.
“Odile” tomó desprevenidas a las autoridades tanto estatales, municipales como federales, las que tuvieron capacidad de reacción, pero demasiado tarde, cuando el fenómeno natural ya había ocasionado daños considerables.
La falta de agua, energía eléctrica, alimentos, medicinas y la limitación telefónica, provocaron desesperación entre la población, provocando una pequeña crisis que rebasó los márgenes de seguridad. Como nunca se había visto salieron a relucir la barbarie, el robo, el saqueo y la violencia, sin que hubiese autoridad alguna capaz de controlarla.
Los daños están a la vista y el lastre que dejan estos sucesos deben servir de ejemplo para evitarlos en lo futuro y entrar en la dinámica de la prevención para evitar que sigan produciéndose, con todo y la furia de la naturaleza que ya de por sí deja daños irreversibles en algunos terrenos.
INFORME
Miguel Ángel Mancera salió airoso de la presentación de su Segundo Informe de Gobierno.
El Ejecutivo del Distrito Federal se presentó ante la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para dar a conocer lo ocurrido en la ciudad de México en el año reciente y los proyectos futuros.
Los asuntos pendientes con Mancera iban desde el incremento en las tarifas del Metro, las fallas en el Sistema de Transporte Colectivo, las constantes inundaciones a causa de las lluvias en diferentes zonas del Distrito Federal, la falta de seguridad y la violencia, entre otros temas.
No fue una presentación tranquila, aunque Mancera pudo superar los obstáculos y contó con la presencia de varios gobernadores.
Eso sí, algunos de los jefes de gobierno que lo antecedieron en el cargo desistieron de acompañarlo, sin importar que tengan las mismas filiaciones de izquierda.
Marcelo Ebrard está distanciado del que creyó sería su pupilo, Andrés Manuel López Obrador prefiere dedicarse a lo suyo y Manuel Camacho Solís apoya a su discípulo Ebrard.
¿SE TERMINÓ EL AMOR?
Curiosa la escena vivida el pasado domingo en un restaurante de Xalapa, Veracruz.
Dentro del establecimiento comía y departía el ex senador Enrique Jackson Ramírez, uno de los principales asesores del gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Pocos clientes había en el local, por lo que llamó poderosamente la atención unos raros movimientos que se iniciaron al interior. De pronto, el encargado del restaurante se acercó a la mesa del ex senador Jackson Ramírez, lo conminó a retirarse y le levantó la botella de vino que consumía.
Al salir el asesor del gobernador, entró el propio Javier Duarte de Ochoa, quien consumió sus alimentos domingueros en ese local.
Quienes presenciaron los hechos deducen que la relación estrecha entre el gobernador y su principal asesor en materia política parece disminuida y que fue esa la razón para que se le invitara a Enrique Jackson a retirarse del restaurante.
REGRESÓ MENA
Diez días bastaron a Jesús Mena para arreglar sus asuntos pendientes y reincorporarse a sus tareas al frente del deporte mexicano. El medallista olímpico se reincorporó como mandamás de la Conade, regresando a su puesto original Carlos Acra, quien lo sustituyó en ausencia.
Jesús Mena no llegó solo, ya que el periodista Emilio Trinidad Zaldívar, de amplia trayectoria en los medios y oficinas de comunicación social, fue designado al frente de la oficina correspondiente del deporte nacional. A Mena le urgía un profesional en la materia, para orientar la información y dar a conocer los avances que tiene el deporte en todas sus disciplinas.