Germán Larrea, ¿El Chapo del sector económico?
Roberto Vizcaíno viernes 19, Sep 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Los diputados hacen un puntual registro de las tropelías y engaños del empresario
- Piden al gobierno de la República, castigo ejemplar y cancelar la concesión
- Larrea, mientras tanto, vive en La Toscana, Italia, rodeado de vides y buenos vinos
Cualquier acercamiento al perfil o una leve lectura de los antecedentes de Germán Larrea, le deja a uno la sensación de estar viendo al clásico villano de cualquier caricatura infantil.
Ese personaje oscuro, con capa negra y nariz afilada, ojos saltones, que se soba las manos ideando el siguiente maleficio en contra de los humanos a su alrededor.
La única cuestión es que Germán Larrea Mota de Velasco no es una caricatura. Es un personaje real y como tal se acerca más al perfil de Joaquín “El Chapo” Guzmán que al de cualquier maloso de nuestras praderas.
Si bien “El Chapo” trafica con drogas cuyos efectos son nefastos para un segmento importante de la población nacional y extranjera, Larrea trafica a través del Grupo México con concesiones mineras y con participaciones en la Bolsa de Valores, donde interviene en varias áreas de la economía siempre para exprimir a sus trabajadores y para explotar literalmente recursos naturales.
De sus malos alcances y peores actuaciones da cuenta la Comisión Especial Legislativa para dar Seguimiento a la Problemática Generada por el Derrame de Diversas Sustancias Contaminantes en los ríos Sonora y Bacanuchi.
Esta comisión, que es presidida por el diputado tamaulipeco priísta Marco Antonio Bernal y a la que pertenecen otros 6 legisladores en representación de todas las fracciones de la Cámara de Diputados, rindió en días pasados su primer informe sobre los hechos derivados del derrame el 6 de agosto pasado de 40 mil metros cúbicos de lixiviados de sulfato de cobre en el río Bacanuchi, afluente del río Sonora que descarga sus aguas en las presas El Molinito y Abelardo L. Rodríguez.
Este derrame como ha sido ampliamente difundido afectó a los muncipios de Arizpe, Benámichi, Huépac, Aconchi, Baviácora, San Felipe de Jesús y Ures, en los cuales viven unas 24 mil personas.
Del contenido del informe que suma 42 páginas, vale la pena retomar dos párrafos que dan cuenta de lo que es Larrea y su Grupo México, según los diputados de todos los partidos:
“El estado de Sonora y sus habitantes no se han beneficiado de la explotación de sus recursos naturales. La extracción de sus riquezas minerales no ha ayudado a elevar el nivel de vida de los sonorenses. La empresa Grupo México y su filial la mina Buenavista del Cobre S.A. de C.V., lejos de actuar como una empresa responsable, respetuosa del medio ambiente y solidaria con la población de la zona ha puesto en riesgo la vida humana, el entorno ambiental y el desarrollo económico de la región.
“Una mina que reporta ganancias de 4.4 millones de dólares diariamente, que cuenta con un historial negativo y de impunidad, que no protege la salud de sus trabajadores y cierra centros hospitalarios (Hospital del Ronquillo), que no respeta sus derechos laborales y que no contrata personas de Cananea y exhibe letreros discriminatorios en las puertas de sus instalaciones, no puede ser considerada en México como una empresa responsable”.
En su amplio informe los legisladores develan el impacto emocional que les causó entrar en contacto no sólo con las zonas afectadas por el derrame, sino por los testimonios recogidos de los habitantes de la zona y de los trabajadores y ex trabajadores de la mina.
El relato es impresionante: un medio ambiente absolutamente afectado por el derrame que, de acuerdo a los expertos, tardará cuando menos 5 años en comenzar a recuperarse.
Pero lo más dramático es el largo testimonial vivo de sus pobladores quienes llevaron a los diputados a los lugares donde la misma empresa había hecho otros derrames similares en años anteriores sin que hubiera ninguna respuesta de autoridad alguna.
Los diputados fueron testigos de cómo el tubo, de donde salió el derrame altamente tóxico el 6 de agosto pasado, sigue exactamente igual, sin reparación alguna por parte de la empresa.
Y fueron testigos de primera mano de los engaños y mentiras de la empresa que intentó cubrir y desviar su responsabilidad en terceros, cuando era inocultable la responsabilidad propia.
Todo un testimonial que llevó a la Comisión a proponer a la Cámara de Diputados pedirle al Presidente de la República, aplicar un castigo ejemplar jurídico, civil, económico y penal a Grupo México y retirarle la concesión.
Pero gran parte de esto y más ha sido ya abordado ampliamente en otros espacios.
GERMÁN LARREA
Lo impresionante es saber que Germán Larrea surge con Grupo México hace más de 50 años, primero como una empresa de la construcción que pasa luego a la explotación de fundos mineros.
Es Carlos Salinas quien le da el jalón definitivo a la creación de una posición que según Forbes lo coloca como el tercer hombre más rico en México, con una fortuna valorada en 13 mil millones de dólares.
Salinas le otorga a inicios de los 90 las dos concesiones más importantes: la de Cananea y La Esperanza.
Ambas representan el depósito más grande de cobre en el mundo y la tercera explotación más redituable en el orbe.
Tan sólo de la mina Buenavista del Cobre, de donde se dio el derrame, Larrea obtiene 1,584 millones de dólares al año. Y tiene explotando esa mina desde hace 24 años.
Es sabido en el medio empresarial que Germán Larrea se deja ver poco. No hay videos ni fotos recientes de él.
Y es que este empresario que explota minas en Perú –donde además tiene una refinería y una fundición en la frontera con Chile–, y que es dueño de la empresa estadounidense Asarco, y la Southern Copper Co., casi no está en México.
Él vive en un castillo rodeado de vides en La Toscana, Italia, de donde se desplaza de vez en vez a alguna parte del mundo, casi poco a México.
Hoy, Lerrea, cuya empresa Grupo México fue la responsable del desastre de Pasta de Conchos, Coahuila, donde el 19 de febrero de 2006 murieron y quedaron enterrados 65 mineros, y que es también responsable del accidente de Charcas, en San Luis Potosí, donde años después fallecieron otros 5 mineros, tiene grupos de exploración minera en Chile, Argentina y Australia.
Pero Grupo México no sólo atiende cuestiones de minería, no. Uno de quienes ha trabajado con él es Luis Téllez, quien ahora desde la presidencia de la Bolsa de Valores dedica una parte a aplicar la fortuna de Germán Larrea en bonos y valores en amplios sectores de la economía mexicana.
En Estados Unidos estas operaciones las realizan en la Bolsa de Valores de Nueva York los encargados de Asarco y la Southern Copper Co.
Germán Larrea es un sólo personaje. Y es igual aquí y en donde viva, no puede ser otra cosa. Y como tal también tiene problemas por cuestiones ambientales en sus empresas en Estados Unidos, cuyas autoridades le han impuesto severas y cuantiosas multas de varios miles de millones de pesos.
Allá también enfrenta un juicio por fraude debido a un mal manejo durante la adquisición de Asarco.
Trácala internacional, Larrea enfrenta también un juicio por fraude aquí en México debido a que varios inversionistas mexicanos radicados en Londres, adquirieron valores de Grupo México a través de la Bolsa de Valores, pero Larrea nunca se los dio.
Así de simple: ingresa miles de millones de dólares por las minas mexicanas y además se queda con el dinero de inversores.
Este es un somero perfil de Germán Larrea, el tercer hombre más rico de México, ese que vive en su castillo de La Toscana mientras sus trabajadores aquí mueren contaminados porque usan mascarillas de papel y no tienen hospitales donde se les atienda.