Llegó la consultitis
Roberto Vizcaíno miércoles 17, Sep 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- No pocos mexicanos creen que con consultas populares se puede sustituir al Congreso de la Unión
- Los 4 procesos en juego advierten un caos en las elecciones del 7 de junio de 2015
- El PAN llega a sus 75 años de edad penetrado por tribus y corrientes internas
Inconformes con todo, incrédulos de los resultados de cada proceso, pero absolutamente incapaces de buscar entender reglas y procedimientos, los mexicanos estamos a punto de inaugurar una nueva etapa en nuestra vida pública: la de las consultas populares.
Se les ha hecho creer que es una línea fas-track para aprobar, rechazar, o modificar, decisiones del Congreso y del gobierno. ¿No estás de acuerdo con la reforma tal o cual, o con que el Presidente o el gobernador o la Suprema Corte hayan decidido eso que tu mesías tropical dice que es pésimo para México? Bueno, no te preocupes, vamos a la consulta popular para echarlo atrás.
Sin saber bien a bien para qué sirve el Senado de la República o a quién representa la Cámara de Diputados, ni cuáles son los calendarios y mecanismos internos de cada cámara, el mexicano promedio cabalgado por su mesías preferido reniega una y otra vez de las decisiones de unos y otros legisladores.
Es común que no pocos mexicanos se dejen arrastrar cada vez más por los líderes políticos y sus alfiles, para exigir que se abra un debate ciudadano sobre tal o cual iniciativa o reforma que se tramita ya sea en el Senado o en la Cámara de Diputados.
Y una vez votada la reforma –por ejemplo la energética, hacendaria o educativa–, alegan actitudes antidemocráticas.
Toda una distorsión inducida desde los mismos grupos dirigentes de los partidos de oposición, que saben bien cuáles son las funciones y alcances de cada cámara.
Nosotros aquí sólo señalaremos lo básico:
Cada senador representa los intereses de su estado,
Y cada diputado a los ciudadanos de su distrito.
Por eso a los diputados se les denomina “representantes populares”. Y cuando los diputados votan, lo hacen en representación de los ciudadanos. Eso lo debieran saber los ciudadanos, pero no, no lo saben…
Entonces que un diputado exija una consulta popular sobre una decisión de su cámara, es jugarle al tío lolo. Es en buena medida anularse a sí mismo. Es decir que la representación ciudadana que ejerce no es real.
Pero como a la mayoría de los mexicanos ni le interesa saber esto ni quiere que se lo expliquen, entonces ahora vienen las consultas populares.
CUATRO EN FILA
Así hoy todos los líderes políticos han comenzado a jugar a la consulta popular.
El que abrió la puerta fue el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas quien, apenas planteada la reforma energética, propuso de inmediato una consulta popular para echar atrás, revertir la reforma que apenas iba a ser discutida.
Entendido el juego, el presidente del PRD y los suyos se unieron a Cárdenas y engrosaron la consulta.
La consulta popular, que está establecida en la fracción octava del Artículo 35 de la Constitución, no está reglamentada. Es decir el derecho existe, pero no se ha definido cómo debe ser ejercido.
La consulta debe realizarse junto a una elección federal. Es simple, es la única forma en que todos los electores que acudan a ese proceso puedan expresarse también en la consulta.
La consulta puede ser promovida por el Presidente de la República, por las dos terceras partes del Senado o la Cámara de Diputados o por el 2 por ciento de los mexicanos registrados en el padrón electoral.
La consulta sirve para que los ciudadanos se expresen en relación a “temas de trascendencia nacional”… pero no es materia de consulta popular “la restricción de los derechos humanos, los asuntos del presupuesto (ingresos y gastos del Estado), las cuestiones electorales y de seguridad nacional”.
La Suprema Corte es la que dictamina si procede o no la consulta luego de que el INE verifica el cumplimiento de los requisitos.
Dentro de este contexto el juego de las consultas se convirtió rápidamente en una guerra de poder entre los partidos.
Así el que iba ganando a fines de la semana pasada es el PRI quien logró reunir 5.5 millones de firmas ciudadanas para promover su petición de consulta popular a fin de que los mexicanos decidan si se debe o no recortar 100 diputados pluris y 32 senadores de representación.
Le sigue el PAN que con 2.5 millones de firmas promueva su consulta para que se fije un salario mínimo en México, suficiente para cubrir todas las necesidades de una familia promedio.
Atrás quedaron los promotores iniciales, PRD-Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador y Morena, quienes entregaron 2 millones de firmas cada uno.
El PRD para que en una consulta los mexicanos digan si se deben o no mantener las reformas al sector energético.
AMLO y Morena por su parte piden una consulta para que los ciudadanos digan si se debe otorgar o no contratos y concesiones a particulares nacionales y extranjeros para explotar petróleo, gas, refinación y petroquímica e industria eléctrica.
Se supone que cada una de las consultas enumeradas aquí, deberá realizarse junto con las elecciones del 7 de junio próximo en que los mexicanos deberemos renovar a la Cámara de Diputados, y en las que los habitantes del DF deberán votar por 16 nuevos delegados y la renovación de la Asamblea Legislativa del DF.
Ese mismo día en 9 estados se elige a nuevo gobernador y en 17 entidades a cientos de alcaldes y diputados locales.
Es decir, el panorama se ve muy complicado. En aquellos lugares donde se vote por todo lo antes descrito, los ciudadanos van a tener tantas boletas de distintos asuntos en sus manos, que va a provocar cierto caos y confusión.
Así que la inauguración de la consultitis podría ser debut y despedida.
Y no quedaría más que tener confianza en el Congreso.
PAN CUMPLE 75
En estos días patrios, Acción Nacional cumple 75 años de edad. Parece que poco hay que celebrar por este acontecimiento.
Hoy el segundo partido más antiguo en México vive la confrontación interna de tribus, la expresión de algunas corrientes y el jaloneo y todo tipo de zancadillas entre sus personajes dominantes.
Dominado por escándalos morales, confrontaciones y divisiones que cimbran sus bases, el PAN encabezado por el chihuahuense Gustavo Madero pretende hacer creer que no pasa nada y que sus estructuras están listas para competir por arrebatarle la mayoría de escaños al PRI y al PRD en la siguiente legislatura en San Lázaro.
La verdad es que va a ser muy, pero muy difícil sacar adelante una lista cohesionada de candidatos a todos los cargos que estarán en juego en las elecciones del domingo 7 de junio próximo.
Son tan fuertes y profundas las divisiones, los conflictos, las enemistades personales, que nomás no se ve cómo puedan conjugar los intereses en juego.
Tan profundas son las rivalidades al cumplir estos 75 años, que nadie podría atreverse a pronosticar cómo será el festejo de los 76 años en septiembre de 2015.