Guillermo Padrés ¿político?
¬ Alejo Sánchez Cano lunes 15, Sep 2014Como veo, doy
Alejo Sánchez Cano
Vaya lío mediático y legal el que se ha armado en torno al gobernador de Sonora, el panista Guillermo Padrés Elías. Este personaje de la política está en el ojo del huracán informativo y tiende a dar aún más de qué hablar que los propios fenómenos naturales que se están originando en esta temporada de huracanes y ciclones. Y es que cuando por diversos medios se habla de él y lo identifican como político, coincidimos con quienes opinan que el término de “político” le queda demasiado grande, por lo que en este caso no se puede hablar de un político y si tal vez hay una palabra que lo describa o le quede como traje a la medida sería el de “corrupto”. Y que conste que es un vocablo que con su actuación Padrés se lo ha ganado con creces. Veamos: Al revés y al derecho, nos dio una muestra de su falta de oficio político al expulsar a funcionarios federales, representantes de la Semarnat, Profepa y Conagua, del Comité de Atención de la Emergencia (COE) y no contento con dicha acción hasta se atrevió a solicitar al gobierno federal la destitución de dichos funcionarios, todo ello bajo el pretexto de que éstos no atendieron oportunamente la contaminación del río Sonora, situación provocada por la empresa Buenavista del Cobre en los primeros días del mes de agosto de este año, cosa que por los daños provocados a la población del lugar podríamos pensar que la acción del mandatario estatal se quedó corta ante tal emergencia.
Pero la realidad es otra, paralelo a la atención que el gobierno federal presta a esta situación de grave impacto al medio ambiente local, los representantes de la Semarnat, Profepa y Conagua hicieron un pronunciamiento oficial sobre la construcción de una presa que acumulaba una cantidad aproximada de agua cercana a los 4 millones de litros y denunciaban que al parecer ésta carecía de los permisos federales correspondientes, lo que de confirmarse tal irregularidad anunciaban la posible demolición de dicha obra.
Lo grave del asunto, es que en el seguimiento de las investigaciones de esta aparente irregularidad los funcionarios federales corroboraron que la obra fue realizada en beneficio de un rancho propiedad del gobernador Padrés Elías. Ante esta situación, es de imaginarse el enojo y berrinche del funcionario estatal, quien en su soberbia sólo se le ocurrió solicitar la destitución de los funcionarios federales, en lugar de aceptar las fallas propias.
Sobre la presa en cuestión se han publicado algunas fotografías aéreas y por las dimensiones observadas nos hace pensar que se trata de una obra que se construyó no en un año, ni en dos, por lo que entonces se puede concluir que la irregularidad detectada proviene de la administración federal que encabezó el presidente Felipe Calderón y desde cualquier ángulo que se le mire se perciben diversos grados de corrupción en los permisos de construcción, el costo de la obra, el uso del suelo, etc. etc. Esa es la verdadera realidad que tendrá que enfrentar y explicar el gobernador, lo demás son pretextos para tratar de desviar la atención pública sobre la presa que construyó para su rancho. Reiteramos, a Padrés Elías no se le nota por ningún lado su oficio político pero sí muchos grados y niveles de corrupción.
LAS CARTAS HABLAN.- Denuncias públicas señalan que el referido ranchito del gobernador aumentó su valor de 5 millones a 432 millones de pesos en los cinco años que van del sexenio panista, que cuenta con siete pozos, un sistema de riego por goteo, tiene electrificación y dos reservorios de agua. Por supuesto, con la obra detectada la plusvalía de dicha propiedad seguramente debe ser mayor, eso lo sabe su propietario y por eso su guerrita mediática contra los funcionarios federales, pero tarde o temprano se tendrá que dar cuenta que “el que se lleva se aguanta”.
Por lo pronto, la dirigencia local del Partido del Trabajo ya anunció que presentará una denuncia para que se investigue cuánto costó la construcción de un embalse de concreto hidráulico con capacidad de 4 millones de metros cúbicos, además de un acueducto de 7.5 kilómetros, que supuestamente sirve para irrigar 700 hectáreas de cultivos de nogal en esa zona.
Por cierto, el mandatario estatal reconoció que en su rancho familiar El Pozo Nuevo existe un acueducto, pero que “es parte de la misma obra de desfogue del agua para que salga, es parte de lo mismo”. Ajá, le contestaron sus paisanos.
PASO SIN VER.- Sobre los funcionarios expulsados y declarados “non gratos” por Guillermo Padrés, éste señala que “los señores delegados han actuado con tintes políticos y no técnicos como lo deben de hacer”. De risa, el sonorense ve en otros el oficio político que a él le falta.
VA MI RESTO.- A propósito de la contaminación del río Sonora, el gobierno de la República anunció la creación de un fideicomiso por parte de la empresa responsable del derrame tóxico por la cantidad de 2 mil millones de pesos, con la finalidad de asegurar que éste cubra los daños causados al entorno, a las personas y a sus bienes, sin dejar de observar que dicha empresa estará obligada a cumplir con cualquier medida correctiva ordenada por las autoridades competentes.
Para atender desde el lugar de origen el asunto, el presidente Enrique Peña Nieto designó una comisión de trabajo integrada por funcionarios federales (Segob, Semarnat, STPS, Sagarpa y Profepa) a quienes instruyó llevar a cabo acciones inmediatas y eficaces para evaluar y subsanar los daños causados en ese lugar. Acciones como las anunciadas por el gobierno federal no sólo son apegadas a derecho, sino también una lección para Guillermo Padrés Elías, quien lejos de comportarse como gobernador anda por todo Sonora como dicta una popular canción, “echando mano a sus fierros como queriendo pelear”.