Corruptos, pero no tanto
¬ Juan Manuel Magaña lunes 8, Sep 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Una pésima salida le quiso dar Gustavo Madero al tema de la corrupción moral generalizada que vive su partido, reflejada en la larga cadena de escándalos que sus “distinguidos” integrantes han protagonizado en las últimas semanas, meses, años y ya lustros.
De Vicente Fox (y su inseparable Martita) a Felipe Calderón (y sus esbirros Juan Camilo, Germán Martínez, César Nava, Javier Lozano, el cuñado incómodo, Alejandra Sota, Patricia Flores), y gente como Jorge Luis Preciado y Luis Alberto Villarreal, ni a cual irle.
Lo que han hecho es público, innegable e imperdonable.
Así que Madero se queda muy corto cuando trata de minimizar el pasado reciente con el mal razonamiento de que “como en toda comunidad humana, en el PAN hay actos de corrupción”. Parece como si quisiera decir que si en el PAN no incurrieran en la corrupción, los panistas serían anormales y eso sí que estaría mal a los ojos de una sociedad en la que la corrupción es más bien una cualidad en vez de un defecto.
Siempre escurriendo el bulto, rechazando cualquier responsabilidad, al iniciar la tercera sesión extraordinaria del Consejo Nacional del PAN, el dirigente Gustavo Madero dijo que en las encuestas el PRI aparece como el más corrupto y eso es lo que este partido trata de revertir con una guerra de narrativas en contra del blanquiazul.
¿Qué espera Madero que entienda la sociedad? ¿Que porque el PRI tiene diez en corrupción y el PAN tiene nueve, la cosa no es tan grave y son exageradas e injustas las críticas hacia los “honorables” integrantes panistas y al PAN en su conjunto?
Y luego a matar al mensajero: dijo que su partido enfrenta una prensa dispuesta a poner en primeras planas trascendidos de acusaciones sin denuncias, delitos sin testigos ni testimonios, cobardes difamaciones sin voz ni rostro para alimentar la política del espectáculo y de la trivialización, donde lo que menos importa son las posiciones ideológicas y políticas.
Agregó: “No importa si es cierto, lo importante es publicarlo y dar la percepción de una imagen, de una idea”.
En la entrega del pasado viernes de esta columna, decíamos que “Bueno, pero los panistas están entusiasmadamente esmerados en exhibir su podredumbre, que no es poca. Ayer (el jueves) el coordinador de los senadores panistas, Jorge Luis Preciado, trató de minimizar el nuevo escándalo que él mismo protagoniza con su compañero y ex vicecoordinador, José María Martínez Orozco; éste acusó a aquél de haberle ofrecido medio millón de pesos en diciembre pasado a cambio de que respaldara las iniciativas del gobierno y el PRI”.
Agregamos: “Además, otro senador, Martín Orozco, aseguró ante sus compañeros que Preciado lo invitó a una fiesta con sexoservidoras, y dijo que no es posible que el grupo parlamentario tenga un coordinador que se dedica a promover estas fiestas y a construirse un castillo como residencia”.
Las palabras recientes de Madero aludieron a este nuevo escándalo, no es que hayan surgido de la nada. Pero como pretendiendo negar los hechos, exigió que se presenten denuncias ante la autoridad, pues de lo que se está hablando es de delitos no de trivialidades.
Y fue entonces cuando mejor optó por la retórica, al no negar que en este instituto como en toda comunidad humana, se lleguen a presentar actos de corrupción o comportamientos individuales licenciosos, “pero los panistas siempre hemos luchado por combatirlos y por demostrar que el partido es una realidad distinta”.
Bueno, si todo ha sido “trascendidos”, “trivialidades” y “cobardes difamaciones”, entonces que Madero nos diga de dónde saca que entre las blancas palomas del PAN se han llegado a presentar actos de corrupción, aunque no tan abominables como a los que nos tienen acostumbrados los priístas. ¿Traición del subconsciente o qué?