La foto
Roberto Vizcaíno jueves 4, Sep 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- La escena del presidente Enrique Peña Nieto flanqueado por Barbosa y Aureoles marcó un parteaguas histórico
- En el fondo existen muchas decisiones que definirán el reparto del poder en México
- La feria de consultas populares advierte que terminarán en un gran enredo y confusión ciudadana
¿Qué fue lo más importante del mensaje del Segundo Informe del presidente Enrique Peña Nieto?
La interrogante es procedente porque muchos son los mensajes que se desprenden del mensaje presidencial del martes 2 de este septiembre…
No recuerdo –y vaya que he asistido a informes y mensajes presidenciales en los últimos 45 años de mi vida periodística–, otro acto con tantos contenidos como el del martes pasado.
Y que nadie se confunda, no hablo del acto plano, demasiado formal, cuadrado dirían los chavos, en el que el patio central de Palacio Nacional se convirtió en el más grande set de televisión que tampoco haya visto antes.
No, de lo que hablo es de los contenidos y las acciones.
Y en este espacio, la imagen en que se ve por apenas algunos minutos –lo que duró el Himno Nacional–, al presidente Enrique Peña Nieto con los perredistas Miguel Barbosa a su derecha y a Silvano Aureoles a su izquierda, quedó para LA FOTO DE LA HISTORIA.
De esa breve pero importantísima imagen se desprenden muchos promisorios e interesantes mensajes.
Primero: y aunque suene reiterativo, muestra a dos perredistas simultáneamente como líderes del Senado y la Cámara de Diputados, cuando hace apenas unas semanas estaban casi levantados en armas y acusando de traidores a los legisladores por haber aprobado la reforma energética.
Segundo: los muestra justo al lado de un Presidente de la República que porta la banda institucional, lo cual indica la aceptación de las normas institucionales.
Tercero; es una escena que deja atrás, superada, aquella disputa abierta entre la izquierda y las presidencias de la República surgidas del PRI, luego del supuesto fraude electoral de 1988, que derivó en la creación del PRD, y que originó todos los cambios y reformas políticas posteriores incluida la de este año que modificó de nuevo todas las instituciones y normas electorales.
Cuarto: fue darle paso, consolidar a una izquierda institucional, civilizada –que no sometida, domesticada o doblegada–, progresista, que quiere acercarse a la posición de la socialdemocracia europea, una de respeto a los acuerdos.
Quinto: significó darle paso a esta izquierda que con este acto se ha sobrepuesto a la izquierda radical que inunda de pancartas, asaltos de tribuna, de denostaciones y adjetivos a sus contrarios, de discursos catastrofistas, amenazas, movimientos callejeros violentos, acciones rupturistas, que no respeta ningún acuerdo –ni siquiera entre las diversas corrientes de ellos mismos–, y que se opone a todo.
Sexto: fue sin duda una jugada de gran profundidad convenida entre las partes, Peña Nieto y dirigentes del PRD, para darle fuerza, aire, soporte popular a esta izquierda moderna que requiere el avance el país ante el ingreso de Andrés Manuel López Obrador con su Morena a las contiendas electorales y al reparto institucional del poder. Fue darle la oportunidad a esta izquierda representada por el PRD —Los Chuchos–, de consolidarse ante sus electores como una opción real de gobierno, como una fuerza política que puede utilizar sus posiciones de poder para impulsar programas, políticas, acciones, recursos en beneficio de los ciudadanos… y con ello a su vez obtener votos. Una jugada que le da una ventaja al PRD para distanciarse definitivamente de Morena y AMLO, es decir, del radicalismo que lo anula todo, que se opone a todo.
Séptimo: fue darle paso, consolidar una Presidencia de la República plural, respetuosa de las oposiciones, a una Presidencia que sabe escuchar y, en beneficio de la nación y los mexicanos, actuar junto a quienes incluso han calificado de traidor a la patria al mandatario.
En fin, la foto central del acto del martes 2 de septiembre, fue el preludio de otras muchas fotos que se tomarán en los días, semanas, meses siguientes y que serán ya “normales” dentro de los actos oficiales que encabezará el presidente Peña Nieto y en los que Barbosa y Silvano estarán a su lado.
Eso lo veremos en los actos del 15 y 16 de septiembre.
Pero eso será posible sólo porque ocurrió la primera, la del mensaje del Segundo Informe del Presidente Enrique Peña Nieto y porque en ella quedaron Barbosa y Aureoles, presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados.
FERIA DE CONSULTAS
Hasta hoy hay 5 consultas populares en proceso: las coincidentes pero no iguales del PRD y AMLO contra la reforma energética; la del PRI para eliminar 100 diputados y 32 senadores pluris y las de Gustavo Madero y el PAN y la del jefe de gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera para modificar y elevar el salario mínimo.
La mayoría de ellas pararán en la Suprema Corte de Justicia, cuyos ministros deberán decidir si proceden o no para ser resueltas el domingo 7 de junio del 2015, al parejo de las elecciones federales para diputados federales.
Estas exigencias de consultas populares corren a pesar de que sus promotores saben que el precepto constitucional que las concibe, no está todavía reglamentado y por lo tanto no existe la cancha en que se puedan realizar.
Se supone que cada consulta, para que sea posible, requiere del apoyo de 2 millones 356 mil 664 mexicanos quienes deben firmar esta petición y aportar sus datos personales.
Ayer, en uno de sus primeros actos como presidente de la Cámara de Diputados, el perredista michoacano Silvano Aureoles recibió en San Lázaro al presidente de su partido, el PRD, Jesús Zambrano quien llegó acompañado por el fundador del mismo, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano quien a su vez llegó acompañado por la maestra Ifigenia Martínez y otros perredistas.
El acto fue calificado por Aureoles como histórico porque en él se recibieron formalmente tanto la solicitud para la consulta contra la reforma energética como las firmas que avalan una consulta popular.
“Este hecho marca sin duda el inicio de una nueva etapa en la vida institucional y en la vida política de nuestro país, al tener ahora ya los ciudadanos en sus manos un instrumento fundamental, como lo es la consulta popular”, dijo Aureoles.
El mismo Aureoles tendrá ahora que recibir en actos y con pronunciamientos similares las peticiones y firmas del presidente de Acción Nacional, Gustavo Madero quien promueve una consulta para modificar y elevar el salario mínimo.
Asimismo deberá recibir las que le lleve el jefe de gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera con el mismo fin que el anterior.
Y de igual forma deberá recibir las de Andrés Manuel López Obrador y Morena contra la reforma energética y las que le entregue César Camacho, líder nacional del PRI para disminuir en 100 diputados federales y 32 senadores la plantilla de pluris en ambas cámaras.
Toda una feria de consultas que advierte que va a generar una gran frustración cuando la Suprema Corte de Justicia deseche algunas o quizá todas.
O que si decide aprobarlas va a causar un enrdedo entre los electores quienes ese domingo 7 de junio próximo no sólo deberán decidir por qué candidato votar sino además que consulta apoyar o rechazar.