El hipotiroidismo en el adulto mayor
Salud viernes 29, Ago 2014Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- Apnea del sueño y ronquidos, síntoma común
- En 85% de los casos de hepatitis “C” se desarrolla cirrosis hepática
El doctor Alejandro Sosa Caballero, Coordinador del Grupo de Trabajo en Tiroides de la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología asegura que el hipotiroidismo puede presentarse en el adulto mayor, especialmente si el descenso en la función tiroidea es gradual.
Los familiares creen que por la edad es normal el cansancio, la apariencia de hinchazón, piel seca o amarilla además de hipertensión, disfunción muscular, depresión, alteración de la memoria, fatiga, estreñimiento y anemia.
La prevalencia de hipotiroidismo es de 3 a 10% en la población en general, aumenta con la edad, y es mayor en mujeres. Pero después de la sexta década de la vida, la prevalencia se iguala en ambos sexos.
Aumenta el riesgo si hay antecedentes familiares con problemas tiroideos o que se han sometido a operaciones de tiroides. La terapia de reemplazo con hormonas tiroideas puede mejorar la función cardiaca, disminuir la intolerancia al frío, aminorar la incidencia de depresión y demencias, e impactar positivamente en su calidad de vida.
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El doctor Joseph Kaplan, de Neumología y Cuidados Intensivos, de Mayo Clinic de Jacksonville, Florida, explica que la apnea del sueño es una enfermedad grave en la que la respiración se detiene por momentos en repetidas ocasiones durante el sueño y los ronquidos fuertes son un síntoma común. Hay varias medidas que se pueden tomar al respecto.
Si el problema es sólo el ronquido, existe la máquina CPAP que alivia la apnea del sueño porque aplica presión de aire a través de una mascarilla colocada sobre la nariz de la persona mientras duerme y ofrece una presión de aire algo mayor que el aire ambiental, por ello, mantiene abiertas las vías respiratorias superiores y evita tanto la apnea como los ronquidos.
Añadir humidificación térmica a la máquina o reducir ligeramente la presión de la misma podría hacerla más tolerable. Otro aparato es la unidad de presión positiva sobre las vías respiratorias de dos niveles (BIPAP, por sus siglas en inglés) que aplica más presión con la inhalación y menos con la exhalación, por lo que suele tolerarse mejor que la máquina CPAP.
Una opción más es un dispositivo diseñado para deslizar la mandíbula inferior hacia adelante con el fin de mantener abierta la garganta. Este tipo de dispositivo no es igual de confiable que la máquina CPAP, pero suele ser más cómodo. También se puede intentar con las válvulas nasales, que son unos pequeños dispositivos desechables que se colocan sobre cada foso nasal y permiten que el aire fluya con libertad, aumentan la presión sobre las vías respiratorias y las mantienen abiertas debido a que en cada exhalación el aire debe atravesar por los pequeños orificios de la válvula.
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Los pacientes portadores de hepatitis “C” pueden presentar cirrosis hepática y cáncer de hígado, hasta 30 años después de haber adquirido la infección. Es necesario el diagnóstico temprano para recibir tratamiento oportuno, por lo que resulta esencial realizarse la prueba de hepatitis “C” para detectarla, señala la doctora Ruby Chirino, especialista en gastroenterología.
En 85% de los casos de hepatitis C existe un mayor riesgo para desarrollar cirrosis hepática.
También esta enfermedad, puede provocar, en 25% de los casos, cáncer de hígado. Los síntomas entre otros son: pérdida de apetito, dolor abdominal, náuseas, orina de color obscuro, ictericia (color amarillento en la piel y ojos), vómitos, dolor en las articulaciones y cansancio, aunque en el 80% de los casos no se manifiestan de manera inmediata. Por su parte, la doctora Margarita Dehesa Violante, miembro activo de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática (FundHepa), detalla los factores de riesgo: haber recibido una transfusión sanguínea o derivados como plasma; factores de coagulación; hemodiálisis; tener piercings, tatuajes o usar frecuentes tratamientos de acupuntura, e incluso de podología, pues normalmente ocurre cuando los instrumentos médicos, agujas o jeringas se encuentran contaminados o no tienen una esterilización apropiada.