Decadencia
Francisco Rodríguez miércoles 27, Ago 2014Índice político
Francisco Rodríguez
La Arquidiócesis consideró que las manifestaciones públicas a favor de delincuentes son producto de la intimidación de los grupos criminales a la ciudadanía y del dinero capaz de comprar voluntades”. La Iglesia católica dijo que “hemos llegado a la decadencia moral.
La pregunta, ahora, sería si ya llegamos al límite que nos coloque en la decadencia moral, pues en distintas cabeceras municipales de Sinaloa hubo manifestaciones de apoyo a Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Personalmente creo que no. Aunque también veo que no nos falta mucho para convertirnos en el “país de cínicos” que augurara en su momento José López Portillo cuando era presidente.
Pero de ahí a intentar convertir a Guzmán Loera en un capo de culto, como lo fue en su momento Pablo Escobar Gaviria para la sociedad más pobre de Colombia, creo que todavía hay una gran distancia.
Aunque hay paralelismos. Uno de ellos, el más destacado, ubica a Escobar —en palabras de Rafael Croda— como un personaje que “para las autoridades colombianas y para el mundo era un asesino sin escrúpulos, el jefe de un poderoso cártel que puso en jaque al Estado. Para los habitantes de los barrios más pobres de Medellín, en cambio, el capo fue un benefactor a quien rinden culto y al cual han convertido en un santo, como ocurrió con Jesús Malverde en Sinaloa. A 20 años de la muerte del patrón, su tumba es ahora un lugar obligado de peregrinación.
Algo así sucedió con el edificio de departamentos sobre la mazatleca avenida del Mar, donde fue reaprehendido “El Chapo”. Lo han convertido en un sitio turístico, ante el cual los paseantes y los lugareños se toman fotografías. ¿Es esto muestra de la decadencia moral?
Primero lo tomaron a broma. Luego, Mario López Valdés “Malova”, dijo haber sido sorprendido. Ahora, las dizque autoridades sinaloenses informan que se investigó la identidad de los organizadores de las marchas que en Culiacán, Guamúchil y Salvador Alvarado organizaron los seguidores y, supuestamente, los familiares de Guzmán Loera. ¿Sorprendido el gobernador?
Por supuesto. Su ausencia de los asuntos políticos de su estado es más que manifiesta. Sus intereses están en otra parte, muy lejos del Palacio de Gobierno en Culiacán.
López Valdés, en efecto, ha sido muchas veces señalado cual beneficiario de los favores económicos que “El Chapo” prodigó a cuanto político venal encontró en su camino de ascenso al sitio de “más buscado del mundo”. Hay quienes apuntan, incluso, que la campaña del contendiente priísta de “Malova”, Jesús Vizcarra, fue saboteada por los delincuentes, tras pactar con quien, gracias a ello, ahora cobra como gobernador. No hay culto al capo.
Hay ausencia de gobernabilidad en una entidad que es —viendo las imágenes en las cuentas de Twitter de los juniors de los capos—, algo así como el patio de juegos de los criminales más buscados y sólo casualmente encontrados.
¿Esa ausencia de gobernabilidad, entonces, también es pactada con los narcos? ¿O es sólo producto de la indolencia del sorprendido “Malova”?
Lo sorprendió el operativo que llevaron a cabo las fuerzas federales en Culiacán por la captura de “El Chapo”.
Dice estar sorprendido por la marcha “de apoyo” al delincuente. Y aunque para nosotros ya nada de esto es sorpresa, también vale preguntar ¿qué otra cosa sorprenderá a “Malova”?
Índice Flamígero: En aquel editorial del órgano católico “Desde la Fe”, también se leía que “para la Iglesia es claro que las manifestaciones ‘espontáneas’ a favor de los delincuentes se explican más bien por las presiones de los mismos criminales hacia la sociedad que la intimida para que se manifieste contra las fuerzas del orden”.