Calentando el púlpito
¬ Juan Manuel Magaña martes 19, Ago 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
El pasado domingo, el cardenal Norberto Rivera Carrera dio una lección de cómo se prepara en el púlpito de cara al 2015. Libre y sin riesgo de ser próximamente reconvenido por la Secretaría de Gobernación.
A propósito de la promulgación de las leyes secundarias de la reforma energética, el máximo representante en México de la Iglesia católica recordó que “hasta la saciedad” se ha prodigado el futuro próspero de México derivado de las mentadas reformas estructurales.
Sin embargo, señaló, que la mejoría económica y el dinero abundante en los bolsillos de las familias son hasta ahora meras ilusiones.
Por ello el arzobispo primado de México se tomó la libertad de plantear que el gobierno debiera acompañar las grandes reformas con el combate a la corrupción y a la impunidad, pues el interés verdadero es la creación de empleos, el abatimiento a la pobreza y el fomento a la economía.
Lo que Norberto Rivera soltó fue pura lumbre. Sabe que la condición que puso para que las reformas tengan éxito es prácticamente imposible de satisfacer. El jerarca religioso conoce mejor que muchos lo incurable que resulta en nuestro país el cáncer de la corrupción, complicado con la impunidad.
Y por eso está diciendo que para qué la gente se hace ilusiones con más empleos, menos pobreza y más progreso, si las reformas recientemente aprobadas se van a tropezar con tan tremendos obstáculos.
Hace una semana el cardenal se curó en salud diciendo que la Iglesia católica desde hace 20 años paga impuestos. Y todo para señalar que la reforma hacendaria, la misma que este año molestó a tirios y troyanos, fomenta la evasión fiscal.
Los contribuyentes, siguió con amplia cuerda el religioso, afrontan retos imposibles de resolver con elementales principios de sencillez, eficacia o estímulos reales. Además, al terminar con el régimen simplificado, se provocó un descalabro a los microempresarios.
A propósito de la promulgación de la reforma energética, la Arquidiócesis de México, en su editorial del semanario Desde la fe, evaluó las reformas estructurales, las cuales “tardarán años en dar frutos tangibles”.
Refirió que la reforma hacendaria está lejos de dar los beneficios prometidos, a pesar de que se promovió bajo un espíritu social. “Mientras la población debe resistir los efectos de las modificaciones hacendarias, resulta evidente el dispendio público y la corrupción de funcionarios inmorales”, afirmó.
El texto indicó que no pueden ignorarse la lacerante corrupción y la impunidad de servidores públicos que, protegidos por la opacidad y la falta de rendición de cuentas, se han incrementado escandalosamente.
¿De veras le durará a Norberto este discurso tanto como lo que falta para los resultados de las reformas?