Sábana Santa, ¿religiosidad o ciencia?
¬ José Antonio López Sosa martes 19, Ago 2014Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Guanajuato, Gto.– Llegamos al Parque Guanajuato Bicentenario para recorrer la exposición museográfica de la Sábana Santa, la primera vez que ésta sale de Europa y llega a territorio de América. Ya van varios países en la región que han pedido la llegada de esta muestra, entre los que están Brasil, Argentina, Colombia y los Estados Unidos.
Hace un par de semanas entrevisté en Radio Fórmula a Álvaro Blanco, curador de la exposición, quien nos detalló al aire los años que les llevó la investigación con relación al tema y lo que el visitante podría encontrarse durante los próximos meses en Guanajuato.
Tras recorrer la exposición, me parece que hay dos ópticas con las que cualquier persona debe entrar: con la religiosidad o la ciencia por delante, entrar con ambas resulta muy confuso y peligroso.
Si bien Álvaro Blanco nos dijo en la entrevista que los científicos convivían de forma sana y honesta con la religiosidad, me parece que como observadores de la vida y de este tipo de investigaciones hay que ponerse de un lado o del otro, o de los dos, pero no al mismo tiempo.
En la muestra se explican en distintas salas, la serie de investigaciones científicas llevadas a cabo tanto a la Sábana Santa de Turín como al Sudario de Oviedo, ambas telas que dice la tradición judeocristiana, cubrieron el rostro y el cuerpo de Jesucristo. De acuerdo a los resultados científicos, en ambos casos los linos tuvieron contacto con una persona de tipo de sangre AB, que sufrió severas heridas y contusiones, aunque la fecha no necesariamente corresponde con lo que la tradición judeocristiana dice.
Quizás el hecho más controvertido, es cuando de acuerdo a las investigaciones, la Sábana Santa tuvo un cuerpo sangrante de un ser humano y de pronto se quedó sin él. No se sabe ni explican cómo o por qué, si alguien lo retiró o desapareció por arte de magia. Las doctrinas judeocristianas le llaman el milagro de la resurrección, la ciencia no puede comprobar ni dar testimonio de algo así.
Para los creyentes, estos misticismos fantásticos que adquieren tintes de divinidad les parecen estar más cerca al escuchar al curador hablar del tema. Para quienes nos inclinamos por el lado de la ciencia, resulta interesante el hecho histórico y cómo se conservó un lino después de tantos siglos, que a ciencia cierta no se sabe si perteneció a Jesús, el hijo de Dios para los judeocristianos, el profeta para los musulmanes o un hermano más para los judíos.
Esta muestra presenta religiosidad y ciencia, ¿por cuál se inclina cada visitante?, esa es la pregunta más interesante.
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