Renovación
Ramón Zurita Sahagún lunes 18, Ago 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El mes próximo, los militantes del Partido de la Revolución Democrática irán a las urnas para definir los principales cargos directivos dentro del organismo político.
Los puestos a elegir van desde la presidencia del partido, pasando por los órganos de dirección del mismo, la ratificación y creación de nuevos liderazgos.
Son más de 5 mil cargos dentro del consejo nacional, los estatales, los municipales y, principalmente el congreso nacional.
Es ahí donde se gestan los grupos (antes tribus) que controlan al partido y se reparten las principales candidaturas a cargos de elección popular.
Será la primera ocasión en que no participen en la disputa por el control del partido y de sus órganos de dirección los personajes afines a Andrés Manuel López Obrador, muchos de los cuales se fueron con el tabasqueño al nuevo partido, Movimiento de Regeneración Nacional, mientras que otros lo harán pronto.
El esquema usado por los perredistas es bastante complicado, ya que ahora cuentan hasta con una lista de candidatos plurinominales para acceder a los cargos dentro del consejo nacional.
Los perredistas se encuentran conscientes de que las luchas internas son las más complicadas por las alianzas que se forman para contender por los principales cargos y que con gran frecuencia los grupos se fragmentan y provocan la pulverización de los otrora poderosos.
En esta contienda, parece ser, la disputa por la presidencia del partido quedó atrás, ya que nadie duda que Carlos Navarrete Ruiz sea en breve el nuevo presidente del partido.
Finalmente, nadie le salió al paso y Carlos Sotelo que parecía ser su principal contendiente se apagó con el paso del tiempo con todo y que su principal operador y entusiasta animador era el ex gobernador de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía.
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano no tuvo eco en su propuesta de regresar a la dirección nacional del partido, del que ya fue presidente fundador y candidato presidencial tres veces.
El ingeniero fue animado para dar a conocer su propuesta y luego fue abandonado, con todo y que se sentaron nuevas bases para la elección del dirigente nacional, aunque no eran dirigidas para él como se supuso en un primer análisis y sí para el grupos de “Los Chuchos”, con lo que Jesús Ortega y Jesús Zambrano tienen las puertas abiertas para buscar nuevamente esa opción.
Ante la escasa respuesta recibida a sus peticiones de ir por la presidencia del partido, si es que los demás aspirantes se retiraban, Cárdenas Solórzano se concentró en la recolección de firmas, para someter a referéndum la reforma energética en los comicios federales del año próximo.
Marcelo Ebrard Casaubond pronto fue apaciguado en su intentona por presidir al partido y las sospechas de corrupción, mala administración y malos manejos en la construcción de la L12 del Metro tiraron por la borda su pretensión de erigirse como dirigente nacional del partido del sol azteca.
Ebrard hizo una pálida defensa sobre la L12 del Sistema de Transporte Colectivo, prefirió bajar su perfil e inició pláticas y negociaciones con otros organismos políticos para prever sobre su futuro.
Sin adversario enfrente, Navarrete Ruiz podrá asumir la presidencia del Partido de la Revolución Democrática, para provocar el continuismo dentro del partido para el grupo al que pertenece.
Carlos Navarrete es de los fundadores del grupo de “Los Chuchos”, junto con los ya mencionados Zambrano, Ortega y Graco Ramírez, principalmente, como dan cuenta sus posiciones privilegiadas.
Navarrete ha sido un eterno legislador plurinominal, ya que como la mayoría de esos personajes no lograrían ganar una elección de mayoría, como han sido la mayor parte de las que han participado.
Con excepción de Graco Ramírez y su conquista del gobierno de Morelos, “Los Chuchos” han sido beneficiarios de las candidaturas plurinominales, tanto para el Senado de la República como para la Cámara de Diputados, desde los tiempos en que varios de ellos pertenecían al extinto Partido Socialista de los Trabajadores, que fue el primero que los proyectó a la Cámara de Diputados.
Por eso, la disputa de la presidencia del partido ya no despierta tantas pasiones, al estar casi definida y saber que le continuará perteneciendo al grupo de “Los Chuchos” que con esta se alzará con una victoria al interior del partido, luego de haber sido vapuleado por su integración al Pacto por México, sus alianzas electorales con el Partido Acción Nacional, la poca respuesta recibida en su débil oposición a la reforma energética, entre otros asuntos.
La realidad dentro del perredismo es que interesan más las planillas conjuntadas y la disputa que se dará por los espacios de poder dentro de los congresos nacional, estatal y municipal que la elección de presidente del partido, donde ya todo está decidido.
Y es que será precisamente en el seno de estos organismos donde el partido del sol azteca definirá el año próximo sus candidaturas a nueve gubernaturas (Nuevo León, Querétaro, Campeche, Michoacán, Guerrero, San Luis Potosí, Colima, Sonora y Baja California Sur), 16 jefaturas delegacionales en el Distrito Federal, además de los abanderados a la Cámara de Diputados (300 de mayoría y 200 plurinominales), así como los prospectos a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, 17 congresos estatales y un importante número de ayuntamientos, especialmente los de 17 capitales estatales que estarán en juego.
El PRD intentará retener Guerrero, además de que pretende recuperar Baja California Sur y Michoacán, entrar en la puja por Campeche y Colima y buscar mejores porcentajes de votación en cada uno de los procesos electorales en que participe.