El efecto de los videos
Ramón Zurita Sahagún viernes 15, Ago 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Un conocido diputado federal (en la actualidad) se jactaba hace algunos años sobre los videos que tenía de muchas personalidades del ámbito político.
Los invito a mi domicilio, les organizo fiestas, les proveo de los insumos necesarios para que se diviertan y los filmo, mientras se entretienen, afirmaba.
El personaje en cuestión se movía en las altas esferas de la política, ya que aspiraba a tener una candidatura a gobernador, la que finalmente no se concretó y hasta ahora permanece con esa inquietud, aunque sus bonos han bajado considerablemente.
No se sabe en realidad si el diputado federal cuenta con esos videos o si eran simples balandronadas, pero de tanto repetirlo fue cayendo de los principales círculos políticos.
Lo que sí es cierto es que dos de sus compañeros legisladores, Luis Alberto Villarreal y Jorge Villalobos, fueron las más recientes víctimas de ese tipo de videos que son explotados en las redes sociales.
Es cierto que fue un diario el que divulgó el video y después se convirtió en viral en las redes sociales, lo que está resultando fundamental para exhibir el comportamiento de nuestras autoridades y representantes populares.
Claro que en el caso de los diputados panistas se atenta contra su intimidad y se inmiscuyen en su vida privada, se violan códigos, pero son riesgos que corren en su carácter de personajes públicos que se encuentran sujetos a esas eventualidades.
La filtración de videos se ha convertido en un arma contundente contra los adversarios y antiguos aliados, los que son exhibidos en momentos que se consideran adecuados para ello.
No importa que estén desfasados los videos, el propósito se cumple, para mostrar las debilidades humanas, los “cochupos” y enjuagues que hay dentro del ámbito político.
Mediante esta estrategia, una serie de personajes han caído y otros más se mueven en la cuerda floja, ante la posibilidad de que las engañifas, los acuerdos en lo oscurito y la serie de negociaciones que algunos tienen con los grupos delincuenciales, empresariales y de todo tipo, sean mostradas en el momento justo que se requiera.
Fue Carlos Ahumada, el polémico empresario quien trazó la ruta que seguirían otros émulos de su estrategia, la que consideraron adecuada para usarla contra sus adversarios políticos o cuando ellos consideraran productivo.
Después de comprobar el efecto devastador que tuvieron en su momento los videos de la filmoteca Ahumada, las filmaciones se multiplicaron.
El senador Jorge Emilio González Martínez fue videofilmado por un empresario (Luis Lara) con el que pactaba negocios, lo que fue exhibido, aunque el senador verde lo negó, pero sus palabras quedaron contenidas en el intercambio verbal que sostenía con quien resultó ser un empresario que había sido yerno de Fernando Gutiérrez Barrios.
Con el llamado “Niño Verde” no pasó nada, libró la tormenta y hoy es nuevamente senador por su partido e incluso ahora representa al estado en que haría los negocios.
Miguel Ángel Yunes Linares es uno de los grandes beneficiados por esta estrategia, aunque el mismo ha sido objeto de filmaciones. Fue el panista quien divulgó el video en que se mostraban las tácticas que el PRI usaría en la campaña electoral del 2013 en Veracruz.
En él se mostraba a dirigentes priístas, autoridades federales y locales, diseñando la estrategia que usarían en los comicios locales que tuvieron lugar en julio del año pasado, usando los programas sociales de gobierno federal.
La filtración funcionó mejor de lo que se esperaba, se desactivó la estrategia partidista y de paso se acabó con dos personajes fundamentales para el PRI: Ranulfo Márquez, considerado el mejor operador del PRI en Veracruz y quien se desempeñaba como delegado federal de Sedesol en el estado, fue obligado a renunciar.
Peor le fue al entonces secretario de Finanzas, Salvador Manzur, quien se perfilaba como el prospecto mejor ubicado dentro del PRI para la candidatura al gobierno estatal en 2016, quien perdió de esa forma las posibilidades a futuro, cuando menos para el siguiente proceso electoral.
En Michoacán, el asunto se puso candente cuando comenzaron a aparecer los videos en que las autoridades estatales se sientan a platicar y hasta negociar con los principales jefes del crimen organizado.
Jesús Reyna García, secretario de Gobierno y ex gobernador interino de Michoacán fue el primero en caer y con él, José Trinidad Martínez Pasalagua, un ex diputado que lo acompañó a su entrevista con Servando Gómez, “La Tuta”, considerado como el gran jefe de las organizaciones delincuenciales en Michoacán.
La cosa no quedó ahí y el propio hijo (Rodrigo Vallejo Mora) del ahora ex gobernador Fausto Vallejo fue mostrado en una agradable conversación sobre los temas de gobierno con el personaje que está considerado como el delincuente más buscado en Michoacán.
Otros videos han sido sacados a luz pública, con efectos sumamente efectivos, aunque de menor trascendencia, donde gobernantes, representantes populares y familiares de ellos mismos muestran la miseria de la condición humana, lo jactanciosos y prepotentes que suelen ser con una pizca de poder.
Es cierto que las redes sociales y en especial la tecnología han coadyuvado a desmitificar y desenmascarar a una serie de individuos (hombres y mujeres) que abusan de los cotos de poder y se sirven como beneficiarios directos del mismo, pero habrá que ver hasta dónde se puede estirar la liga y esto puede contribuir a sanear no solamente el ámbito político, sino desterrar la corrupción y otros vicios que afectan a nuestra clase política y a la sociedad en general.