Gobernantes en apuros
Ramón Zurita Sahagún miércoles 13, Ago 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Con la vara que midas, serás medido, reza la sentencia bíblica. Y ese rasero quiere ser aplicado al gobernador de Morelos, Graco Ramírez Garrido Abreu.
Al igual que ocurrió a finales del siglo XX, cuando los ciudadanos tomaron las calles para pedir la salida del entonces gobernador, hoy lo hacen otros pobladores que piden usar el mismo criterio que en el nada lejano pasado. Graco es figura preponderante en una y otra historia, solamente que de diferentes lados.
En el pasado, Graco se puso al frente de dichas manifestaciones públicas que pedían el relevo del entonces gobernador Jorge Carrillo Olea. Hoy, las peticiones son sobre su salida del gobierno estatal.
Como entonces, los manifestantes argumentan la inseguridad y la violencia que priva en Morelos y que en más de 15 años no hacen diferencia alguna.
En aquel entonces, lograron su cometido y Graco pudo reforzar sus causas políticas. Hoy, el mismo Graco pretende que esas peticiones no prosperen.
La diferencia entre una y otra es que ahora Graco es el cuestionado y no el cuestionador y que él mismo es el gobernador del que piden su salida.
Morelos sigue siendo uno de los estados con más violencia en el país, aunque las autoridades estatales las desestimen y muestren datos, supuestamente, duros que contradicen a los protestantes.
La vecina entidad del Distrito Federal fue (sigue siendo, aseguran) asiento de los principales capos del narcotráfico, los que disfrutaban del clima, de la vegetación y de las bondades de la naturaleza y de la gente que habita el sureño estado.
Algunos de los principales personajes de la delincuencia organizada pasan largas temporadas en Morelos, sin molestias de ninguna clase y hasta se llegó a señalar que protegidos por algunas autoridades.
En la actualidad, las cosas ya no son iguales, aunque continúan presentándose hechos de violencia y una preocupante inseguridad, con todo y los programas que, supuestamente, implementó el gobierno estatal.
Graco no reconoce las condiciones que, supuestamente, imperan en la entidad, pero los 15 o 20 mil manifestantes que han salido una y otra vez para pedir su relevo del gobierno estatal dicen no estar equivocados.
En Oaxaca gobierna Gabino Cué Monteagudo, quien al igual que Graco surgió de una candidatura de la izquierda y aunque sus detractores no toman las calles para pedir su salida, si lo hacen, eventualmente, algunos que son considerados sus aliados.
La administración pública se mueve al ritmo que le marca la sección XXII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), quienes mantienen en jaque no solamente al gobierno estatal, sino también al federal.
Los profesores de la CNTE no hacen caso a la reforma educativa y salen una y otra vez a las calles, provocando bloqueos en los sitios en que más desastre puedan provocar, ante la pasividad de un gobernador que no sabe que ruta tomar y prefiere sacudirse el problema.
Gabino ha resultado, para muchos de sus gobernados, una decepción como mandatario estatal y sus palabras no son respetadas por nadie.
Ante los constantes conflictos que provocan los provocan los insatisfechos profesores de la CNTE, Gabino responde con amenazas que no cumple, mientras que los de la XXII sí cumplen con las suyas.
De esa forma, transcurre la vida en Oaxaca, al vaivén de los profesores que dialogan, condicionan y negocian con las autoridades, solamente para que al día siguiente el compromiso quede roto.
El gobernador amenaza con descontar salarios a quienes no se presenten a trabajar, como lo consigna la nueva ley educativa, pero recula ante nuevas amenazas y la manifiesta agresividad de sus aliados-adversarios.
Es cierto que actualmente los profesores se encuentran de vacaciones, pero amagan con no presentarse si el Congreso local no aprueba la reforma que a ellos convenga.
Ángel Aguirre Rivero es también militante de izquierda (luego de varias décadas de hacerlo en el PRI) y es por segunda ocasión gobernador de Guerrero (la primera fue interino, cuando militaba en el PRI) y sufre presiones por parte de diferentes grupos.
Los hay del magisterio, de las escuelas normales y de inconformes de todo tipo.
Bloquean la principal autopista, asaltan edificios de sus adversarios, rompen con el orden, ante la apatía de un gobernante que lo único que busca es darle continuidad a su mandato, por medio de su vástago, al que se encuentra proyectando.
Pero no solamente son las manifestaciones y bloqueos los que preocupan en Guerrero, la violencia continúa campeando en la entidad.
Las movilizaciones de los inconformes ya costaron vidas, pero el crimen organizado y el no tanto sentaron sus reales en la zona, principalmente en la de más difícil acceso.
En Puebla, el pasado domingo se efectuó la primera gran movilización en contra del gobierno del panista Rafael Moreno Valle Rosas.
Salieron a la calle cientos de personas (mil 250, según el gobierno estatal), en una marcha denominada Por la Paz y la Dignidad, acusando al gobernador de represor por la llamada “Ley Bala”. Es la primera que sucede en Puebla y aunque no tan nutrida la concurrencia es el primer aviso de lo que puede venir en un corto plazo.
INTEROPERABILIDAD
Ya quedó resuelto el asunto del sistema de telepeaje, según el acuerdo firmado por el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza. Desde el pasado lunes entró en funcionamiento en todas las carreteras administradas por Capufe y en los segundos piso del DF, lo que hará que funcionen simultáneamente las nuevas y anteriores IAVE.
Durante la segunda etapa, que concluye a más tardar el 30 de septiembre, se sumarán a la aceptación de ambas tarjetas la autopista México-Toluca y el Circuito Exterior Mexiquense.
Durante la tercera etapa, en noviembre, se logrará el funcionamiento indistinto de los instrumentos de cobro.