PAN y PRD preparados para reventar elecciones
Roberto Vizcaíno viernes 2, Jul 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Ante el optimismo y los anuncios de mejoría hechos por el presidente Felipe Calderón se nos antoja que estamos, como aquel enfermo en fase terminal a quien un médico le da aliento diciéndole que no se preocupe, que pronto va a sanar y éste le responde: “Si estoy tan bien, por qué me siento tan mal”
La mira de ambas fuerzas -a las que se ha unido sin discreción ni reserva algunas el propio gobierno del presidente Felipe Calderón-, está puesta sobre cuatro procesos electorales: Oaxaca, Veracruz, Sinaloa, Puebla e Hidalgo.
Ahí seguirán una estrategia central: echarán a andar su propio Programa de Resultados Electorales Preliminares para dar a conocer su propio conteo de votos.
Es obvio que en su decisión de seguir su propia suma de sufragios, no existe la intención de darle en ningún momento la ventaja a los candidatos del PRI, aunque el flujo natural de votos lo pudiera determinar así.
Por el contrario, si como lo advierten las encuestas, su conteo encuentra que los candidatos del tricolor van adelante, entonces echarán a andar a sus grupos de choque para crear violencia y caos, y propiciar la anulación del proceso.
El objetivo es sólo uno: si los candidatos de la alianza PRD-PAN y otros no ganan a las buenas a los del PRI, entonces intentarán hacerlo a la mala.
Para lograrlo han enviado a esas entidades a sus representantes más aguerridos, esos que no se tientan para hacer lo imposible –o irse por fuera del camino legal-, para aplicar aquel dicho de que, “si pierdo… arrebato”.
El caso más evidente es el de Oaxaca, donde el delegado del CEN del PAN, el diputado blanquiazul chihuahuense Javier Corral no sólo anunció ya que de ninguna manera los de su alianza aceptarán el conteo de votos del PREP contratado por el Instituto Electoral estatal, sino que arengó, pidió, exhortó a la población a irse a la insurrección.
Su candidato, el ex priísta Gabino Cué por su parte ha hecho lo suyo y de entrada afirma que no permitirá que le vuelvan a robar la elección.
Como seguramente usted sabe, Cué compitió hace 6 años en contra de Ulises Ruiz amparado igual que ahora por una alianza del PAN, PRD, PT, Convergencia y otros.
Entonces Cué –a quien desde siempre se ha ubicaco como un alfil político del ex gobernador priísta (ahora panista) Diódoro Carrasco-, obtuvo 488 mil 640 votos que representaron el 46.2 por ciento de aquella elección frente a 523 mil 978 logrados por Ulises Ruiz quien fue ungido como gobernador por el TRIFE de la época de Vicente Fox, al obtener el 49.6 por ciento de aquel proceso.
El caso es que pese a que tanto los votos como el proceso judicial seguido entonces ante el máximo tribunal electoral del país indican que no hubo tal robo, hoy Gabino y aliados –evidentemente cilindreados por Diódoro y con el respaldo del presidente Calderón, acude a la figura del robo anticipado para legitimar que, en caso de que su propio conteo no le de de nuevo la mayoría, pueda irse a la movilización masiva de sus simpatizantes para hacer reventar esta elección.
Y no son menores sus aliados de hoy: de entrada ya actúan en su favor una buena parte de los 75 mil maestros pertenecientes a la sección 22 del SNTE que en Oaxaca forman el eje de la llamada Coordinadora del Magisterio.
De igual forma se le han unido los grupos pertenecientes a ese extraño cuerpo denominado la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, la APPO, que es liderada por Flavio Sosa, quien hoy compite por una diputación plurinominal por la Alianza que encabeza Gabino Cué.
Todos ellos han tomado ya sus posiciones alrededor de la candidatura de Gabino Cué en una actitud que recuerda los hechos violentos realizados por ellos de mediados afines de 2006 y que estuvieron a punto de hacer quebrar al gobierno estatal.
En forma adicional Corral, Gabino y socios han sembrado de denuncias ante la Fiscalía de Delitos Electorales de la PGR en contra el gobierno de Ulises Ruiz, para inocular y darle sustento a una posible anulación de la elección desde los órganos de fiscalización electoral.
Este mismo caso se repite en otros estados.
En Veracruz, quienes apoyan la candidatura del expriísta Miguel Ángel Yunes Linares son los mismos que sustentan la de Cué en Oaxaca. Los métodos por ello son los mismos.
Entre estos métodos se encuentran por ejemplo la intercepción de llamadas telefónicas y el espionaje de los gobernadores Ulises Ruiz y Fidel Herrera, ambos priístas y los dos objetivos desde hace tiempo de las insidias y ataques del presidente Calderón.
Los dos mandatarios han sido exhibidos como posibles delincuentes electorales al ser captados en conversaciones que indican que operan desde sus cargos y con recursos oficiales los procesos de los candidatos del PRI en sus estados, Eviel Pérez en el caso de Oaxaca y Javier Duarte en el de Veracruz.
Es obvio que una denuncia de tal naturaleza no tiene futuro legal, porque su origen es ilegal. Pero sus filtraciones a los medios han servido para crear un clima de linchamiento y descalificación en contra de ambos.
Otro que sufre estos embates es el gobernador de Puebla, el también priísta Mario Marín, quien es uno de los personajes más asediados mediáticamente desde que hace 3 años fue exhibido con otra intercepción telefónica en la que hablaba con el empresario que protegía a su vez a un reconocido pederasta.
En cada uno de los tres estados habrá elecciones a gobernador pasado mañana, domingo 4 de julio, y es ahí junto con Sinaloa e Hidalgo donde las baterías se han orientado para sabotear los procesos en caso de que los conteos indiquen que los priístas van ganando a los aliancistas del PRD, PAN y otros partidos de la morralla.
En estas entidades se exhibe claramente el doble discurso del gobierno de Felipe Calderón, quien por un lado y ante el asesinato del candidato priísta a gobernador en Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, propone un encuentro nacional de fuerzas políticas que deriven en un diálogo y la firma de acuerdos, por el otro atiza el fuego contra gobernadores y candidatos priístas.
Anoche mismo quedó de manifiesto que Calderón se ha montado en todos los acontecimientos posibles, para hacer proselitismo a favor de su partido, el PAN.
Ya antenoche Beatriz Paredes lo acusó de estar medrando con la ejecución de Torre Cantu al realizar varias cadenas nacionales para supuestamente condolerse de este acontecimiento.
Otros priístas como Cesar Augusto Santiago lo han señalado abiertamente como un oportunista al anunciar el retiro del impuesto a la tenencia de vehículos o simplificaciones de procesos fiscales o, como lo hizo de nuevo anoche, afirmar que en los últimos 6 meses se han creado más de 500 mil nuevos empleos, que ha bajado la inflación y que han crecido hasta en un 44 por ciento las exportaciones para dejar la impresión de que su gobierno lleva al éxito económico a México.
Aquí valdría la pena preguntar por qué entonces nadie tiene dinero para los mínimos.
Ante el optimismo y los anuncios de mejoría hechos por el presidente Felipe Calderón se nos antoja que estamos, como aquel enfermo en fase terminal a quien un médico le da aliento diciéndole que no se preocupe, que pronto va a sanar y éste le responde: “Si estoy tan bien, por qué me siento tan mal”.
En fin, los hechos están a la vista como las intenciones. El próximo lunes veremos si algo de lo aquí apuntado tenía base.