Para muestra, Michoacán
¬ José Antonio López Sosa miércoles 30, Jul 2014Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Quien diga que la clase política y el crimen organizado están separados, puede estar en un terrible error. El hecho que el hijo del entonces gobernador Fausto Vallejo sostuviera una reunión informal y cerveza en mano con “La Tuta”, líder de una banda criminal en Michoacán, hablando de posibles sucesores y de la salud de su padre, deja ver que los lazos tenebrosos entre el poder y el crimen persisten e incluso se amplían.
Como suele suceder, un gran número de nombres se escucharon en el video difundido por la agencia noticiosa Quadratín, cada uno de los aludidos ha salido en franca defensa; sin embargo, ¿no negaba lo mismo el gobernador?, ¿no negó lo mismo quien lo sustituyó y hoy está preso?, es muy complicado definir quienes sí y quienes no están involucrados con el crimen organizado.
En el pasado era muy complicado obtener pruebas, hoy día, sin haber grabado una llamada de forma ilegal, con un simple teléfono inteligente se pudo grabar esta reunión que marca un antes y un después en la política michoacana.
¿Hasta dónde está el crimen organizado y desorganizado formando parte de los poderes reales —porque fácticos ya son— en Michoacán y otras entidades?, ¿quienes dentro del gobierno de la República y los estados están fuera y quienes dentro de las organizaciones criminales?, ¿hasta dónde ha llegado el poder del crimen para someter o crear sinergia con el poder político?
Lo que suceda a partir de este video difundido será trascendente para la vida política y judicial de nuestro país, estamos frente a la oportunidad de una investigación a fondo y el inicio de una verdadera limpia sistemática, o bien, frente a lo mismo de siempre: callar y esperar a que otro escándalo mayor o igual, se lleve de la mente colectiva este terrible suceso para la política michoacana.
La prueba está lista, nos queda esperar el resultado.
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