Punto de rompimiento
Ramón Zurita Sahagún jueves 1, Jul 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Durante casi cuatro años, el Presidente Calderón halló en Beatriz Paredes a una buena aliada, con la que podía encontrar puntos de acuerdo y, dentro de lo inédito de las situaciones que vive el país, mantener un clima de concordia y hasta entendimiento.
El Ejecutivo federal y la presidenta nacional del PRI establecieron una relación confraternizada desde los tiempos en que ambos coordinaron sus respectivas bancadas en la Cámara de Diputados durante la LIX legislatura.
Un gran punto de unión entre ambos coordinadores fue Patricia Flores Elizondo, hoy ubicada como el personaje político más influyente dentro del gobierno federal y en aquel entonces empleada en San Lázaro.
Fue precisamente Beatriz la que propuso a la panista como secretaria general de la Cámara de Diputados, cargo en el que fue cuestionada severamente Patricia por algo que parece una práctica recurrente: el nepotismo.
La relación personal que cada uno de ellos mantiene con Flores Elizondo hizo que la afinidad entre Calderón y Paredes trascurriera en forma más amable y que el entendimiento en aspectos políticos permeara.
Varias veces los priístas se lanzaron en contra de su presidenta, por la tibieza de sus argumentos en contra del gobierno federal, especialmente cuando se dirigía al Presidente de la República.
Incluso, la tlaxcalteca se advirtió carente de fuerza para responder a las tronantes acusaciones que con gran frecuencia lanzaba el entonces presidente del CEN del PAN, Germán Martínez Cázares, en contra de los priístas, su partido y hasta los gobernantes en ocasión del proceso electoral federal del año pasado.
Sin embargo, esa relación entre el panista y la priísta se fue enfriando y ahora amaga con el punto de rompimiento, luego de que por vez primera la dirigente nacional usará un lenguaje inusitado en ella para referirse al Presidente, al que criticó severamente por el uso electorero del asesinato de Rodolfo Torre Cantú.
El endurecimiento de la palabra de Paredes Rangel y el uso de reflectores por parte de unos y otros (priístas y adversarios) muestra lo descarnada que es la política y el uso que de ella se hace con propósitos lucrativos, dejando de lado lo terrorífico que resulta ser el mensaje enviado por los responsables del artero asesinato.
Es cierto que la vida sigue y que el país no se detendrá por un crimen ligado o no a la vida política y que la cercanía de los procesos electorales requería de una respuesta rápida y contundente de uno y otro lado, pero también lo es que los políticos piensan primero en el beneficio que les representa y las ganancias que pueden obtener en todo tipo de acontecimientos.
Por eso, Beatriz aprovechó el escenario natural que le dieron la presencia de los principales cuadros dirigentes de su partido y la atención centrada en Tamaulipas para exigirle al gobierno federal dejara el uso los reflectores para sacar raja política (lo mismo que ella hacía), así como una amplia investigación sobre el caso y dejar constancia de la unidad de su partido.
El domingo se sabrá cuál de los dos posicionamientos fue más eficaz en el mensaje que se envió a la ciudadanía de los catorce estados en los que habrá procesos electorales, de los que doce los mismos producirán un nuevo gobernante.
* Las amenazas en contra del gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo, eran conocidas, razón por la que el mandatario reforzó desde hace mucho tiempo su cuerpo de seguridad.
Incluso, se recuerda que la casa del gobernador fue objeto de una advertencia antes de su toma de posesión y que la presencia de grupos delincuenciales en Tabasco se refleja de varias formas, desde la intimidatoria, pasando por la de la agresión sufrida por un subprocurador general de Justicia y un secretario de Seguridad Pública.
Pero no por sabidas las amenazas en su contra y de otros cuatro gobernadores más no dejan de preocupar, principalmente, cuando se advierte la penetración que tiene el crimen organizado dentro de las estructuras de gobierno y de seguridad pública y lo fácil que resulta para ellos ejecutar las acciones violentas.
Fidel Herrera Beltrán, Veracruz; José Reyes Baeza, Chihuahua; Jesús Aguilar Padilla, Sinaloa y Eugenio Hernández Flores, Tamaulipas, son los otros cuatro gobernantes que al igual que Granier Melo han sido amenazados de muerte y cuya constancia de ello quedó registrada en los anales del gobierno federal.
*Ante la prohibición para publicar encuestas o sondeos en los días previos al proceso electoral que tendrá lugar el próximo domingo, estas corren con singular alegría por la banda de internet. Unas son conocidas, otras no tanto, pero privilegian las que son contrarias al partido gobernante en cada una de esas entidades.
Habrá que esperar al domingo por la noche para saber qué tan ciertas eran y cuántas de las empresas levantadoras de los muestreos se equivocaron en esta ocasión, como sucede frecuentemente, aunque ello inhibe el uso de las mismas, ni las grandes cantidades de dinero que se destinan a ello.
*Un mal mensaje envían los priístas con la postulación del hermano de Rodolfo Torre Cantú al gobierno de Tamaulipas.
Sin tratar de restar méritos a Egidio Torre Cantú, la confirmación de su candidatura sienta un mal precedente para el futuro.
Es cierto que varios familiares se han pasado los gobiernos estatales de unas manos a otras, pero no se trató de hermanos, como son los casos de Nuevo León, donde el priísta Benjamín Clariond Reyes Retana, gobernador interino entregó la administración estatal a su primo hermano, Fernando Canales Clariond, pero eran militantes de dos partidos distintos.
En Baja California Sur, Alberto Alvarado Aramburu y su primo Ángel César Mendoza Aramburu, se sucedieron en el gobierno estatal, primos hermanos entre sí.
Tlaxcala registró, sin éxito, el intento de una pareja, el gobernador Alfonso Sánchez Anaya y su esposa María del Carmen Ramírez, por sucederse en el gobierno estatal, siendo derrotada la segunda en las urnas.