Después del “niño ahogado”
Luis Muñoz jueves 24, Jul 2014Segunda Vuelta
Luis Muñoz
Después de lo sucedido en la casa-hogar La Gran Familia de Zamora, Michoacán, donde quedó claro que hay cosas más importantes que cuidar, que la seguridad de los niños, ahora diputados locales y federales del PRD se apresuran a solicitar a la Segob un “informe puntual” de las condiciones en que operan este tipo de establecimientos en el país.
Luego del “niño ahogado”, todos muestran preocupación y aprovechan el momento para sugerir medidas que debieron tomar desde hace mucho tiempo.
Pero siempre sucede lo mismo. Ocurrió durante el operativo en el antro “News Divine”, de avenida Eduardo Molina, en la delegación Gustavo A Madero, donde murieron 10 personas por el sobrecupo. Debió prevenirse esta situación, pero no se hizo.
Recientemente, durante un baile masivo en un terreno de la calle conocida como 30-30 en el municipio de Ecatepec, el saldo fue de tres muertos y varios heridos por falta de seguridad.
El caso de Zamora no es distinto. Se tuvo conocimiento de las anomalías en la casa La Gran Familia y nadie hizo nada. Las pésimas condiciones de salud de los 458 niños rescatados (lo que permite suponer que estaban secuestrados, cosa que implica un delito), los signos de desnutrición, los abusos físicos y los problemas sicológicos. ¿Quién los provocó? ¿Quién cometió los abusos? ¿Quién los solapó?
Ahora, amparados en el “más vale tarde que nunca”, piden un informe detallado al titular de Gobernación sobre el número y condiciones en que operan las casas-hogar, orfanatos y casas de cuna en todo el país, así como la atención que ahí reciben niños y adolescentes en situación de desamparo.
Los legisladores perredistas locales Esthela Damián Peralta, Efraín Morales López y Daniel Ordóñez Hernández, así como el diputado federal Carlos Augusto Morales, afirmaron que aunque uno de los objetivos del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), es promover acciones encaminadas a mejorar la situación vulnerable de niños y adolescentes, en los hechos esto no se cumple y muestra de ello es lo ocurrido en la casa-hogar La Gran Familia, en Michoacán.
Criticaron la falta de interés que sobre este caso ha mostrado hasta ahora la directora del DIF nacional, Laura Vargas Carrillo, quien ni siquiera ha hecho un pronunciamiento público acerca de los 278 niños, 174 niñas y seis bebés nacidos hallados en dicho albergue y las condiciones en las que vivían.
Tras asegurar que hubo excesos cometidos en el operativo policiaco-militar en la casa-hogar La Gran Familia, los legisladores perredistas insistieron en su llamado al gobierno para que en Michoacán se apliquen las directrices sobre las Modalidades Alternativas del Cuidado de los Niños, que emitió la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2009, a efecto de garantizar la seguridad y protección de los infantes.
Al respecto, destacaron la necesidad de que el niño permanezca bajo la guarda de su propia familia, se reintegre a ella o, en su defecto, procedan a encontrar otra solución apropiada y permanente, incluida la adopción.
Uno se pregunta. Y desde cuando una familia que abandona a su suerte a sus hijos en un sitio como La Gran Familia, hoy muestra preocupación por lo sucedido. Seguramente lo hace porque le preocupa el qué dirán… En eso si les asiste la razón a los diputados perredistas:
apoyados en las directrices de la ONU, dicen que para preparar al niño y a la familia para su posible reinserción al hogar, la situación del menor deberá ser evaluada por una persona o un equipo debidamente designado que tenga acceso a asesoramiento multidisciplinario, a fin de decidir si la reintegración es posible y redunda en favor del interés superior del infante.
Primero los niños ¿O no?