Soldados contra niños
¬ Augusto Corro miércoles 23, Jul 2014Punto por punto
Augusto Corro
Al gobernador de Texas, Rick Perry, el celoso defensor de su estado, decidió enviar mil soldados a su frontera con México para detener la oleada de miles de niños migrantes.
La medida, que parece una acción desesperada, anunciada por el mandatario quien dijo que “no se puede hablar de seguridad nacional si no hay seguridad fronteriza”. La operación que se llevará a cabo en los próximos 30 días fue bautizada como “Seguridad Fuerte”.
Una de las razones de Rick Perry para militarizar su frontera obedece a la presencia de los cárteles de la droga y bandas criminales. Los delincuentes, según el gobernador, explotan el arribo de decenas de miles de menores centroamericanos a territorio estadounidense para la trata de personas y cruce de drogas.
En concreto, el texano desplegará mil soldados de la reserva de la Guardia Nacional para aumentar la seguridad de su frontera con México.
La decisión del gobernador, arbitraria e irreflexiva, solo agudizará la problemática de la “crisis humanitaria”.
Como se sabe, los niños, que viajan sin acompañante, son originarios de lugares remotos en los que la pobreza y la violencia son el pan de cada día.
Además, los pequeños buscan la manera de encontrarse con sus padres o sus parientes, con una falsa idea de que librarán toda clase de obstáculos.
Para atender la “crisis humanitaria” los gobiernos de Centroamérica, poco o nada han hecho para atender el éxodo de menores hacia Estados Unidos (EU).
Mientras no se atienda la migración de niños con medidas reales y de fondo, el conflicto permanecerá, con posibilidades de incrementarse.
La acción de Rick Perry de militarizar la frontera no será suficiente para frenar el tráfico de indocumentados que huyen de la miseria y la violencia. Ni toda la Guardia Nacional en la línea fronteriza será capaz de detener a los migrantes, porque no se trata de un conflicto bélico.
Los miles de migrantes no van a EU a pelear, su ilusión es encontrarse con sus parientes, conseguir trabajo y vivir sin el temor de ser asesinados por las bandas criminales.
Por cierto, ¿qué papel juegan en este conflicto los representantes de los derechos humanos?
ASESINADO EL NIÑO, A TAPAR EL POZO
Demasiado tarde llegó el arrepentimiento del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.
Su llamada “Ley Bala” alcanzó a aplicarse contra población poblana y dio como resultado la muerte del niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, de 13 años de edad, y más de 100 heridos en menos de dos meses.
Puebla ha sido gobernado por políticos nefastos que solo provocaron injusticias y descontento popular.
El panista Moreno Valle llegó al poder apoyado por dos partidos en decadencia, Acción Nacional Revolución Democrática.
Al sentarse en la silla del poder, el recién llegado pensó que era necesaria una ley que lo ayudara a meter orden y a gobernar con la mano dura y la rudeza necesaria para someter a los poblanos.
Maduró sus ideas que terminaron con la creación de la “Ley Bala” que en su texto original permitía utilizar armas de fuego para dispersar manifestaciones y proponía clasificar las protestas en “lícita”, “ilícitas no violentas” y “violentas” para su control y dispersión. Según se informó, “los diputados prohibieron el uso de armas letales y eliminaron la clasificación de movilizaciones, pero permitieron el uso de bastones, agentes químicos irritantes y pistolas incapacitantes, entre ellas las que disparan balas de goma”. En fin, la nueva norma quedó como “Ley para proteger los derechos humanos y que regula el uso de la fuerza por parte de los elementos de las instituciones policiacas del Estado”.
Este nuevo instrumento represivo de Moreno Valle, aprobado el 19 de mayo pasado, contó con el apoyo de Facundo Rosas para su aplicación inmediata, correcta y exacta.
Quienes sintieron el rigor represivo fueron los habitantes de la Sierra Negra que bloquearon accesos a las oficinas del gobierno en Tehuacán, Puebla, así como la carretera federal Puebla- Veracruz. Treinta personas resultaron lesionadas.
Recientemente, la policía reprimió con golpes, gases lacrimógenos y balas de goma a vecinos de San Bernardino Chalchihuapan que protestaban en la autopista Puebla-Atlixco.
José Luis Alberto Tehuatlie, de 13 años, fue alcanzado por una de esos proyectiles y murió.
Las acciones represivas y la Ley Bala abollaron la imagen de Moreno Valle, que sueña con la candidatura panista en la elección presidencial del 2018.
En un acto desesperado, el mandatario panista envió al Congreso estatal una iniciativa para abrogar la llamada Ley Bala ante un sinnúmero de organizaciones sociales que empezaron a exigirle que renuncie al cargo.
NIDO DE MALDAD
En el albergue “La Gran Familia”, administrado por Rosa del Carmen Verduzco Verduzco, “Mamá Rosa”, se practicaban un sinnúmero de delitos, que van desde la privación ilegal de la libertad hasta el lavado de dinero.
¿Cómo es posible que las autoridades municipales, estatales y federales no se hubieran dato cuenta del desorden descomunal en ese orfelinato michoacano?
Los colaboradores de “Mamá Rosa” actuaban como verdaderos representantes del mal sobre la tierra. Felipe Serrano Gómez se desempeñaba como administrador y contador de la casa-hogar. Es acusado de golpear y cometer abusos graves contra los internados. Lourdes Verduzco era el ama de llaves; se encargaba de abrir y cerrar los dormitorios en los que se encerraba a las víctimas.
El cancerbero David Rogelio Alvarez Murillo tenía la comisión de evitar la fuga de los residentes. Si alguien lograba escapar era perseguido. Si lo encontraban recibía una golpiza por parte de vigilante. José Enrique Hernández Valdovinos abusaba de sus víctimas quienes lo acusaron de practicar actos de pederastia. Los presuntos delincuentes fueron enviados a la cárcel.