PRD: ¿de izquierda?, ¿tiene futuro?
Roberto Vizcaíno martes 22, Jul 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Sin la menor capacidad de convocatoria popular, el PRD ve que ya ni siquiera sus líderes acuden en su auxilio
- El mayor desastre político en la aprobación de las secundarias de la reforma energética es el de la izquierda
- Hoy el sistema y los mexicanos le pasan la factura a un PRD alejado de sus bases
El pasado fin de semana, con la ausencia de sus principales líderes, especialmente la del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, la dirigencia nacional del PRD vivió uno de los eventos más determinantes para su futuro: vio pasar la aprobación de las leyes secundarias de la reforma energética sin tener la menor capacidad para cambiar nada.
Una frase de su fundador definió el pasado 5 de mayo, al celebrarse el 25 aniversario de este partido, el momento que vive la principal fuerza de la izquierda mexicana:
“(Hoy)… nos encontramos más lejos que cerca de lo que nos propusimos”.
El hijo del general hablaba de los propósitos que dieron origen al PRD y que eran, recordó:
– Construir a partir del Frente Democrático Nacional un partido plural, que buscaría el cambio de régimen y no sólo ganar el poder por la vía de las elecciones sino impulsar a una sociedad que pudiera organizarse a sí misma en libertad con tolerancia y justicia; un partido que diera cabida sin obstrucciones ni vetos a millones de mexicanos; un partido donde circularían las ideas y fuese receptivo a las críticas y donde no existieran estructuras y aparatos más allá de los previstos… que se rigiera por una democracia transparente; que fuese un espacio donde sus integrantes pudieran debatir y agruparse por objetivos comunes, para ser un instrumento de la sociedad y no de su militancia y dirigencias.
E interrogó:
¿Qué tanto hemos logrado… que tan cerca o lejos estamos de nuestro propósito original?
Luego de todo eso Cárdenas afirmó que los hechos indican que el PRD está hoy no sólo muy lejos de sus propósitos iniciales, sino al borde de la fractura, dominado por corrientes y bajo una conducción sin ética y dentro de una política de alianzas electorales con “quienes piensan y actúan en contra de los postulados del PRD”.
En síntesis, dijo, este partido se ha convertido en una izquierda dócil y a la moda ajena a los reclamos e intereses de los trabajadores, campesinos e indígenas.
LOGROS
El análisis de estos primeros 25 años del PRD deja en claro que este partido ha sido la fuerza política no sólo con el mayor crecimiento y penetración en la sociedad, sino el más determinante factor de cambio democrático de México.
Desde aquel momento el PRD se convirtió en una opción de poder.
De un total de 19 millones 145 mil votos registrados, el candidato de las izquierdas Cuauhtémoc Cárdenas obtuvo 5 millones 957 mil sufragios, es decir el 31.12 por ciento de los votos emitidos. Quedaba en segundo lugar luego de que el candidato del PRI, Carlos Salinas obtenía 9 millones 641 mil votos para sumar el 50.36 por ciento.
La izquierda nacía así con un porcentaje muy importante de votos y con un partido que le daba organicidad a todos los grupos y personajes de esa corriente.
Seis años después, con instituciones distintas, más representativas y bajo normas más avanzadas, esa izquierda, con el mismo candidato, logró casi los mismos votos que debido al incremento del padrón le rindió un porcentaje de apenas el 16.6 por ciento.
El sistema electoral se depuró, modernizó y giró en los seis años siguientes en forma muy importante, pero la izquierda representada por el PRD se estancó y con el mismo candidato, logró 6 millones 256 mil votos para quedar con un 16.6 por ciento del total de los sufragios. En esos comicios se dio la alternancia con el triunfo del panista Vicente Fox quien logró casi 16 millones de votos.
En los siguientes comicios, los de 2006, con un candidato distinto, con Andrés Manuel López Obrador el PRD duplicó a Cárdenas para quedar con 14 millones 683 mil votos y apenas a unas décimas de obtener la Presidencia de la República.
Luego de 6 años marcados por el conflicto, el mismo López Obrador como candidato del PRD, PT y MC subió en el proceso presidencial de 2012 a 15 millones 897 mil votos, para quedar nuevamente en segundo lugar, pero esta vez más lejos del primero que fue el priísta Enrique Peña Nieto quien sacó 19 millones 227 mil votos.
La fría concusión de los números y porcentajes indican que la izquierda es una de las tres fuerzas principales de México. Que sin duda representa una opción de poder, que ha sido la de mayor crecimiento, pero que en 25 años sólo ha tenido 2 candidatos presidenciales mientras que las otras dos fuerzas predominantes, PRI y PAN, se han renovado y reestructurado para adaptarse tanto a las transformaciones de la sociedad como al nuevo modelo electoral mexicano.
¿SIN FUTURO?
Un simple repaso de hechos nos revela que el PRD como partido y como gobierno es un desastre.
El PRD no ha logrado consolidar la democracia en su estructura. Es dominado por corrientes –tribus las llaman ellos mismos–, por cuotas y a cada proceso de elección interna surgen fraudes y conflictos que amenazan constantemente en confrontaciones y conflictos permanentes.
Como gobierno el PRD siempre termina en denuncias: Ricardo Monreal como gobernador de Zacatecas y luego como senador, impulsó su nepotismo al colocar a sus hermanos en presidencias municipales, en el Senado y en la Cámara de Diputados.
Su sucesora, en el palacio de gobierno zacatecano, Amalia García –exdirigente nacional del sol azteca–, salió bajo acusaciones de un enorme fraude por cerca de 7 mil millones de pesos. Lo mismo ocurrió con Pablo Salazar Mandiguchía, en Chiapas, quien hasta fue a dar a la cárcel. Y cosa igual pasó con Narciso Agúndez Montaño, quien fue detenido en Monterrey luego de que fue acusado por peculado luego de haber sido gobernador en Baja California Sur.
Su antecesor y al parecer primo, Leonel Cota Montaño era conocido en BC Sur como el “socio de todos” ya que como gobernador aprobaba proyectos en los que él iba como socio.
Mal salió de Michoacán el gobernador perredista Leonel Godoy a quien acusaron de malos manejos y de haber cobijado al narcotráfico en esa entidad.
Los gobernadores perredistas de Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya y de Nayarit, Antonio Echevarria intentaron imponer a sus respectivas esposas –la senadora María del Carmen Ramírez y a Martha Elena García Gómez– como sus sucesoras.
En Guerrero el gobierno de Zeferino Torre Blanca vivió denuncias ciudadanas sin fin y hasta el asesinato de su posible sucesor y le siguen ahora mismo una investigación por un faltante de mil 300 millones de pesos.
En Oaxaca está Gabino Cué quien simplemente es un peón de la CNTE y un gobernador que no ha cumplido ninguna de las expectativas con las que llegó.
Que para la historia del PRD el caso de René Bejarano quien luego de ser exhibido recibiendo un soborno, y transitar unos años al margen del PRD pero sin renunciar ni ser expulsado de este partido, regresa para convertirse hoy en el líder de la segunda fuerza dentro del sol azteca y con todas las posibilidades de convertirse en 2015 en diputado federal y coordinador de un segmento de la próxima bancada perredista, la de 2015 a 2018.
También está el caso de Marcelo Ebrard quien enfrenta hoy el desastre de la línea 12 y un faltante de 480 millones de pesos de fondos federales destinados a esa parte del Metro.
El gobernador de Morelos, Graco Ramírez, considerado un personaje puro de la izquierda, quien apenas lleva 2 años al frente de la gubernatura de Morelos, enfrenta hoy un creciente reclamo popular que exige ya su salida del cargo.
Una lista de gobernantes que no es toda, pero sí representativa de la forma en que ejercen el poder los egresados del PRD.
En este panorama no existe hoy un claro precandidato para la contienda de 2018. El más viable es el Jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, quien ni siquiera es militante de este partido. Ante la atonía de personajes con viabilidad de poder, todo indica que el candidato de las izquierdas –incluido el PRD–, será de nuevo Andrés Manuel López Obrador para consolidarse como el candidato número dos en 30 años de la existencia del PRD.
Esta es la realidad y perspectiva del PRD y la izquierda mexicana.