Al límite
Ramón Zurita Sahagún lunes 21, Jul 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
De acuerdo con lo acontecido durante el presente año, la situación en Michoacán era más grave de lo que se sabía. La apreciación sobre esa entidad se limitaba a la violencia e inseguridad, temas que habían tratado de apagar, sin éxito, años atrás.
Pero la realidad muestra que la descomposición en esa entidad es bastante mayor de lo que se creía y que los problemas siguen aflorando, conforme se ahonda en la problemática.
Michoacán es un estado que vive (¿vivía?) al límite del peligro con los grupos delincuenciales apropiados de vastas zonas de la entidad y donde prevalecía la ley del más fuerte, de la intimidación, del chantaje, del secuestro, de la violencia y del crimen en general.
El interés del gobierno federal por rescatar al estado de las garras de la violencia y de la inseguridad diseñó una estrategia general, con un comisionado al frente del operativo.
De esa forma, Alfredo Castillo Cervantes se hizo cargo de toda la estrategia y formó un poder por encima del gobierno estatal, logrando avances sustanciosos en frenar a los grupos delincuenciales, meter al orden a los grupos de autodefensa, detener a algunos de las cabezas del crimen organizado, lograr la detención de algunos funcionarios vinculados a los delincuentes y hasta lograr la salida del gobernador, Fausto Vallejo Figueroa y el arribo de Salvador Jara.
Hasta ahí el papel de Castillo resultó satisfactorio, aunque, hasta el momento, no logra la detención del principal cabecilla de los grupos delincuenciales, Servando Gómez, “La Tuta”.
Sin embargo, el accionar del gobierno federal parece marchar por buen camino, con todo y que Alfredo Castillo se convirtió en un personaje non grato para los pobladores del estado.
Los índices de inseguridad bajaron, la violencia se presenta en forma más esporádica, los grupos de autodefensa, son en su mayoría policías estatales y el nuevo gobierno fue diseñado a gusto del comisionado.
Michoacán parecía ir saliendo del marasmo en que se encontraba, con las acciones contundentes por parte del estado y su estrategia satisfacía a la mayoría de los observadores, internos y externos.
Siendo uno de los estados no playeros (con todo y que cuenta con bellos litorales) con mayor índice de turismo, la afluencia de visitantes bajó considerablemente durante los años de gobierno perredista, pero las acciones gubernamental parecía revertir dichas tendencias.
Los inversionistas voltearon los ojos hacia Michoacán, entidad que ofrecía de nueva cuenta atractivos proyectos y que cuenta con un puerto (Lázaro Cárdenas) con todos los alicientes, desde donde se puede exportar hacia el Oriente.
Pero cuando parecía que las actividades se normalizaban en esa entidad, surgen nuevos focos de atención que hacen dudar si en verdad ya se consiguió que Michoacán regresara a la normalidad.
La detención del doctor José Manuel Mireles, uno de los principales cabecillas de los grupos de autodefensa, causó molestia en diversos sectores de la población y hasta se llegó a hablar de venganzas y revanchas por parte de las autoridades gubernamentales, en contra del único dirigente de los autodefensas que decidió no ceñirse a los deseos de los gobernantes de que pasaran a formar parte de la policía estatal.
Mireles mantuvo su independencia y hoy se encuentra recluido en una cárcel del norte del país, provocando esta detención levantamientos de sus seguidores en el mismo estado, además de muchas muestras de solidaridad a su favor en distintos estados del país.
Pero las sorpresas en Michoacán no se terminan ahí, ya que hace unos días, un sorpresivo operativo por parte de las fuerzas federales llevó al cierre de la casa hogar “La Gran Familia”, catalogada como la más importante del estado, con la consiguiente detención de sus administradores, entre ellos Rosa del Carmen Verduzco, mejor conocida como “Mamá Rosa”.
Clasificado casi como hogar modelo, el allanamiento mostró las condiciones infrahumanas en que se vivía en ese domicilio, en condiciones insalubres, con hacinamiento, comida en estado de descomposición, toneladas de basura, corrupción de menores, estupro, violaciones y otra serie de imputaciones que hoy mantiene detenidas a nueve personas que laboraban en ese asilo.
Por todo ello, Michoacán es uno de los estados que mayor atención ha merecido del gobierno federal, durante la presente administración presidencial (20 meses), aunque no se sabe si solamente en Michoacán se presenta este tipo de situaciones y si en otras entidades se viven casos similares, tanto en el contubernio entre autoridades y delincuentes, gobernantes apáticos, así como de otro tipo de casos como el de la casa-hogar que administraba Mamá Rosa.
Sin embargo, valdría la pena preguntar, qué nos falta por conocer sobre Michoacán.
GOBERNANTES
Dos gobernantes, uno del PRD y otro del PAN, se encuentran atrapados en una peligrosa telaraña que está a punto de vencerse, por la serie de enredos provocados por ellos mismos.
El primero de ellos es Víctor Hugo Romo, el perredista que logró arrebatar a los panistas uno de sus dos bastiones en el Distrito Federal (delegación Miguel Hidalgo). Mientras más explicaciones trata de dar sobre el permiso otorgado a una actriz (Claudia Cervantes) para el uso de la Rotonda de las Personas Ilustres para una fiesta particular, más se hunde en una serie de contradicciones y mentiras.
Pero peor le va al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, por el supuesto uso de balas de goma, para disolver manifestaciones. La medida ya cobró una víctima, un menor de 13 años fallecido a causa de un disparo con ese tipo de proyectiles, autorizados en Puebla.
Sin embargo, ahora resulta que el gobierno de Puebla no ha comprado balas de goma, por lo que vale la pena investigar de dónde provino ese proyectil, que pudo haber sido del mercado negro y qué más hay de fondo.