Inician debate energético en el Senado
Nacional jueves 17, Jul 2014- El presidente de la Mesa Directiva del Senado instaló los trabajos del periodo extraordinario de sesiones donde se prevé analizar las reformas a las leyes secundarias energéticas
Enfatizaron que le pedirán a priístas y panistas tener conciencia de lo que habrán de votar y hacerlo en congruencia y no con sus partidos sino con los ciudadanos que los llevaron al Senado.
Al iniciar el periodo extraordinario de sesiones en el Senado de la República en torno a las reformas reglamentarias y por ende, el debate en este tema, marcará un antes y un después en la historia de México.
La resultante será absolutamente benéfica para todos los mexicanos en el corto y mediano plazos; habrá mecanismos para monitorear y transparentar todo lo que se apruebe, evitando actos de corrupción, opacidad y subrayando los alcances como la baja en los precios del gas y la energía eléctrica para los consumidores.
El presidente de la Mesa Directiva informó que la sesión de hoy tendrá una duración máxima de 12 horas.
Así lo anticipó David Penchyna, presidente de la Comisión de Energía y principal impulsor de estos cambios, quien dijo que el PRD puede enarbolar sus 22 votos razonados en contra como bancada, pero “una fracción no tiene por qué impedir lo que las mayorías quieren”, en torno a este tema.
El señalado periodo extraordinario dio comienzo a las 11 de la mañana de este jueves 17, es decir, una hora después de lo programado, en vista de que los coordinadores de todos los grupos parlamentarios se ponían de acuerdo con el presidente del Senado, Raúl Cervantes, para establecer la mecánica con que habría de trabajarse hoy y el resto de los cinco días subsecuentes.
Se debatirán 4 mil 249 páginas en 13 tomos, con los cuatro dictámenes respectivos y los votos particulares de los 22 senadores perredistas.
Precisamente del lado perredista, Alejandro Encinas y Armando Ríos Píter señalaron que al iniciar el periodo extraordinario de sesiones su partido buscará en el Senado que haya un real debate, posicionamientos serios y civilizados, y no un diálogo de sordos, como ocurrió en Comisiones Unidas de Energía y Estudios Legislativos Primera.
