Nuevos antivirales contra la influenza aporta la Facultad de Química
¬ AAPAUNAM jueves 17, Jul 2014AAPAUNAM INFORMA
Jorge Delfín Sánchez
Ante la preocupación de una inminente pandemia, la Facultad de Química de la UNAM desarrolla nuevos antivirales con resultados prometedores. Estudios recientes del profesor-investigador de la Facultad de Química de la UNAM, doctor Carlos Antonio Rius Alonso, quien investiga a la gripe (influenza), afirma que es una infección vírica, que produce fiebre, secreción nasal, tos, dolor de cabeza, malestar general e inflamación del revestimiento de la nariz, las vías respiratorias y ocasionalmente se manifiesta conjuntivitis. La actividad biológica de un medicamento está relacionada con su afinidad al receptor que se va a inhibir, por ello, para encontrar esas sustancias que mantengan la actividad en proteínas y que sufrieron un cambio, se hacen trabajos de modelación molecular para encontrar cómo se puede restablecer la actividad y después pasar a la síntesis de los compuestos químicos que pueden ser más promisorios, así su actividad es evaluada primero in vitro en cepas de virus resistentes y después in vivo con ratones infectados con los virus. Los virus de influenza son clasificados en 5 géneros que pertenecen a la familia de los Orthomixoviridae, de estos sólo 3 tipos: A, B y C. son los que infectan a humanos.
Las influenza del tipo B involucra principalmente a niños y adolescentes, que en ocasiones pueden evolucionar en infecciones serias, aunque está involucrado en epidemias periódicas, la tasa de hospitalización es cuatro veces menor respecto al virus de influenza A. ‘
La influenza C también tiene la capacidad de producir epidemias y está asociada a enfermedades respiratorias moderadas, aunque raramente puede llegar a provocar infecciones severas del tracto respiratorio bajo. Sin embargo, es menos común que el virus tipo A y se estima que en la etapa adulta la mayoría de los individuos (96%) presenta anticuerpos. Estos casos son conocidos como influenza estacional. Normalmente tiene la mayor tasa de mortalidad.
Las organizaciones nacionales e internacionales para la protección de la salud ponen especial atención al virus de influenza tipo A, debido a la alta capacidad que tiene de generar pandemias, que son sus manifestaciones más severas. El intestino de las aves acuáticas silvestres es el reservorio más grande de estos virus y son excretados en altas concentraciones en las heces. En ellos circulan todos los subtipos de HA y NA. La mayoría de los virus de influenza no son patógenos para las aves acuáticas y se piensa que son la fuente de los virus transmitidos a otros animales, como las aves de corral, mamíferos acuáticos y terrestres. Este tipo de mutaciones se genera constantemente y en los genes de las proteínas HA y NA se acumulan hasta llegar el punto en que el sistema inmune de personas previamente infectadas ya no las reconoce o lo hacen ineficazmente.
Esto implica que se tenga que revisar la composición de la vacuna estacional cada año. Más específicamente la hemaglutinina, que es el principal antígeno de neutralización del virus.
El segundo mecanismo denominado cambio antigénico sucede cuando dos subtipos diferentes de virus infectan a un mismo huésped, dada la naturaleza segmentada del virus los genes de estos patógenos se mezclan y provocan una nueva escala de virus con diversas combinaciones de genes. De esta manera se producen una serie de árboles filogenéticos de cada uno de los fragmentos. A este tipo de virus se les conoce de manera general como virus re-arreglantes, refiriéndose a ellos como dobles o triples si su material genético derivó de dos o tres diferentes virus de influenza.
Una de las medidas adoptadas mundialmente para reducir la incidencia de influenza estacional es la aplicación de la vacuna trivalente, que se produce con los virus mutados que mostraron ser predominantes en la temporada del año anterior. Una vacuna es el mejor método de profilaxis ante una infección.
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