Juegos de guerra
¬ Claudia Rodríguez miércoles 30, Jun 2010Acta Pública
Claudia Rodríguez
Ayer por la mañana quedé atónita cuando el señor Felipe Calderón anunció la búsqueda de un diálogo directo con todas las fuerzas políticas del país para acordar una estrategia de seguridad que sea “no sólo una respuesta de gobierno, sino una respuesta del Estado mexicano”. Esta sentencia la pronunció Calderón, luego del asesinato del candidato priísta a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, quien de acuerdo a los diferentes sondeos de opinión, sería el próximo mandatario de los tamaulipecos por la vía del voto ciudadano. Se busca, sí, así lo dijo Calderón, una respuesta de Estado ante el crimen organizado. Lo que implica entre otras cosas, que la llamada “guerra contra el narcotráfico” declarada por la administración calderonista desde los últimos días del año 2006, está endeble.
En esta batalla contra el crimen organizado se calcularon inclusive muertos civiles e inocentes, pero la estrategia definida no contó con el consenso de las fuerzas políticas. Fue un tanto unilateral. Pero ayer, ya en el segundo trienio de su administración, fue que Calderón convocó por enésima vez a conformar un frente común y acordar acciones concretas que den una respuesta decidida de todas las fuerzas políticas ante un desafío de los criminales, del que señaló Calderón, es un asunto compartido.
Fue casi inexplicable -y criticado-, el viraje que muy al principio de su administración dio Calderón para enfrascar a todos los mexicanos en un ambiente de confrontación directa a nivel de terreno, entre los delincuentes y civiles de a pie y dejar a un lado como jefe del Ejecutivo sus acciones para impulsar el empleo. Y ahora, ante la falta de estrategia, la guerra contra el narco de Calderón ha cobrado miles de vidas y un crimen político.
La unidad a la que invoca Calderón es casi imposible, si sus propios subordinados directos son los primeros que no realizan su trabajo siguiendo el patrón de una estructura organizada.
La desorganización -por no decir que la ineptitud- del equipo calderonista ha provocado que todos los esfuerzos de la sociedad y de sus elementos desde sus distintas trincheras, se diluyan.
Si algo queremos la mayoría de los mexicanos es un ambiente de seguridad y paz, y es por ello que desde nuestros muy distintos ámbitos, iniciamos el día muy de mañana y lo terminamos ya muy entrada la noche.
Los muertos inocentes que ha cobrado la guerra contra del narco en nuestro país, pareciera por las últimas declaraciones de Calderón que son producto de una estrategia mal planteada, como si la misma fuera sólo un juego. Lo que la mayoría de la sociedad -a esa a la que también se le pide conformar un frente común-, conoce de la crueldad del crimen organizado es mínimo, y así, no se vale exigir un embate colectivo.
Acta Divina… El presidente Felipe Calderón pidió a la sociedad, a los sectores productivos, a los empresarios, a los trabajadores, académicos e intelectuales y a los medios de comunicación para que “cada quien en el ámbito de su competencia y de influencia podamos crear juntos un frente común contra quienes pretenden imponer su voluntad por encima de la ley”. Y solicitó el mandatario mexicano que “ante el desafío del crimen organizado, cerremos filas, respondamos juntos, demos una respuesta unitaria y eficaz de toda la sociedad, y de todas las fuerzas políticas”.