Atención gubernamental a menores migrantes
¬ Alejo Sánchez Cano lunes 14, Jul 2014Como veo, doy
Alejo Sánchez Cano
Ya son varios días que el tema de los menores migrantes están en el interés de los medios de comunicación, es un problema de hace muchos años, pero que en pocas ocasiones se le había atendido de manera especial en el marco de atención del fenómeno migratorio en general; muestra de ello es la recién creada Coordinación para la Atención Integral de la Migración en la Frontera Sur, que tiene como propósito fundamental implementar las acciones para el respeto a los derechos humanos, el tránsito seguro de los flujos migratorios, así como fomentar la cohesión social y convivencia armónica y cuya función será coordinar a los servidores públicos del Poder Ejecutivo federal en materia migratoria en esa zona.
El decreto, publicado en el “Diario Oficial de la Federación”, abre un espacio en particular para la atención de los menores, ya que a la letra dice que diseñará y ejecutará programas de atención especial a grupos vulnerables de migrantes, como niñas, niños y adolescentes, mujeres embarazadas, víctimas de delitos graves, personas con discapacidad y adultos mayores. De manera integral tiene como propósito implementar acciones para el respeto a los derechos humanos, el tránsito seguro de los flujos migratorios, así como fomentar la cohesión social y convivencia armónica.
Por su parte, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se reunió en Guatemala con el ministro de Gobernación de ese país, Héctor López Bonilla, y el secretario de Seguridad Interna de Estados Unidos, Jeh Johnson. La Reunión Trilateral México-Guatemala-Estados Unidos es en seguimiento a los trabajos que estos países llevan a cabo para encontrar, coordinada y corresponsablemente soluciones al tema de los niños, niñas y adolescentes no acompañados.
En otro momento, la subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Mercedes del Carmen Guillén Vicente, destacó que el gobierno de la República trabaja para garantizar el funcionamiento de albergues y estancias migratorias donde se reciben a extranjeros que transitan por territorio nacional.
En su oportunidad, el representante de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en México, Thomas Lothar Wisse, señaló que la migración es una realidad inevitable y que, lejos de ser un fenómeno negativo, puede constituir una oportunidad de crecimiento mutuo. Dijo que la OIM promueve y recomienda un nuevo modelo para la gestión adecuada e integral de la migración que fortalezca a las instituciones, la protección de los derechos humanos de los migrantes y formule y armonice políticas públicas migratorias, en beneficio del migrante y su familia.
Aunado al decreto, a las reuniones bilaterales y a diversas acciones, en esta estrategia de atención a migrantes menores se percibe buena coordinación interinstitucional entre los titulares de las secretarías de Gobernación y Relaciones Exteriores, así como con la Procuraduría General de la República. Al respecto habrá quien diga que esto no es nuevo, pues sí, a lo mejor no, pero antes no se notaba y por el contrario hasta parecía que el problema se ocultaba. Ahora, los resultados son los que deben hablar.
PASO SIN VER.- Al principio señalamos que el tema del fenómeno migratorio no es nuevo, en el caso mexicano la prensa escrita ha dado cuenta de muchas historias al respecto, ahí tenemos por ejemplo la lucha que aún siguen realizando muchos trabajadores que a mediados de 1942 y hasta 1962 emigraron al vecino país del norte, producto de un convenio que promovieron los gobiernos de México y EU para contratar trabajadores migratorios y que desde nuestro país viajaron en busca del “sueño americano”, debido a que la escasez de mano de obra durante la Segunda Guerra Mundial llevó a los agricultores norteamericanos a demandar trabajadores mexicanos para levantar sus cosechas, de ahí que el gobierno estadounidense solicitara al mexicano su colaboración para administrar bilateralmente las corrientes migratorias de connacionales.
El convenio estableció, entre otros, los siguientes acuerdos: Defensa de los trabajadores y deducciones a los salarios hasta por un 10 por ciento como ahorro para el trabajador, que le sería devuelto a su regreso a México. Los primeros lugares de contratación se establecieron en la ciudad de México en 1942 y otras entidades. De 1948 a 1951 se continuó con la contratación de migrantes mexicanos, con la diferencia de que el contrato lo realizaban directamente los agricultores norteamericanos y ya no a través de lugares de contratación, y no se precisaba ni el salario ni la jornada laboral, lo que dio como consecuencia abusos por parte de los contratantes y también discriminación hacia los trabajadores de origen mexicano.
El acuerdo estuvo vigente hasta finales de 1964 y ahí termina al periodo conocido como el Programa Bracero entre México y Estados Unidos, por lo que de acuerdo con datos que al respecto se manejaron por las autoridades norteamericanas, más de 4 millones de trabajadores agrícolas mexicanos fueron contratados y, en consecuencia, beneficiados del Fondo de Ahorro que para tal efecto se creó, por lo que parte de esos trabajadores aún continúan gestionando que se les devuelva el dinero que ellos “ahorraron” durante su estancia en Estados Unidos con largas jornadas de trabajo.
Es una historia de muchas y que lamentablemente la mayoría forman parte de episodios de maltrato, discriminación, violaciones, hambre, desintegración familiar, cárcel, robos, secuestros y en general drama y sufrimiento.
VA MI RESTO.- Ciertamente es un signo alentador el hecho de que el gobierno de la República haya asumido el compromiso de enfrentar de manera integral el fenómeno migratorio que tiene origen en la frontera del sur de México y que a la par también esté atendiendo a migrantes mexicanos que por alguna razón han llegado al país de la bandera de las barras y las estrellas, y aunque el asunto no es fácil hay signos de avance en este nuevo replanteamiento; ojalá pronto se vean resultados y que éstos sean los esperados.