Mireles, el enigma
¬ Juan Manuel Magaña lunes 14, Jul 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Con la detención del doctor José Manuel Mireles Valverde en Michoacán, las cosas parecieran ponerse de cabeza.
Primero, porque con lo que le achacan al líder de autodefensas -armas, drogas y dinero- pareciera que es él el obligado a demostrar su inocencia y no al revés, es decir, que se presuma su inocencia hasta que se le pruebe lo contrario.
Pero dije pareciera. Y eso porque el gobierno está ahora metido en una lucha difícil contra la percepción. Mireles es un personaje con alto perfil en la escena michoacana, confusa en extremo. No sólo es popular, sino que ha contado con algo que muchas veces no se puede adquirir ni con todo el oro del mundo: credibilidad. Hasta ahora.
Pero entonces, ¿cómo hacerle creer a la gente que ahora, el defensor de las víctimas de la violencia en ese estado, resulta ser un vil delincuente que posee drogas y “lava” dinero, mientras sus defensores hablan de que le han sembrado pruebas?
Lo que en firme podría tener el gobierno contra Mireles sería lo de las armas, tiene la ley de su lado. Los autodefensas están al margen de la ley. Pero sin duda se tratará de un proceso, ahora legal, sobre el que estarán encima muchos ojos y oídos incrédulos. Y es aquí donde el gobierno se estará jugando todo, prácticamente todo, su capital de credibilidad. Como cuando ocurrió lo del michoacanazo, en tiempos de Felipe Calderón.
Pero la verdadera cuestión es discernir si con el encierro de Mireles se avanza en menguar al crimen y la violencia que tanto han asolado aquella entidad. Y no parece ser el caso. Es la hora que no cae “La Tuta”, no obstante la aparatosa movilización de la fuerza del Estado en pos del delincuente. Y entonces Mireles y los autodefensas existen porque allá en Michoacán no se le ha podido contra el crimen.
Y si lo piensa uno a escala mayor, ahí están Tamaulipas, Morelos y cantidad de entidades donde las mafias han impuesto estados de pavor entre la población por la violencia con que se manejan.
Ahí están las cifras en la prensa de ayer. El número de secuestros cometidos en México aumentó 3.45 por ciento en el primer trimestre de 2014, lo que significa cinco casos al día, mientras que en febrero y marzo hubo una extorsión cada 72 minutos, un máximo histórico. De acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), durante marzo ocurrieron 150 privaciones ilegales de la libertad en el país, la cifra más alta en 2014.
Y eso que el gobierno anunció en febrero pasado la Estrategia Nacional Antisecuestro, que incluye un decálogo de acciones para privilegiar el uso de inteligencia y dar seguimiento a este programa, además de que se creó la Coordinación Nacional Antisecuestro, que encabeza Renato Sales Heredia.
El SNSP confirmó, a su vez, que al año pasado hubo mil 702 secuestros, lo que representa un aumento de 20 por ciento respecto a 2012, un nivel nunca antes visto en el país. Las cifras muestran que el promedio diario de plagios es de 4.6, pero hay que ver que en la última década el delito se incrementó más de 500 por ciento.
En cuanto a homicidios dolosos, en el primer trimestre de 2014 disminuyeron 12.21 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior. Pese a ello, es Michoacán el estado que se mantiene a la cabeza de las listas nacionales de ese ilícito.
Las condiciones que engendraron a Mireles no han desaparecido y eso impulsa a muchos ciudadanos a tomar por su cuenta la defensa de sus vidas y posesiones.