La carabina de Ambrosio
¬ Augusto Corro jueves 10, Jul 2014Punto por punto
Augusto Corro
La ola de niños migrantes no acompañados terminó en una crisis humanitaria que intentan resolver las autoridades de Estados Unidos, México, El Salvador, Honduras, Guatemala, etc.
La problemática de los menores fue abordada por los políticos de los países mencionados y ahora se espera que las medidas de protección a los menores viajeros, sin compañía, empiece dar frutos.
La crisis humanitaria mencionada involucró a medio mundo: desde la más modesta autoridad centroamericana hasta el presidente de EU, Barack Obama.
Sin embargo, en México llamó la atención que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) no intervino para exigir, por lo menos, un mejor trato a los niños migrantes en el vecino país del norte. No se supo si Raúl Plascencia, titular de la CNDH, tuvo conocimiento del asunto internacional que incluyó a más de 10 mil niños mexicanos que llegaron a EU, sin acompañamiento.
La comisión mencionada, cuya pasividad ha sido criticada por propios y extraños, volvió a pasar en falso ante la situación compleja y difícil que viven los niños y adolescentes, sin esperanzas de llegar a una solución favorable.
¿Qué hacer con Plascencia? El problema es que uno de sus más caros anhelos es no soltar el “hueso” que le permite vivir tranquilamente, sin sobresaltos, como si México fuera el paraíso de los derechos humanos.
NUEVOS PARTIDOS POLÍTICOS
Tres nuevas organizaciones pasarán a formar parte del espectro político nacional. Estas son el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que encabeza Andrés Manuel López Obrador; Partido Encuentro Social (PES), que preside Hugo Eric Flores Cervantes, y Partido Humanista (PH), que dirigen Ignacio Irys Salomón, Javier López Macías y Ricardo Pinacho Ruiz. Una vez convertidos en partidos políticos, Morena, PES y PH empezarán a recibir los beneficios económicos que autoriza la ley electoral.
De los tres partidos, Morena se inclina a la izquierda; PES y PH hacia la derecha.
El hecho es que los lopezobradoristas practican la denominada corriente izquierdista que nadie entiende. Su lucha es “sui generis” y temporalera, pues cada seis años reaparece con vigor para participar en las elecciones presidenciales.
Termina la campaña y los comicios y a empezar de nuevo. Y así hasta el infinito. De los partidos restantes se ha dicho que detrás del PH se encuentra el inefable, Calderón, el ex presidente panista de la guerra fallida contra la delincuencia organizada.
Como se sabe, el michoacano fracasó rotundamente y no pudo apropiarse del Partido Acción Nacional (PAN). Quizás, en su nuevo negocio con el PH logre concretar sus aspiraciones de ser dueño de su propio partido.
Por otra parte, es necesario preguntarse si México necesita realmente más partidos políticos.
Claro que sí los necesita, pero éstos tienen que ser combativos, con ideas realmente diferentes. Comprometerse con los intereses de quienes los llevan al poder; que se dediquen a implantar una democracia real, lejos de las ambiciones personales o de grupo.
Los partidos políticos reciben sumas millonarias de pesos, dizque para su mantenimiento, que incluye campañas políticas, etc. Es necesario que los nuevos institutos políticos comprendan que la democracia mexicana es una de las más caras del mundo y que el dinero que se desvía para apoyarlos, bien podría para llevarles pan a millones de mexicanos que viven en la pobreza. Por lo pronto, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) tendrá que tomar medidas ingeniosas para enfrentar a su gemelo Morena. En el fondo, ninguno de estos podría llevar a buen puerto a México. Su naturaleza basada en las luchas internas y el divisionismo no se los permitirá. Los otros dos partidos, se podría decir que son una ampliación de Acción Nacional, que cayó en desgracia y quienes se encargan de dirigirlo no encuentran la fórmula para rescatarlo. En fin, partidos nuevos, igual situación.
COSAS DE LA PATADA
¿Por dónde empezar el tema de la goliza que recibió la selección brasileña? ¿Por la derrota de la “verde-amarilla” o por las repercusiones políticas en vísperas de la reelección de la presidenta Dilma Rousseff? Porque los brasileños se cobrarán la derrota de una u otra manera. Lo que tienen más cerca para sus fines son las elecciones presidenciales que se efectuarán el próximo 5 de octubre.
Por otra parte, alguien tendrá que explicar qué fue lo que les pasó a los jugadores brasileños que recibieron una goliza de antología. Hubiera sido decente un 2-1, un 3-2, pero 7-1, fue algo más que humillante. Se tuvo la impresión de que todos los dioses se habían confabulado para que a Brasil le saliera todo mal. Sin embargo, el problema ya existía y lo arrastraba la selección carioca. Con México vimos a un Brasil muy mal, pero se pensó que conforme avanzarán los partidos, los paisanos de “Pelé” jugarían mejor. No lo lograron. Luego se juntaron las desgracias brasileñas para el juego contra Alemania, que dicho sea de paso, luce imparable. Desde un principio fue señalada como una de las selecciones favoritas para ganar el campeonato.
Volvemos al asunto de los problemas que sin buscar justificaciones, sí afectaron al equipo verde-amarillo: Neymar, el crack, fue lesionado de un rodillazo en la columna vertebral, que no le permitió alinear ante los germanos. El equipo se quedó sin delantera. Como si no hubiera sido suficiente con lo anterior, el capitán Thiago Silva, por acumulación de faltas, fue sancionado y no tuvo la oportunidad de jugar. Sin delantero y defensas calificados, Brasil fue fácil víctima de la fortaleza alemana. Felipao, el entrenador brasileño, no encontró la estrategia para detener a los adversarios dirigidos por Joachim Low y a sus incontenibles goleadores Klose y Muller. A la hora de escribir estas líneas estaba por empezar el partido Argentina-Holanda. Si usted me permite, amable lector, mañana le platico.