El privilegiado
¬ Augusto Corro lunes 23, Jun 2014Punto por punto
Augusto Corro
Cada año cuando se revisa la Ley de Egresos aparece un renglón muy controvertido: la pensión de los ex presidentes de México.
Es corta la lista de esos prohombres de la Patria: Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón. Claro, también Luis Echeverría.
Son pocos los ex mandatarios beneficiados con los impuestos de los mexicanos, pero las pensiones son cuantiosas y los beneficios múltiples. No solo se trata de dinero. Hay que agregar el personal de seguridad y administrativo.
Es decir que esos ex funcionarios, todos reprobados por sus pésimos gobiernos, recorren el mundo sin mayor obstáculo. Viajan con todo pagado porque así lo aprobaron sus cuates los legisladores.
De nada vale que se escuchen algunas protestas, muy aisladas, de los congresistas que se oponen a la continuación de prebendas tan ominosas, que sin ningún recato aceptan los ex presidentes.
Por eso vemos que Calderón tiempo le falta para pasearse por todo el mundo y despilfarrar el dinero de una pensión inmerecida. Por ejemplo, estuvo en el Mundial de Futbol, en Brasil.
Se la pasó en grande con sus cuates mexicanos olvidadizos de las tragedias y dramas derivadas de la guerra fallida contra la delincuencia organizada.
El viernes pasado, Calderón apareció en Nueva York, al lado de su esposa Margarita Zavala, quien recibió el premio Pilares de Justicia por “su labor a favor de los niños migrantes”. (Reforma, 22 de junio de 2014).
Por cierto, se ignora en qué consistió el beneficio que recibieron los menores. Se tiene la impresión de que dicho reconocimiento se otorga para darle un poco de brillo a la deteriora imagen de los Calderón-Zavala.
LOS NIÑOS MIGRANTES
Nadie debe cerrar los ojos ante la realidad lacerante que viven las sociedades de los diferentes países centroamericanos.
Recientemente, las autoridades de Washington informaron que entre octubre de 2013 y junio de 2014 fueron detenidos más de 52 mil menores migrantes, que viajaban solos, sin la compañía de un adulto, en Estados Unidos (EU).
Esa cifra nos revela que en los países centroamericanos se encuentra en crisis el tejido social. Son miles de niños que viajan a EU con el propósito de encontrarse con sus progenitores, sin ningún problema. La realidad es otra. En EU siguen inflexibles las leyes y en cuanto llega cualquier extranjero, sin documentos en regla, es detenido inmediatamente.
La falta de información sobre el tema ha propiciado que los menores emprendan los viajes peligrosos a través de regiones donde abundan las bandas delincuenciales, los policías corruptos y agentes de migración coludidos con las mafias, como ocurre en México.
Así, los pequeños no solamente están destinados al fracaso en los propósitos del reencuentro con sus familiares, sino que durante el trayecto a EU tienen que enfrentarse a obstáculos que implican maltrato, vejaciones y riesgos de perder la vida.
Los menores, que viajan solos, no abandonan sus lugares de origen por el hecho de volver a ver a sus familiares. También otras causas como la violencia y la pobreza obligan a la población infantil a dejar sus hogares.
La semana pasada estuvo en la región latinoamericana el vicepresidente de EU, Joe Biden para tratar el problema de la crisis humanitaria derivada del éxodo de niños y adolescentes, con los representantes de México, Honduras, Salvador y Guatemala.
Frenar la migración de infantes no será fácil. El problema social es complejo. Involucra a todos los sectores sociales de los diferentes países desde los lugares de partida hasta la meta.
Biden se llevó los puntos de vista de los gobiernos de México y centroamericanos sobre esta situación calificada como una crisis humanitaria.
El papel que juega EU es muy importante, porque el mal trato que reciben los niños y adolescentes, no acompañados, es condenable pues sin contemplación son detenidos y enviados albergues cercados con alambres de púas, en condiciones antihigiénicas, en espera de ser procesados.
Las estaciones de la Patrulla Fronteriza ya están sobrepobladas con niños.
OTRA VEZ MICHOACÁN
El doctor Salvador Jara Guerrero es el nuevo gobernador de Michoacán. Sustituye en el cargo a Fausto Vallejo, de triste memoria.
El nuevo funcionario se desempeñaba como rector de la Universidad Nicolaíta. La pregunta es la siguiente: ¿Podrá Jara con el paquete? La respuesta es sí. Porque llega en los momentos en que las autoridades federales empiezan a regresar la tranquilidad a esa entidad golpeada por la delincuencia organizada.
Jara Guerrero gobernará hasta agosto del 2015.
Lo interesante del hecho, es que el ex rector surge de la sociedad civil, es decir, no representa a ningún partido político. Lo que refleja que ni PRI, PAN, menos PRD consiguieron nombrar para el puesto a ninguno de sus representantes. Se dijo que Jara Guerrero simpatiza con los perredistas. Peor para él. El perredismo en Michoacán es símbolo de corrupción y mal gobierno. Basta recordar los sexenios de Lázaro Cárdenas Batel, Lazarito, y de Leonel Godoy, en los que la delincuencia organizada tuvo su mejor temporada.
Los priístas también fueron afectados por el mal gobierno de Fausto Vallejo, quien siempre fue señalado por sus posibles vinculaciones con “El Cartel de los Caballeros Templarios”.
Por lo menos una foto de su hijo Rodrigo Vallejo Mora ha servido de testimonio de las relaciones de la familia Vallejo con el líder templario Servando Gómez Martínez (a) “La Tuta”.