Impunidad y cinismo
¬ Augusto Corro martes 10, Jun 2014Punto por punto
Augusto Corro
El ex alcalde de San Blas, Nayarit, Hilario Ramírez Villanueva, Layín, aceptó públicamente que durante su administración robó “poquito” del erario. Esa declaración de un político, que raya en el descaro, refleja la conducta de una clase política que llega al poder para enriquecerse, sabedora de que no la perseguirán por sus delitos. Amparados en la corrupción y en la impunidad, desde alcaldes hasta encumbrados gobernadores saquean las arcas públicas.
Esos funcionarios a nadie le rinden cuentas. Gozan de impunidad total. Ahí están los casos de los ex mandatarios Andrés Granier, de Tabasco; y de Luis Armando Reynoso Femat, de Aguascalientes.
Al tabasqueño Granier lo tienen recluido en un hospital en el Distrito Federal en espera de que se mejore su salud para ser llevado ante la justicia.
A Reynoso Femat lo tienen protegido con una colección de amparos. Ambos son acusados del delito de peculado. Por el momento no se ve interés de las autoridades de castigar a quienes desviaron recursos del erario para beneficios personales.
Otros ex gobernadores siguen con responsabilidades partidistas satisfechos del desvío ilegal de los recursos públicos, con la seguridad de que nadie los llamará a cuentas.
Volvemos con el folclórico Ramírez Villanueva quien realiza una campaña política para volver al cargo de alcalde, de manera independiente. Como panista gobernó en San Blas del 2008 al 2011.
En su confesión pública se abrió de capa:
“Que le robé a la presidencia (municipal), si le robé, sí le robé, poquito, porque está bien pobre. Le di una rasuradita, nomás una rasuradita, pero con lo que con esta mano me robaba –dijo ante sus simpatizantes mientras levantaba la mano derecha-, con esta mano se lo daba a los pobres –y alzó la mano izquierda”—.
Sabe el ex presidente que sus declaraciones quedarán en el archivo de las anécdotas graciosas que serán festejadas por algunos cínicos que, dicho sea de paso, abundan.
LOS DEDAZOS DE AMLO
El líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador (AMLO), designó a candidatos a puestos de elección popular en el 2015. Morena aún no tiene el registro oficial como partido, pero su líder ya tiene repartidos los “huesos”.
Con lo anterior se reconfirma que la izquierda no acepta con agrado la democracia. Los candidatos de AMLO no son elegidos por la mayoría de “morenos”, sino que son producto del tradicional “dedazo”. Se hace la voluntad del líder, del caudillo, del dueño del partido político.
Aspirantes designados por AMLO para competir en busca de gubernaturas: Colima, Francisco Gallardo; Michoacán, María de la Luz Núñez Ramos; Sonora, Ana Gabriela Guevara; Campeche, Layda Sansores; y Guerrero, Lázaro Mazón.
Suman más de veinte los abanderados “morenos” bendecidos por el dedo del tabasqueño.
Seguramente se trata de gente honorable y distinguida que tiene derecho a contender por un cargo público, pero su designación no obedece a una acción o actitud democrática.
Si así empieza su vida Morena, ¿qué se puede esperar de un partido político sin pizca de democracia?
Una de las grandes fallas de la izquierda mexicana es la permanencia de sus líderes. Quienes detentan el poder no son jóvenes. Son dirigentes políticos con sus años a cuestas que los convierten en santones de la política. Entre otras características es su ambición por llegar a Los Pinos. Las caras nuevas brillan por su ausencia.
Cuauhtémoc Cárdenas, el líder moral del perredismo, hasta en tres ocasiones compitió por la silla presidencial. AMLO va por la tercera. Este último afectado por una lesión cardiaca que lo ha llevado a hacer maroma y teatro para demostrar que se encuentra en buenas condiciones físicas.
El caudillismo, el dedazo, el divisionismo y la ausencia de líderes jóvenes tienen a la izquierda mexicana ante un futuro de incertidumbre, por decir lo menos.
Por otra parte, uno de los seguidores de AMLO, el senador Alejandro Encinas festejó la política “abierta” del tabasqueño y criticó los falsos juegos democráticos como la elección en el PRD.
TURISMO PARLAMENTARIO
Para nadie es un secreto que los legisladores mexicanos llevan una vida llena de privilegios que satisfacen sus aficiones costosas, por ejemplo el de viajar por todo el mundo sin poner un solo centavo de sus bolsillos.
En el caso concreto de la presente de la 62 legislatura, los diputados han realizado 376 viajes al extranjero entre septiembre de 2012 y 2014. En boletos de avión y viáticos se gastaron 29 millones de pesos.
Con cualquier pretexto, los legisladores se van a practicar el turismo parlamentario en Londres, París, Buenos Aires, etc.
También los senadores son aficionados al turismo parlamentario. Recientemente estuvieron en España para los festejos en honor de Octavio Paz, viaje que aprovecho el líder de los panistas, Jorge Luis Preciado para disfrutar sus vacaciones.