ABC, crimen sin justicia
¬ Juan Manuel Magaña viernes 6, Jun 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Estaban en puerta las elecciones intermedias del sexenio. Felipe Calderón estaba en Panamá y, en cuanto supo del siniestro, anunció su regreso inmediato, no sin antes decir que no habría impunidad para nadie.
Sabía que mentía, desde ese momento ya lucraba con la tragedia, pues sabía que la dueña de esa guardería era Marcia Gómez del Campo, prima de su esposa.
Igual como lo hizo su mujer, Margarita Zavala cuando salió al paso de los señalamientos de parentesco con Marcia, aceptando a medias una relación para que no se infiriera concesión o tráfico de influencias: “efectivamente, hay un parentesco (…) aunque yo no la conozco personalmente, tengo entendido que tenemos un bisabuelo en común”.
También mentía. El gobernador de entonces Eduardo Bours, había declarado a los medios que Marcia “tiene un parentesco, entiendo, con la señora Zavala, efectivamente. Cuando ha venido aquí a Sonora la saluda. Hay una identificación familiar”.
Estaban claras las prioridades de Calderón en este asunto: elecciones y los suyos. A los demás, atole con el dedo.
El incendio de la Guardería ABC ocurrió el 5 de junio de 2009, en Hermosillo, Sonora, México. En él fallecieron 49 niños y niñas y 76 más resultaron heridos, todos de entre cinco meses y cinco años de edad.
La tragedia fue inevitable por la falta de detectores de humo, extintores y salidas de emergencia adecuadas, así como por la rapidez del incendio por los materiales inflamables con la que se construyó la guardería y una bodega contigua.
Todo ocurrió al propagarse un incendio originado en la bodega del gobierno del Estado de Sonora. La estancia infantil privada funcionaba por el modelo de subrogación por el Instituto Mexicano del Seguro Social del cual solo hubo una presunta responsable indiciada en prisión por el hecho, de un total de 19 funcionarios involucrados según la Suprema Corte de Justicia.
De acuerdo a la versión oficial, el incidente ocurrió cuando se sobrecalentó un sistema de enfriamiento de una bodega de archivos del gobierno del Estado de Sonora.
El sobrecalentamiento fundió el aluminio del motor del sistema, lo que provocó que fragmentos en llamas cayeran sobre lo archivado.
El incendio se generalizó en la bodega y se propagó a la estancia infantil, en la que se encontraban 176 niños resguardados y aproximadamente 50 empleados. Las llamas fundieron el poliestireno aislante del techo de la guardería, y el fuego, así como vapores tóxicos, invadieron el área. Vecinos y cuerpos de emergencia ayudaron a rescatar a muchos niños y niñas, incluso abriendo boquetes en las paredes con automóviles y camionetas.
Para junio de 2012, tres años después, sólo funcionarios menores habían sido imputados penalmente por la tragedia, y ninguno estaba encarcelado.
Ninguna instancia federal o estatal aceptó llevar a juicio a los copropietarios de la guardería ABC —entre quienes se encontraban también familiares de integrantes del gabinete del ex gobernador de Sonora Eduardo Bours— como solicitaron algunos padres de niños fallecidos.
Las responsabilidades políticas no fueron aclaradas, aunque sí fueron tácitamente admitidas. Durante la campaña electoral de 2012, Josefina Vázquez Mota apartó a Juan Molinar Horcasitas por los posibles daños que su papel en el asunto del incendio le hubieran aportado a la imagen de la candidata.
Tanto sobre Molinar, que había dirigido el IMSS, como sobre Javier Lozano Alarcón, cuya Secretaría del Trabajo tenía la responsabilidad de supervisar las condiciones de seguridad de la guardería incendiada, existe aún esa responsabilidad política.
Este es el quinto aniversario de la tragedia, con un gobierno federal distinto que dice que comenzó por investigar la investigación, cualquier cosa que eso signifique. No hemos visto aún que tenga una idea distinta de la justicia que la de Calderón.