Raquítico crecimiento
¬ Juan Manuel Magaña martes 27, May 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
A muy pocos sorprendió la mala noticia de que la Secretaría de Hacienda ajustó su expectativa de crecimiento para la economía mexicana a 2.7 por ciento para 2014, de un estimado inicial de 3.9 por ciento, después de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), diera a conocer que en el primer trimestre del año se registró un aumento en la actividad económica de apenas 1.8 por ciento en términos anualizados.
Total, eso es lo que le viene ocurriendo a México en los últimos 30 años, así que no tendría por qué ser diferente.
Total, si en todos esos cinco sexenios la política económica ha sido una y la misma, la que se inició en el periodo de Miguel de la Madrid y que no ha tenido otra suerte que el estancamiento y el crecimiento mediocre del Producto Interno Bruto.
Desde 1982 el PIB nacional ha decrecido año con año. Con Miguel de la Madrid el promedio anual fue de 0.18 por ciento; con Carlos Salinas de Gortari, de 3.91 por ciento; con Ernesto Zedillo, 3.39 por ciento. Y más mediocres fueron aún los gobiernos panistas: con Vicente Fox Quesada el crecimiento fue de 2.5 por ciento anual y con Felipe Calderón Hinojosa, 2.04 por ciento.
Había que ver cómo sudó la gota gorda el subsecretario de Hacienda, Fernando Aportela, cuando reconoció que el pronóstico de crecimiento para este 2014 es insuficiente y es menos que el que se merece México y es menor al potencial que tenemos.
Pero eso sí, dijo que para fortalecer y para tener un crecimiento estructural más alto y sano, se requiere de las reformas estructurales que buscan elevar esta tasa de crecimiento para que se dé de manera sostenida, y equilibrada para todos los tamaños de empresas y personas, independientemente de su nivel de ingreso.
Por si fuera poco, Aportela advirtió sobre los riesgos a la baja por la situación de Estados Unidos, que tiene que ver con el retiro del estímulo monetario por parte de la Reserva Federal, lo que pueda aumentar la volatilidad y algún efecto negativo sobre los mercados.
Los analistas financieros tan le hicieron caso al subsecretario en esto último, que minutos después de conocerse el nuevo ajuste en la expectativa de crecimiento, el BBVA Bancomer estimó un crecimiento para este año aún menor: de sólo 2.5 por ciento.
Como se sabe, en el primer año del sexenio actual el PIB fue de 1.1 por ciento y con una proyección así para este año el promedio de crecimiento en los dos primeros años de este gobierno sería de apenas 1.9 por ciento, por debajo del promedio anual de 2.2 por ciento de los pasados 30 años.
Por eso el presidente de la Cámara de Diputados, el panista José González Morfín, calificó como un duro golpe para el país la reducción de la expectativa de crecimiento del Producto Interno Bruto de 3.9 a 2.7 por ciento en 2014, anunciada por la Secretaría de Hacienda.
Pero más allá, el coordinador del PRD en el Senado, Miguel Barbosa, llamó a impulsar un nuevo modelo, pues la política del actual gobierno genera dudas en que el país pueda crecer. Esta caída en las expectativas de crecimiento, dijo, lo que muestra es que el modelo económico aplicado no sirve.
Y sin embargo se insiste en el mismo camino. Aportela, el gobernador del Banco de México y el mismo diputado González Morfin apremian a sacar los complementos de las famosas reformas estructurales, sobre todo la energética. Para mi gusto, este raquítico crecimiento es el que no le da credibilidad a las reformas, sino al contrario, infunde mayor temor a seguir tropezando con la misma piedra por otro 30 años.