Ahora el PRD
Ramón Zurita Sahagún miércoles 21, May 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Pasado el proceso electoral panista, donde Gustavo E. Madero se alzó con el triunfo de la presidencia del partido, toca el turno al perredismo definir quién será su próximo presidente.
Será en agosto próximo cuando se defina el nombre del personaje que sustituya a Jesús Zambrano Grijalva al frente de la dirigencia del partido del sol azteca.
Los procesos electorales de los perredistas son, a diferencia de los panistas, sumamente encendidos, donde la pasión parece rebasar a la razón y los arrebatos y escándalos han dejado muchos sinsabores.
En esta ocasión, el proceso para la elección del nuevo dirigente partidista mantiene un bajo perfil y se ve hasta apagado, aunque los contendientes se encuentran en pleno proselitismo.
Dos son los políticos de esa filiación que se encuentran en campaña para alcanzar la presidencia del partido, aunque solamente uno de ellos se advierte en esa etapa.
Los dos Carlos (Navarrete y Sotelo) tienen sus simpatizantes dentro de la estructura del partido, aunque no parecen prender el ánimo, más allá de eso.
Cuando se anunció que el PRD cambiaría sus estatutos para permitir que los ex presidente del partido participaran nuevamente en una contienda por la dirigencia nacional, surgió el entusiasmo y los dedos apuntaron hacia la figura del fundador del partido y primer presidente del mismo, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
El propio Cárdenas Solórzano se animó a participar y dijo que con gusto lo haría, si se concretaba una candidatura de unidad, sin participación de ningún otro aspirante.
El anuncio de Cuauhtémoc fue bien visto y pronto surgieron sus respaldos, los que señalaban la necesidad de que una figura con sus antecedentes participara, principalmente por el encono que dejaron pasadas experiencias dentro del partido.
La decisión de Cuauhtémoc desalentó la intención de Marcelo Ebrard por participar en el proceso, con todo y que había anunciado su interés por contender. Antes de ellos, solamente los Carlos, Navarrete y Sotelo, habían mostrado interés en competir por el lugar que ahora ocupa Jesús Zambrano.
Para establecer las nuevas reglas de competencia, se procedió al cambio en los estatutos y la asamblea partidista se marchó de la misma considerando que le mejor opción para ello era Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Las cartas parecían estar marcadas para ese regreso, con la firme intención de mantener unido a un partido que se resquebraja y sufre el embate de MORENA, que será su principal competencia por el voto de la izquierda en los comicios del 2015.
Entusiasmado, Cuauhtémoc repetía una y otra vez que estaba listo para asumir el reto, pero siempre dejando en claro que requería de ir solo en la competencia. Sus palabras no fueron escuchadas o no quisieron escucharlas los Carlos, que se mantienen en la disputa del cargo y pronto se desinfló la posibilidad de que Cárdenas Solórzano asumiera de nueva cuenta la presidencia del Partido de la Revolución Democrática.
La supuesta participación en la competencia del tres veces candidato presidencial del PRD fue vista por algunos como un abuso por parte de aquellos que lo entusiasmaron, para después dejarlo solo.
Cuauhtémoc continúa repitiendo sus intenciones de participar, pero bajo sus condiciones, mientras que los grupos que lo animaron lo han dejado en el abandono. Pero eso sí, “Los Chuchos”, que controlan el partido desde hace varios años, tienen en Carlos Navarrete su carta fuerte para repetir en la presidencia del partido.
De continuar como van las cosas dentro de la carrera por la presidencia del partido, Carlos Navarrete sería el próximo dirigente nacional del partido y ampliaría el margen de acción de su grupo, en el que ubican Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Guadalupe Acosta, todos ex dirigentes nacionales del partido.
Bajo esa premisa, “Los Chuchos” tendrían que negociar con las otras corrientes importantes del partido, para evitar fracturas dentro del mismo.
La contienda electoral del año próximo se espera difícil para el perredismo, ya que tendrá como competencia por el voto de la izquierda al partido fundado por Andrés Manuel López Obrador, el que se considera le arrebatará un importante número de sufragios.
Pero lo más difícil viene en la negociación que tendrían que hacer con los grupos internos y con los otros partidos de izquierda que buscarán vender caro su amor, ante la posibilidad de migrar hacia el nuevo partido.
Ya no falta mucho tiempo para saber el rumbo que seguirá la elección del dirigente nacional del partido del sol azteca y si son capaces de conciliar entre ellos o terminan como proceso anteriores, con una guerra sucia de acusaciones de fraude, de mentirosos y manipuladores, como sucedió en el pasado reciente.
Eso sí, al dirigencia perredista decidió pedir la intervención del Instituto Nacional Electoral para que organice su elección interna.
De esa forma, el grupo de “Los Chuchos” daría transparencia a su proceso de sucesión de Jesús Zambrano, sin correr ningún riesgo, ya que Carlos Navarrete es amplio favorito para vencer a quien s e plante como adversario para disputar la presidencia del partido.
Por cierto, que el accidente de tránsito que sufrió el ex coordinador de los senadores perredistas y ex aspirante al gobierno del Distrito Federal no tuvo, por fortuna, grandes consecuencias. Lesiones menores y su vehículo destrozado son daños menores.
Navarrete seguirá en su recorrido por los estados del país, en su gira de convencimiento de que él es la mejor opción para presidir el partido.