Madero, presidente sólo por un año 9 meses
Roberto Vizcaíno miércoles 21, May 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Las reformas a los estatutos indican que Gustavo sólo tendrá un mandato corto
- La contienda que sigue es por el reparto de candidaturas para el proceso de 2015
- Margarita Zavala no será coordinadora en San Lázaro, ni precandidata en 2018
Quien suponga que la contienda entre maderistas y calderonistas terminó el domingo pasado, está muy equivocado.
La guerra es por la sobrevivencia… y el poder. Mucho poder.
Frente a esto y los acontecimientos, la realidad es cruel e irrefutable para unos y llena de felicidad y de anchas avenidas para los otros:
El primer hecho es que Gustavo Madero -con el apoyo de los más de 80 mil panistas de base que votaron por él-, volvió a apalear a Felipe Calderón, y eso duele, duele mucho, es casi insoportable, pero como buen jugador el michoacano sabe que una vez concluida la contienda, hay que prepararse para la que sigue.
El segundo, es que Ernesto Cordero quedó marcado como un pésimo candidato. No ha ganado una. Primero perdió frente a Josefina Vázquez Mota -teniendo todo el apoyo del entonces Presidente de la República-, y ahora pierde frente a Madero, con el mismo apoyo del ahora ex presidente y su tropa familiar y de intereses.
El tercero es que la fractura del PAN es real pese a las sonrisas de plástico de los miembros prominentes de los dos grupos en disputa, y eso no tiene arreglo. Basta seguirle el curso a las declaraciones de unos y otros para entenderlo.
El cuarto hecho es que UNO, sólo uno, Gustavo Madero, es quien tiene el control del poder, los recursos y el partido -y con ello del registro de las candidaturas a todos los cargos de elección-, y el otro –Felipe Calderón /Ernesto Cordero-, no.
Ante este escenario mínimo, Calderón y Cordero- y el resto de la tropa que actúa en este caso como los perros de rancho, esos que hace bulla a pesar de que sólo el primero sabe por qué ladra-, acordaron recular, mantenerse dentro del PAN, reconocer la derrota, no hacerla de tos ante el Trife ni en los medios y mantener los espacios en el Senado y la Cámara de Diputados que es donde detentan sus mayores posiciones y fuerza.
Han comenzado a negociar su rendición y quieren, exigen algunos trofeos. De entrada le demandan a Madero las cabezas de los coordinadores de las fracciones parlamentarias del PAN en el Senado y la Cámara de Diputados, de Jorge Luis Preciado y de Alberto Villarreal. Madero, que sabe que no les debe nada y que tiene el respaldo de un triunfo por 14 puntos, ya les respondió: tienen espacios dentro del PAN, pero no puestos de poder. Va a ser muy difícil que Madero les ceda a Preciado o a Villarreal. Sabe mejor que nadie que cumplirle caprichos a Calderón o a Cordero, sería una muestra de debilidad inaceptable, riesgosa. Si cede en uno cedería después en todas.
LAS PELEAS QUE SIGUEN
Los resultados de la primera elección de dirigente nacional abierta a militantes en los 75 años del PAN, deberá derivar sin embargo en un necesario reajuste al interior de los espacios del panismo.
La lógica indica que Madero va por el reforzamiento de su poder.
De entrada el amplio margen logrado en su reelección, le deja claro a él y a los demás elementos del poder en México (Presidencia de la República, gabinete, gobernadores, cúpulas empresariales, etc) que en Acción Nacional no hay más interlocutor que él.
El mensaje que le envió el presidente Enrique Peña Nieto no sólo fue de felicitación, sino de reconocimiento a esa interlocución.
Se acabó el jaloneo entre él y Cordero.
Cordero regresará al Senado como un legislador más. Su grupo no tiene más que 24 o 25 votos frente a los acumulados por las fuerzas predominantes: los 54 del PRI, los 7 del PVEM, 1 del Panal y los 14 del ala de Madero, más los que se sumen del PRD de Los Chuchos.
Con eso sacan adelante cualquier votación de las leyes secundarias que faltan, especialmente de la reforma energética que sólo requiere del voto de la mitad más uno de los 128 senadores.
LAS CANDIDATURAS
En este contexto Madero entrará pronto, antes de que termine este año, en el jaloneo por el reparto de las candidaturas a 500 diputaciones federales (300 de mayoría y 200 plurinominales), 9 gubernaturas, diputados locales en 17 estados y alcaldes en esas entidades, más 16 delegaciones en el DF y 65 asientos en la Asamblea del DF.
Es aquí donde el chihuahuense y su equipo van a dejar sentir su predominio y dónde se delineará el acomodo para la contienda presidencial del 2018.
Para nadie es un secreto que Felipe Calderón quería que Cordero ganara la Presidencia del PAN, para luego colocar a su esposa, Margarita Zavala, en el primer lugar de las listas de diputados plurinominales de Acción Nacional a fin de hacerla después coordinadora de la bancada blanquiazul en San Lázaro.
Ni qué decir que eso le daría a doña Margarita exposición mediática gratis durante los siguientes 3 años, y el acceso a una bolsa de quizá unos 15 a 20 millones de pesos mensuales a fin de construir su candidatura presidencial para la contienda del 2018.
Como sea Margarita Zavala, que es abogada por la Escuela Libre de Derecho, y que ha ocupado un asiento en la Asamblea del DF y una curul en San Lázaro, con 46 años cumplidos, podría alcanzar una nominación.
Sólo que quizá no sea en el primer lugar de la lista de pluris, y mucho menos sería nombrada coordinadora de la fracción, lo cual la dejaría como una diputada más entre los que lleguen a esa bancada.
Correría la suerte que ahora vive Luisa María Calderón en el Senado, donde no tiene mayor posición que ser secretaria de las comisiones de Asuntos Indígenas, la de Desarrollo Social y de la de Población y Desarrollo.
Al parecer, si uno recupera la imagen del momento en que se declara a Madero ganador de la contienda del domingo pasado, quien podría estar consiguiendo la candidatura presidencial del PAN en el 2018, es el ahora gobernador Rafael Moreno Valle.
Este estaba por demás contento detrás de Madero cuando Cecilia Romero le levantó la mano de triunfo.
LA OTRA PRESIDENCIA
Para que ocurra esto, Madero deberá asegurar que uno de los suyos gane la presidencia del PAN que se jugará hacia fines de 2015 e inicios de 2016.
El caso es que Gustavo Madero sólo será presidente por un año 7 o 9 meses de acuerdo a las reformas aprobadas en los nuevos estatutos.
Las reformas de los documentos básicos realizadas en marzo pasado, acortaron este mandato a fin de empatarlo con el inicio de la nueva legislatura y para los siguientes cambios de dirigentes nacionales, vayan acordes con las siguientes legislaturas.
Eso significa que Madero entregará la presidencia del PAN a su sucesor a más tardar en enero o febrero de 2016.
Y quien resulte electo en el segundo proceso abierto a la militancia, será quien decida y conduzca el proceso de elección de candidatos en la contienda presidencial y para senadores y diputados en 2018.
Seguro que Calderón y Cordero volverán entonces a la carga, quizá ahora con un candidato que podría ser o Roberto Gil Zuarth o Javier Lozano, o de plano Luisa María Calderón si no es que Madero accede y la envía de nuevo como candidata a la gubernatura en la siguiente contienda en Michoacán.
Con esto Madero le daría un dulce al ex presidente y a su equipo, y les cerraría la puerta en el reparto de las siguientes nominaciones.
Pero de que la batalla sigue, no hay duda. Es mucho lo que se tiene que repartir dentro del panismo en los siguientes meses y años.
Como dice un ex amigo, vamos a ver.