Raphael triunfa en México y regresa al Auditorio Nacional el 22 de mayo
* Especiales, Espectáculos lunes 19, May 2014- El cantante ofreció un majestuoso concierto de más de 3 horas
Por Gloria CARPIO
Parece ser que los años no pasan por el cantante Raphael y es que el pasado jueves demostró su potencia y energía en un concierto que tuvo una duración de más de tres horas y dio muestra de lo que es capaz de hacer en escena. Fue esta gran noche en la que Raphael, demostró porqué es catalogado como “El Divo de Linares”, siendo ovacionado por 10 mil personas que acudieron a verlo al Auditorio Nacional.
En esta ocasión, el famoso intérprete hispano ofreció 42 temas, siendo acompañado de un grupo de excelente músicos, apareciendo justamente a las 20:30 horas, luego de una breve introducción musical de “Yo soy aquél”, para de inmediato deleitar a sus fans con “Si ha de ser así”, “La Noche” y “Mi gran noche”, con la que el público se puso de pie para bailar.
Luciendo impecable, vestido con ropa de color negro, el cantante de 71 años de edad agradeció al público su presencia y cariño, con los que ha alimentado su trayectoria artística de 55 años, gracias a los que ha recorrido gran parte del mundo.
“Provocación”, “Se fue”, “Ahora”, “Los amantes”, “Digan lo que digan,” fueron otros éxitos incluidos durante la emotiva y romántica velada.
Entre las canciones más coreadas resaltaron “Detenedla ya”, “Será mejor”, “Yo sigo siendo aquel”, “Eso que llaman amor”, “Gracias a la vida” y “Estuve enamorado”, logrando el aplauso del respetable que se puso de pie a manera de reconocimiento para el ídolo musical, que también realizó un set acústico, acompañado de un excelente guitarrista.
“Cuando tú no estás”, “Desde aquél día”, “Maravilloso corazón”, “Escándalo” y “Frente al Espejo”, fueron los temas con los que se despidió el famoso cantante, volviendo al escenario ya que el público se lo exigía y cerrar con “Como yo te amo”, temas que han trascendido el tiempo y el espacio y ahora formar parte del repertorio de la memoria colectiva de cientos de mexicanos que quedaron rendidos a los pies del Divo que ejecutó movimientos tal y como si fuera un jovencito.