Incertidumbre en Michoacán
¬ Juan Manuel Magaña lunes 12, May 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Pasó el 10 de mayo y no está claro si el desarme de autodefensas en Michoacán fue un éxito y si éste contribuirá de veras en algo para solucionar la complicada situación en dicho estado.
Hubo sí un acto oficial en el que unos 450 autodefensas que en febrero de 2013 salieron a combatir al grupo criminal de “Los Caballeros Templarios”, se convirtieron desde este sábado en la Fuerza Rural Estatal a cargo oficialmente de la seguridad pública en los municipios de Tepalcatepec y Buenavista Tomatlán, Michoacán.
El número no me dice mucho, si se piensa que el problema michoacano de inseguridad y crimen genera una expectativa mucho mayor, la de un paso gigantesco que modifique a fondo las cosas.
El acto oficial de conversión de autodefensas dio la impresión de ser algo escenográfico, como si el comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo, ordenara caballeros para la batalla y con el tal “Papá Pitufo” vestido ya como guardia rural.
Algo de propagandístico tienen las fotos en las que este último personaje y sus huestes salen con el uniforme, la insignia, el fusil calibre .223 y la pistola calibre .9 milímetros, todo ello junto con los datos de que los nuevos policías rurales tendrán sueldo, prestaciones, posiblemente seguros y crédito de vivienda. Cosas que invitan a pensárselo.
Ya lo dijera el señor “Pitufo” respecto de su movimiento: “Yo creo que con esto le damos la legalidad. Nosotros ya podemos traer un arma y eso es lo importante, no vamos a andar de ilegales y que en cualquier momento nos atrapen y nos lleven a la cárcel por estar armados. Estamos en la legalidad y con ello ya tenemos un compromiso, somos parte del gobierno”.
Pero por otro lado está la seria advertencia que lanza el líder de las autodefensas de Tepalcatepec, doctor José Manuel Mireles: “en Michoacán la guerra no ha empezado. Va a empezar ahora que se va el dizque comisionado Alfredo Castillo Cervantes. Y la guerra va a estar dura, porque no nada más tengo que pelear contra los “templarios” declarados, sino contra los perdonados y los arrepentidos, los falsos autodefensas”.
Estando así las cosas, llama la atención también lo dicho por el comisionado Castillo en el sentido de, por un lado, la debilidad de los cuerpos de seguridad llevó a la presencia del crimen organizado.
“Hace 15 meses se podía hablar de una debilidad institucional, en donde los cuerpos que hoy ustedes representan fueron infiltrados y se dedicaron a hacer levantones, a extorsionar y a formar parte del crimen organizado”.
La pregunta es obvia. ¿Con una incipiente fuerza rural de 450 elementos queda superada esa “debilidad institucional”? No lo creo, ni aunque Castillo diga también que tiene tres mil solicitudes en la mano.
Hay que tener en cuenta también que la fecha michoacana del 10 de mayo estuvo precedida por signos bastante preocupantes.
El día se fijó como ultimátum que tensó al propio gobierno. Cayeron en discrepancia Castillo, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido. Lo de la fecha fatal pareció diluirse.
Pero más preocupante aun es la división en el movimiento de los autodefensas. Y eso a veces parece no tener ni pies ni cabeza. Conservadoramente se habla de 10 mil armados y en el caso contrario de 20 mil o más. En su último impulso lograron extenderse en 20 municipios michoacanos. Y se dice que Mireles es uno de los tantos líderes que cuenta con más seguidores.
Los contrarios a Mireles desean su proscripción. Y ahora pende sobre su cabeza la amenaza de enviarlo a la cárcel por el asesinato de cinco personas, un crimen que, sostiene, no cometió y cuyos testimonios fueron fabricados.
Así es difícil hacer un pronóstico sobre lo que sigue en Michoacán. Pero queda la fuerte impresión de que la situación sigue descontrolada.