Ahora van por Tamaulipas
Roberto Vizcaíno viernes 9, May 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- El resurgimiento de la violencia en varios estados del país, obliga a Peña Nieto a seguir otra estrategia
- Es posible que en Tamaulipas se designe a un nuevo delegado especial federal
- Los gobernadores tienen hoy su poder en el número y control de sus diputados federales
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció que el martes próximo el presidente Enrique Peña Nieto aplicará una nueva estrategia de seguridad ahora para Tamaulipas.
El anuncio deja de lado al gobernador Egidio Torre Cantú, quien venía insistiendo en que su estado no hacía falta un delegado federal especial de seguridad.
Su insistencia en desechar esta posibilidad evidenció el temor de correr la misma suerte del gobernador de Michoacán, a quien Alfredo Castillo ha anulado en los hechos al tomar el control de todas las acciones de gobierno en aquella entidad.
Pero el creciente clima de confrontación y muerte que regresa a Tamaulipas, ha obligado a Peña Nieto a tomar una decisión: asumir el poder total de aquella entidad vital para las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos y para la producción de decenas de productos agrícolas.
Es obvio que la estrategia de militarizar el sistema de seguridad no le funcionó a Torre Cantú, quien al hacerlo privilegió a elementos de la Defensa Nacional y dejó fuera a los de la Marina, quienes prácticamente abandonaron Tamaulipas.
Hoy los acontecimientos han rebasado al gobernador surgido luego de que un grupo de sicarios asesinara a su hermano Rodolfo Torre Cantú el 28 de junio de 2010, y quien era el candidato casi ganador en la contienda por la gubernatura de ese estado.
Junto con la nueva estrategia que anunciará el martes Osorio Chong para Tamaulipas, también dará a conocer un replanteamiento de las acciones de seguridad, para San Luis Potosí, Nuevo León y Coahuila.
EL PODER DE LOS GOBERNADORES
Perdida la Presidencia de la República el domingo 2 de julio de 2000, el viejo sistema de poder priísta se replegó a sus gobernadores.
A partir de entonces el método de control vertical surgido desde 1929 con la creación del Partido Nacional Revolucionario (hoy PRI), se fortaleció en cada estado gobernado por un tricolor.
Sin los controles centrales de antaño, sin necesidad de rendirle cuentas ni someterse a nadie, los gobernadores priísta retomaron y replicaron el método y de entrada –en su mayoría–, designaron a sus sucesores.
De igual forma eligieron candidatos de su partido a todos los demás cargos de elección popular: senadores, diputados federales y locales, y sus alcaldes.
Y como lo hicieron los presidentes priístas desde Plutarco Elías Calles a Ernesto Zedillo, ejercieron a lo largo de estos años su control sobre los poderes Judicial y Legislativo locales. Pronto los gobernadores del PAN y PRD siguieron el ejemplo.
Todo eso lo lograron los gobernadores priístas a través de aplicar un efectivo mecanismo de contrapesos políticos a partir de sus mayorías en la Cámara de Diputados federal y en el Senado de la República.
Ahí, en el Congreso de la Unión, fue donde los gobernadores tricolores sometieron a los presidentes panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, y donde consolidaron su poder regional.
La necesidad de darle organicidad a este nuevo poder se expresó en la Conferencia Nacional de Gobernadores, la Conago, creada fundamentalmente por mandatarios priístas en 2002.
Pero fue el número y calidad de sus legisladores en cada cámara, lo que determinó y es aún factor en el predominio y capacidad de negociación de cada gobernador frente a Los Pinos.
Así a lo largo de los 12 años de las presidencias panistas los mandatarios priístas con mayores diputados federales fueron los que concentraron la atención de Los Pinos.
En todo este entramado de nuevos equilibrios surgidos con la alternancia y que tiene sus ejes en el Congreso de la Unión, sin duda cuenta la experiencia y fuerza de los coordinadores parlamentarios, verdaderos gerentes de piso del nuevo poder de los gobernadores priístas, que hoy comienza a ser conducido por Enrique Peña Nieto mediante la creación de otros controles.
Llegar a ello no fue fácil. Como en toda transición, en ésta del presidencialismo al control virreinal de los gobernadores y ahora de nuevo al predominio de Los Pinos, hubo momentos de mucha tensión, confrontaciones y riesgos de fracturas insalvables.
Ahí, para esta historia, quedaron la guerra de Elba Esther Gordillo contra el entonces presidente del PRI, Roberto Madrazo, y luego la confrontación de éste con los integrantes del Tucom.
Hacia finales de 2003, a pesar de que era secretaria general del tricolor y de que contaba con el apoyo de una decena de gobernadores de este partido, La Maestra fue removida de la coordinación de los diputados federales priístas y luego expulsada del PRI.
En pleno proceso de empoderamiento de los gobernadores del PRI en sus estados, y en la búsqueda de la recuperación de la Presidencia de la República, Roberto Madrazo se confrontó contra el llamado popularmente Tucom (por aquello de Todos Unidos Contra Madrazo) integrado por los entonces gobernadores del Estado de México, Arturo Montiel; de Nuevo León, Natividad González Parás; el de Coahuila, Enrique Martínez y Martínez y el de Tamaulipas, Tomás Yarrington, así como los ex gobernadores de Hidalgo, Manuel Ángel Núñez Soto y el de Veracruz, Miguel Alemán, y el coordinador de los senadores del PRI, el sinaloense Enrique Jackson Ramírez.
Los resultados de éstas y otras contiendas, forman parte del acervo y fuerza del PRI en el poder. Ya no hay enfrentamiento entre priístas. Entendieron que eso los debilita. Pero tampoco hay una entrega absoluta del control en los estados. Persiste la operación de mayorías legislativas y estas son conducidas esencialmente por los gobernadores.
Y en este esquema siguen predominando los que cuentan con más diputados y estos son: Eruviel Ávila, del Estado de México con 38 de 65 diputados que tiene esta entidad; Javier Duarte, de Veracruz, con 17 de 30 diputados; Aristóteles Sandoval, de Jalisco, con 20 de 29 diputados; Rodrigo Medina, de Nuevo León, con 10 de un total de 23 y de ahí hacia abajo.
Estas bancadas actúan en conjunto en caso de los intereses nacionales como es el caso de la distribución y aprobación del Presupuesto o de las reformas del Estado, o en forma particular de acuerdo a cuestiones estatales o regionales.
En todos los casos hoy hay una negociación entre Peña Nieto y ellos. Y eso incluye a los de los otros partidos.
De ahí la explicación de por qué hoy algunas iniciativas caminan más rápido que otras dentro de cada cámara. Y de por qué Peña Nieto visita más a unos estados que otros.