El espectáculo del crimen
¬ Juan Manuel Magaña jueves 8, May 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
La gravedad de la situación de violencia que vive el país, a la que hace dos días nos referimos en este espacio, fue confirmada por el subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación, Roberto Campa Cifrián.
Lo dijo en una frase: La situación de violencia y delincuencia en México sigue siendo delicada.
Campa dijo que si bien en los meses recientes el número de homicidios dolosos ha bajado, todavía ocurren 50 casos cada día, y en municipios de entidades como Michoacán y Guerrero las tasas de asesinatos superan tres veces más la media nacional.
En términos económicos, el costo de la violencia en 2013 fue de 215 mil millones de pesos, equivalentes al 1.34 del producto interno bruto nacional.
Por más que el funcionario introdujera el matiz de una baja en homicidios, la situación sigue siendo, en términos oficiales, espeluznante: no hacen ninguna diferencia los 50 homicidios dolosos que ocurren a diario contra los 60 del año pasado.
Campa insistió en que hay un avance general de contención de la violencia, pero para terminar reconociendo que “persisten crisis locales”, como las que ocurren en municipios de Tamaulipas, o el “repunte sin precedente” en homicidios en Michoacán.
Decía Campa: “No podemos decir que las cosas están bien, pero me parece que sí hay elementos para decir que se está mejorando”.
El problema es que eso se lo crean los siete de cada diez mexicanos mayores de 18 años que, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2013, perciben como inseguras las entidades federativas donde viven.
Aquí hay que hacer notar dos cosas que saltan a la vista:
Una, que de ese tamaño es el desbarajuste que irresponsablemente dejó en el país Felipe Calderón; dos, que con tal de volver al poder, el PRI recurrió al discurso fácil de que todo lo resolvería en poco tiempo, sin siquiera tomarle cuentas al gobierno anterior.
Ahí está la cuestión, ha pasado año y medio de ese retorno y lo que se les hizo fácil se ve que sigue estando en chino.
Dice Campa que es necesario llenar los vacíos en materia de seguridad, procuración de justicia y, sobre todo, reforzar la atención social, para que no se repita la dinámica de que a la captura de un líder criminal le sigue la sustitución del poderío por otros delincuentes.
Todo eso se ve muy lejano.
Más, si se toma en cuenta la inesperada crítica que el vocero de la Presidencia, Eduardo Sánchez Hernández, hizo a lo que ocurrió durante los dos sexenios pasados (por causa de Marta Sahagún y Genaro García Luna, que usaron a Televisa).
El funcionario afirmó que la política de presentar a delincuentes rodeados de dinero y armas, custodiados por policías con el rostro cubierto, generó sentimientos aspiracionales en los jóvenes, que buscaron en el crimen una posibilidad de desarrollo.
Es decir, la carrera delictiva adquirió status –-según Sánchez- y eso está muy lejos de poderse erradicar. Vamos pa’largo.