Resbalosos
Ramón Zurita Sahagún jueves 8, May 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Se puso de moda entre los gobernantes tirar la piedra, tratando de esconder la mano o mirar la paja en el ojo ajeno, sin ver la viga que tienen enfrente. Fausto Vallejo Figueroa, gobernador de Michoacán, pretendió desviar la atención centrada en su estado por la permanente violencia y hacer comparativos con otras entidades.
Señaló a Tamaulipas, Estado de México, Morelos, Jalisco y Veracruz, entre otras entidades que, según el propio Vallejo Figueroa, enfrentan mayores problemas de violencia que Michoacán.
Fausto no se anduvo por las ramas y afirmó que el estado del que es gobernador es mucho más seguro que aquellos, aunque reconoció que actualmente la seguridad en el estado la maneja totalmente la federación, a través del comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo.
“No hay resquicios en el aspecto de seguridad, Alfredo Castillo tiene toda la responsabilidad de la seguridad y obviamente yo soy copartícipe”, precisó el priísta, que ya tiene encima a sus colegas.
En parte es cierto lo que dice Fausto, ya que algunas zonas de Michoacán respiran mayor seguridad por la presencia de la federación, pero también lo es que cuando los federales o militares abandonan las plazas resurge la violencia.
También tiene algo de razón en señalar a esas entidades como de las más violentas del país, aunque en el Estado de México operan los federales, como lo hacen en Michoacán.
Pero en los otros cuatro estados, los gobernadores se han negado a recibir el respaldo de la federación, con todo y el creciente grado de inseguridad y el alto impacto de la violencia.
Egidio Torre Cantú fue de los primeros en acusar recibo del señalamiento de Vallejo Figueroa, tratando de desmentir que Tamaulipas sea uno de los estados más violentos de la República.
Fue en Tamaulipas donde se descubrieron narcofosas con decenas de cadáveres, un suceso que horrorizó no solamente en lo interno, sino que traspasó las fronteras, causando sorpresa e indignación.
También en Tamaulipas ocurrió el éxodo de un gran número de pobladores, provocando la aparición de pueblos fantasmas.
Fue en Tamaulipas donde surgieron algunos de los principales grupos delincuenciales, los que sobreviven en la entidad.
La frontera formada por Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Ciudad Mier y Río Bravo, está considerada como la más violenta del país.
Ejecuciones, secuestros, bloqueos y todo tipo de delitos continúan asolando al estado, aunque el gobernador los desestima, catalogándolos como efecto del combate a la delincuencia.
Torre Cantú se niega a recibir auxilio de la federación, como ya se hace en Michoacán y el Estado de México.
Morelos, con todo y las cifras alegres del gobernador Graco Ramírez, prosigue como uno de los estados violentos del país, donde la alarma cunde entre la población que busca la salida del mandatario estatal.
Hace apenas unas semanas un contingente de más de diez mil personas salieron a las calles de Cuernavaca, para exigir la salida del gobernante, ante el incumplimiento de Ramírez Garrido Abreu para solucionar el problema de la inseguridad.
Los asesinatos, los secuestros y todo tipo de delitos son el pan de cada día en los distintos municipios del estado, sin que se vean resultados palpables, con todo y que en la mitad de los ayuntamientos se implementó el mando único policíaco y se importaron jefes policíacos que habían actuado con relativo éxito en alguna otra entidad. Apenas el lunes, el matrimonio formado por el catedrático Alejandro Chao y su esposa Sara Rebolledo, fueron asesinados en su domicilio, causando indignación entre la población que salió a las calles para exigir el esclarecimiento del doble crimen y de otros delitos que se mantienen impunes.
Es la segunda manifestación pública, en poco tiempo, de una población cansada de tanta impunidad y de ser víctimas de los delincuentes.
Veracruz es otra entidad penetrada por la violencia, la que se manifiesta lo mismo en la zona norte, en la sur o la centro, con mayor o menor presencia indistintamente.
Javier Duarte sabe que la bomba le puede estallar en cualquier momento y que la delincuencia amenaza con actos tan reprobables como los acontecidos al inicio de su gobierno. En Veracruz se recuerda la aparición de una veintena de cadáveres abandonados en una camioneta, bajo un puente, a plena luz del día.
También el asesinato de más de una decena de periodistas, cuyos casos, la mayoría de ellos, se encuentran sin resolver.
El abuso contra los migrantes que se produce cotidianamente es otro de los asuntos pendiente, entre otros delitos que se manifiestan con mayor frecuencia.
Jalisco parecía una entidad que había desparecido de la lista de los estados más inseguros, aunque la violencia se manifiesta con mayor presencia en tiempos recientes.
Jorge Aristóteles Sandoval pretende navegar entre aguas mansas, aunque el señalamiento de Fausto Vallejo lo sitúa de nueva cuenta entre los estados con mayor inseguridad.
Y aunque la piedra de Fausto fue lanzada en contra de esas entidades, hay otras que se mantienen al mismo o mayor nivel de inseguridad que los antes mencionados.
CAMPECHE
La visita del presidente Enrique Peña Nieto a Campeche inquietó a los aspirantes priístas al gobierno estatal que se encuentran en plena etapa de proselitismo, ya que el tiempo apremia. Restan 13 meses para la elección y algunos de los prospectos sienten que se están quedando rezagados en esta competencia, en la que los priístas consideran que van cuatro aspirantes: el diputado federal Alejandro Moreno Cárdenas, el senador Raúl Pozos, la directora del Inapam, Araceli Escalante y la alcaldesa de Campeche, Ana Martha Escalante.