Los debates
Ramón Zurita Sahagún miércoles 7, May 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Debatir los temas importantes de la política en general y las aplicaciones que buscan hacer los gobiernos es un requisito que se debe cumplir, para que la sociedad los conozca a fondo.
El debate permite que la población se interiorice en asuntos que pasan muy rápido y que en la mayor parte de los casos quedan en el anonimato para la ciudadanía, al no ser desglosados en forma total.
Durante las campañas políticas, los debates son indispensables para conocer más de cerca lo que plantean unos y otros candidatos. Es por eso que algunos abusan de los debates y otros simplemente los evitan.
Depende de cada uno y qué tan buenos sean para los debates, ya que en muchos casos muestran la escasez de pericia de algunos para solventar los temas que son tratados.
En la actualidad, el tema del debate se pone en el tapete de la discusión, cuando dos personajes entran en el tema.
Uno, Alfonso Cuarón, laureado cineasta, invitó al Presidente Enrique Peña Nieto a sostener un debate con él, sobre el tema energético. El otro, Gustavo E. Madero, aspirante a la presidencia del PAN desestima la consumación de un nuevo debate con su adversario Ernesto Cordero. En el caso de Cuarón, una vez recibido el Óscar como mejor director del año pasado, el cineasta recordó que en México se había aprobado unas semanas antes una reforma energética y que estaban por discutirse las leyes secundarias de la misma, por lo que cuestionó a la administración que encabeza Peña Nieto sobre la realidad de esas modificaciones, mediante un cuestionario de diez preguntas.
Sus cuestionamientos fueron respondidos con inmediatez, aunque no quedó satisfecho con ello, por lo que invitó al Ejecutivo federal a sostener no uno, sino tres debates, para que la población conozca los beneficios y perjuicios de dicha reforma energética y sus leyes secundarias.
Claro que como Alfonso Cuarón no es un experto en temas energéticos propuso que en el mismo participen representantes de distintos sectores de la sociedad, en televisión y en horario estelar, sobre las leyes secundarias de la misma.
“Sus respuestas no pueden ni deben agotar la discusión. Por el contrario, abren la oportunidad de que se realicen el debate plural y abierto sobre las reformas, el debate que merecemos todos los ciudadanos”, publicó Cuarón en un nuevo desplegado titulado “¿Por qué no debatir?”. Por supuesto que para la realización de dichos debates se usarían los canales de la televisión abierta y también participarían los miembros del gabinete, además de representantes de partidos, expertos en la materia.
Serían tres, según la propuesta del cineasta y enlazados en cadena nacional en horario estelar. Esta no es la primera ocasión en que el Presidente de la República es invitado a debatir temas de alcance nacional, aunque en la mayoría de las ocasiones la forma de hacerlo fue una reacción de bravucones.
Sin embargo, hasta el momento no se ha producido ese encuentro de ideas entre un Ejecutivo federal y alguno de sus increpadores.
El otro debate que entró como tema de discusión actual es el que debían sostener Gustavo E. Madero y Ernesto Cordero, para discutir sus puntos de vista sobre sus respectivas plataformas que los impulsan a competir por la presidencia del Partido Acción Nacional.
Dentro del esquema de campaña electoral propuesto por el partido se contaba con la realización de varios debates y los contendientes aceptaron debatir también ante micrófonos y cámaras de radio y televisión.
Los debates se cayeron, ya que uno de los dos contendientes decidió ya no participar en los mismos.
Gustavo E. Madero argumentó que no le gustan y que su salud no es la adecuada para ello. Ernesto Cordero se encuentra dispuesto a ello y acepta todas las invitaciones que le hacen para debatir con su contrincante. Decíamos en un principio que los debates sirven como aguijones en algunos políticos que responde correctamente al sentir el primer piquete y para otros funciona como féretro o sábana mortuoria. Tres de los debates más recordados de los años recientes son el 1994, cuando Ernesto Zedillo, Diego Fernández de Cevallos y Cuauhtémoc Cárdenas, buscaban la Presidencia de la República.
Diego barrió a sus dos alternantes y su popularidad creció en forma rápida, lo que sucedió después forma parte de otra historia. Vicente Fox emergió del primer debate contra Francisco Labastida y Cuauhtémoc Cárdenas, como una opción válida para ganar los comicios.
Antes de ello, ese primer debate fue pospuesto, contra la voluntad de Vicente Fox, donde nació su famosa frase de hoy, hoy, hoy. Fox ganó los comicios del 2000 y se convirtió en el primer Presidente de la República no priista en gobernar al México moderno. El tercero de esos momentos de los debates que se quedan en la memoria ocurrió en 2006, cuando Roberto Madrazo, hasta entonces, mantenía vivas las posibilidades de que el PRI regresara al poder y fue evidenciado por el candidato del Partido Nueva Alianza, Roberto Campa como un evasor de impuestos.
GRACO EN PROBLEMAS
Conforme pasan los días, crece la insatisfacción de los habitantes de Morelos sobre la administración estatal que encabeza Graco Ramírez Garrido.
La inseguridad es manifiesta y el aumento de la violencia se palpa en la mayor parte de las poblaciones del estado.
La respuesta gubernamental es insuficiente, basada en cifras alegres que no satisfacen a nadie, se queja la población.
El asesinato del catedrático universitario Alejandro Chao y de su esposa ocurrido recientemente provocó airadas reacciones de la población que salió a las calles a manifestarse en contra de la violencia y a exigir al gobernador se actúe en contra de los responsables.