Redes sociales
Ramón Zurita Sahagún lunes 5, May 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Cuando menos tres políticos han sufrido en tiempos recientes la virulencia de las redes sociales y sumidos en severos problemas por sus propios hijos. El uso de las redes sociales para enseñar el modo de vida de los políticos y sus familiares es un arma de doble filo que acarrea problemas, cuando su uso es indiscriminado y sirve de espejo para personajes jactanciosos.
Andrés Rafael Granier Melo, ex gobernador priísta de Tabasco; Carlos Romero Deschamps, senador tricolor, y Luis Armando Reynoso Femat, ex gobernador panista de Aguascalientes, han sido evidenciados por su propios hijos, que manifiestan sus excesos y lujos en las redes sociales.
Fabián, el hijo mayor de Granier Melo, fue el precursor de este sistema de mostrar como él, sus amigos y sus novias, usaban aviones privados para sus traslados a destinos turísticos, donde se divertían a lo grande, derrochando fortunas y haciendo gala de su opulencia.
Granier Calles fue reconvenido por ello y disminuyó sus manifestaciones públicas de sus excesos, dejando de subir testimonios de ellos a las redes sociales, aunque ya era demasiado tarde para ello.
Mientras su hijo se divertía y hacía patente su condición de hijo de gobernador, Andrés Granier cometía error tras error y conducía una fallida administración estatal.
Contagiado, tal vez, de la vida de lujos y excesos en que vivía su hijo mayor, el entonces gobernador de Tabasco inició su propia fiesta de despilfarros, con sus constantes viajes a Las Vegas, Miami y La Habana, entre otros sitios.
Al igual que su hijo Fabián, Andrés Granier era generoso con sus amigos, a los que invitaba con frecuencia en sus desplazamientos.
Sin embargo, su desapego del gobierno, la mala administración del mismo, la escasa obra pública y el desvío de recursos, se hicieron notar y añadidos a los excesos de su hijo, llamaron la atención de las autoridades.
Hoy, Andrés Rafael Granier Melo se encuentra recluido en prisión, a la espera de ser sentenciado, acusado de diversos delitos que van desde evasión fiscal, peculado y desvío de recursos públicos.
Es cierto que por su enfermedad cardiaca se mantiene mayor tiempo hospitalizado, pero dentro de la propia prisión.
Carlos Romero Deschamps es un dirigente petrolero sobre el que pesan una serie de señalamientos que ha logrado evadir o resbalar, sin que le afecten al grado de perder la libertad.
Su vida de lujos es ampliamente conocida y la confrontación de sus salarios con sus propiedades, lujos y gasto corriente no checan por ningún lado, sin que ello llame la atención de las autoridades.
Se encuentra protegido por el fuero que se le otorga a los legisladores federales, por su condición de senador, cargo al que llegó por segunda ocasión, avalado por su partido: el PRI.
Como dirigente petrolero vino a cubrir la vacante que dejó el encarcelamiento de su compadre, el recientemente fallecido Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, quien fue encarcelado en 1989.
El primero elegido para cumplir esa función fue Sebastián Guzmán Cabrera, aunque pronto fue relevado por Romero Deschamps. Desde el inicio de su gestión se destacó el estilo personal del nuevo dirigente petrolero, del que pronto hicieron gala sus hijos.
Primero fue su hija Paulina, la que como una forma de humor negro subió a las redes sociales sus compras de bolsas de miles de dólares, bajo el título de las bolsas de Superama.
Más adelante nos enseñó como viaja por el mundo en aviones privados y acompañada de sus mascotas, las que gozan de los mayores privilegios, mientras disfrutan de sus viajes por el aire y por el mar.
José Carlos, otro de los hijos de Carlos Romero Deschamps vive en Miami, donde cuenta con un par de departamentos, cuyo costo se acerca a los cien millones de pesos y cuenta con autos deportivos de lujo.
Y aunque las imágenes mostradas de los excesos en lujos de los hijos de Carlos Romero Deschamps no lograron impactar para interrumpir la carrera política de su padre, sí consiguieron que se fijara la atención sobre él. Tal vez ese afán de protagonismo por enseñar sus lujos fue uno de los factores que llevó a que los legisladores decidieran sacar al sindicato petrolero del consejo de Pemex, lo que repercutió sensiblemente en el ámbito del poder público del poderoso gremio.
El tercero de los casos que mencionamos es el de Luis Armando Reynoso Femat, ex gobernador de Aguascalientes y recientemente detenido por presuntos daños patrimoniales, peculado y ejercicio indebido del servicio público.
Antes de eso, los hijos de Reynoso Femat fueron pródigos en mostrar la vida de lujos y excesos que le permitían los recursos económicos de su padre. Su hija Graciela, conocida como “regalito” gusta de mostrar sus viajes a Dubai, donde, supuestamente, cuenta con departamento propio.
Su hijo, Luis Armando Reynoso López, es dado a los excesos de diversión, mediante festejos grandiosos y espectaculares que siempre impactan a sus invitados.
Lo mismo en casinos que en casa privadas o salones de fiesta, Luis Armando hijo, deja constancia de su ingenio para hacer festejos inolvidables.
En un video subido a las redes sociales, se muestra como es lanzado un vehículo MiniCooper (su costo es de más de 350 mil pesos) a la alberca, con las consecuencias que ello implica. Los casos de los ex gobernantes y del senador muestran como la atención se fijó en ellos, por la mala administración de su gestión gubernamental y sindical, pero también por los excesos de sus propios hijos que con gran ostentación se mostraban en las redes sociales.
Hoy, seguramente, una de las grandes advertencias de los políticos hacia sus hijos es que no cometan esos errores en el uso de las redes sociales.