El debate
¬ Augusto Corro viernes 2, May 2014Punto por punto
Augusto Corro
Nada nuevo en el debate de los aspirantes a ocupar la presidencia del Partido Acción Nacional (PAN).
Los candidatos Gustavo Madero y el senador con licencia Ernesto Cordero se lanzaron acusaciones que todo mundo ya conocía. Cordero defendió los 12 años de gobiernos panistas. Así tenía que ocurrir, pues fue titular de Desarrollo Social y de la Secretaría de Hacienda. Además calificó a su adversario de ser un “aplaudidor” del PRI.
Madero contestó que sin duda “tuvimos 12 años de buenos gobiernos, hicimos cosas muy buenas, pero hay que reconocer que fuimos perdiendo respaldo de la ciudadanía en estos 12 años. “Nos debemos sentir orgullosos, pero también le hemos fallado a la gente”. En estas últimas frases se encierra la tragedia que vive el PAN luego de las elecciones presidenciales recientes. No olvidar que Fox, la esperanza, perdió el tiempo cuando estuvo en Los Pinos. Nunca entendió que era el primer mandatario y que estaba obligado a realizar los cambios necesarios para sacar a México de la pobreza. Luego dejó, irresponsablemente, que su esposa Marta se encargara de gobernar. Por su parte Calderón se enfrascó en una guerra contra la delincuencia organizada que dejó como herencia más de 80 mil personas asesinadas y el tejido social de México hecho trizas.
A los dos panistas les quedó grande la silla presidencial.
Así pues, Madero y Cordero se atacaron sin hacerse daño.
El primero tal vez fue el ganador, porque no defendió a Calderón, quien con sus ambiciones de poder ha influido para acelerar el divisionismo en Acción Nacional. Cordero, el incondicional de Calderón, estuvo en su papel de defensor de oficio como lo ha hecho desde que presta sus servicios al ex presidente michoacano.
Sin despeinarse, como se dice coloquialmente, Madero se enfila rumbo a la reelección como líder del PAN.
LA HERENCIA DE CALDERON
No todas las fiestas del Día del Niño estuvieron llenas de alegría. Una de las herencias que dejó Calderón tiene que ver con los miles de niños que pasaron a la orfandad luego de que sus padres fueron asesinados o desaparecidos en la espiral de violencia que se vive en México. La fallida guerra contra la delincuencia organizada no se ganó y trajo desolación y muerte a las familias. Los niños han sufrido en carne propia los estragos de la lucha mal planeada por el mencionado ex mandatario.
Los pequeños solo quedan huérfanos sino que también, en varias ocasiones, son alcanzados por las balas. ¿Cuántos menores han sido víctimas inocentes de las balas de la delincuencia? Sin duda, la vida de los menores ha sido alterada por el infortunio y no contarán con la sombra protectora del padre.
¿Habrá algún organismo que se dedique al cuidado y orientación de los huérfanos? ¿Les llegará la atención como víctimas de una guerra que nunca desearon?
LOS TRIQUIS
En Oaxaca hay una población indígena que ha sido sometida a una constante agresión por parte de las autoridades y de paramilitares.
Nos referimos a los triquis que son perseguidos a asesinados sin esperanzas de que las autoridades los apoyen.
En el año 2010, en el municipio de San Juan Copala grupos de para militares sitiaron a miembros de la etnia triqui y no permitieron que les llegara comida. Lo anterior provocó la intervención de organismos nacionales e internacionales de derechos humanos con el propósito de ayudar a los indígenas sitiados. Organizaron una caravana para ir a San Juan Copala a informarse de lo ocurría realmente. No pudieron llegar a San Juan Copala porque fueron víctimas de una emboscada por parte de los grupos paramilitares. Fueron agredidos a balazos y perdieron la vida dos defensores de derechos humanos: Bety Cariño y Jyri Jaakkola perdieron la vida. A principios de semana llegaron al Distrito Federal representantes indígenas y campesinos para exigir la captura de los paramilitares que asesinaron a Bety y Jyri.
Feliz fin de semana