Feliz “Día del Niño” en la miseria
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 30, Abr 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Nuestros políticos son de altos vuelos. Sólo se dedican a cosas importantes y urden grandes reformas como la energética, la fiscal, la de monopolios, qué sé yo. Y por eso no miran para abajo.
Por eso son incapaces de ver a quien pisan.
Y a quien han pisado es ni más ni menos que a la mitad de la niñez de México; eso que ellos mismos denominan románticamente en sus discursos “el futuro del país”.
Realizado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (Unicef México), el reporte “Pobreza y derechos sociales de niños, niñas y adolescentes en México 2010-2012” dice sin rodeos:
“En 2012 53.8 por ciento de la población de 0 a 17 años se encontraba en situación de pobreza en México, es decir que 21.2 millones de niñas, niños y adolescentes presentaban carencias en el ejercicio de al menos uno de sus derechos sociales y vivían en hogares sin acceso a los recursos monetarios suficientes para adquirir los bienes y servicios requeridos por todos sus integrantes”.
Otro aspecto revelador es que “los niveles de pobreza de la población infantil y adolescente en 2012 (53.8 por ciento) son significadamente mayores a los encontrados entre la población de 18 a 64 años (40.7 por ciento) y entre la población de 65 años o más (45.8 por ciento), lo que evidencia que este grupo de la población sufre en mayor medida las consecuencias de la pobreza que otros grupos sociales, tanto en términos de las carencias sociales que experimentan como en la insuficiencia del ingreso de los hogares de los que forman parte”.
Es decir que los niños en México son los amolados entre los amolados.
Las cifras que siguen son dramáticas: 4.7 millones de niños viven en pobreza extrema. En esas condiciones es como hoy van a celebrar el día mundial de la niñez. Y es más, el 53 por ciento de los menores carece de servicios de salud y educación, y de vivienda y hasta alimentación.
Incluso, tres de cada 10 infantes padece hambre.
Así dejó las cosas a su paso un tal Felipe Calderón y duda que ahora las cosas hayan mejorado. Me baso en que para la Unicef “es crucial que las acciones de política económica logren una mejoría importante y sostenida de los ingresos de los hogares.
De manera complementaria, se requiere que el gasto público en general, y el gasto social en particular, tengan una tendencia crecientemente progresiva que permita disminuciones efectivas en las brechas que excluyen del desarrollo y del goce de sus derechos a los grupos de población en mayor desventaja”.
Lo triste es que todo eso se antoja bien lejano. Nuestros políticos están viendo en estos momentos sólo para arriba.