El trastorno bipolar afecta a 1.6% de la población mundial
Elsa Rodríguez Osorio, Salud lunes 21, Abr 2014Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- Supervivencia hasta en un 50% para el síndrome mielodisplásico
- Uno de cada 10 mexicanos padece algún grado de afección renal
Con el objeto de generar conciencia sobre los trastornos bipolares y eliminar el estigma social asociado al padecimiento, el 30 de marzo se conmemoró por primera vez el Día Mundial del Trastorno Bipolar. El doctor Manuel Sánchez Carmona, presidente mundial de la Sociedad Internacional de Trastorno Bipolar, señala que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Psiquiatría 2003, se estima que el TB tipo I afecta a 1.6% de la población mundial, la incidencia es igual en hombres que en mujeres. El 70% de los pacientes con TB son mal diagnosticados, debido a una errónea clasificación del padecimiento. El Consejo de Salubridad General lo define como un trastorno afectivo caracterizado por la presencia de episodios reiterados (al menos dos) en los que el estado de ánimo y los niveles de actividad del enfermo están profundamente alterados, esta alteración consiste en una exaltación del estado de ánimo y un aumento en la vitalidad y del nivel de actividad (manías), y en otras en una disminución del estado de ánimo y un descenso de la vitalidad (depresión). Se estima que en México alrededor de 3 millones de personas podrían sufrir este trastorno a lo largo de su vida y si no se trata puede repercutir, tanto en la esfera familiar y social como en la laboral. El trastorno afecta especialmente en los últimos años de la adolescencia o en los primeros de la edad adulta. La prevención de las recaídas en las fases maníacas o depresivas es fundamental para su mejoría. Durante la recaída en manía o depresión, los pacientes experimentan interrupciones en sus actividades cotidianas e incluso registrar tendencias suicidas. Entre el 25 al 50% de los pacientes han intentado suicidarse al menos una vez y uno de cada 4 o 5 sin tratamiento lo han logrado.
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La frecuencia del síndrome mielodisplásico o mielodisplasia ha aumentado en los últimos años. Es una enfermedad cuyos principales factores de riesgo son envejecimiento, exposición a sustancias tóxicas (pesticidas, empresa petrolífica o petroquímica y fertilizantes) además pacientes que han sido expuestos a quimioterapia por otro tipo de cáncer. La enfermedad es rara en menores de 40 años (2-3 personas la padecen por cada 100 mil), pero pasando los 60-70 años, su frecuencia es de 20-50 por cada 100 mil, indica el Dr. Guillermo García Manero, director de la Clínica de Síndromes Mielodisplásicos del Hospital MD Anderson de Houston, Texas. Por mucho tiempo se creía que la enfermedad provocaba leucemia mieloide aguda; sin embargo, en los últimos 10 años la medicina ha vivido una revolución en cuanto al entendimiento del padecimiento, y actualmente se sabe que sólo del 10 a 15% de los pacientes que lo padecen desarrollan leucemia. Pero hoy surge una esperanza de vida para estos enfermos: Vidaza es el primer medicamento que aumenta la supervivencia hasta en un 50%.
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Los riñones ayudan a limpiar la sangre y eliminar los desechos de la misma; regulan el agua en el organismo; mantienen el equilibrio de sustancias químicas en la sangre, secretan hormonas como la eritropoyetina (producción de glóbulos rojos) y la renina (controlar las sales en el cuerpo y la presión arterial). El problema es cuando sobreviene la insuficiencia renal crónica, que es la pérdida irreversible durante más de tres meses consecutivos de la función de los riñones. Este padecimiento es la décima causa de muerte en México. La incidencia anual de la enfermedad es de, al menos, 40 mil nuevos casos. Uno de cada 10 mexicanos padece algún grado de afección renal. Las dos causas principales de la IRC son la diabetes mellitus y la hipertensión arterial. Se calcula que en México, 6.4 millones de adultos padecen diabetes mellitus y 22.4 millones de personas mayores de 20 años, viven con hipertensión arterial. Actualmente, más de 129 mil pacientes requieren de un tratamiento sustitutivo renal (hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante renal) para mantenerse con vida. ¡A cuidar esos riñones!