Receso político
Ramón Zurita Sahagún martes 15, Abr 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La Semana Santa son días de guardar en los pueblos católicos, ya que son fechas aciagas en que Jesús es sometido a juicio y condenado a la crucifixión.
Es tiempo de reflexión, aunque para los políticos, que tal vez no son demasiado religiosos, sirven para descansar de los ajetreos normales, situación que también es aprovechada por la burocracia.
Diputados y senadores fueron los primeros en posponer las discusiones sobre temas prioritarios, ya que, tal vez, luego tendrán tiempo para reponer los días de descanso o, incluso, posponer las discusiones sobre las leyes secundarias de las reformas estructurales.
Es cierto que los tiempos para discutir y en su caso aprobar o rechazar los dictámenes de leyes secundarias son cortos, ya que el Congreso termina su período ordinario de sesiones el 30 de abril, pero ya tendrán tiempo de irse a un período extraordinario o alargar el reloj legislativo, al fin que en otras ocasiones ha sido uno de sus recursos.
Para diputados y senadores no corre prisa, ni tienen que tomar las cosas con tanto apego o preocupación, el trabajo se sacará en su momento, para qué impacientarse, si todavía tienen nueve días para discutir los temas importantes, a su regreso de vacaciones. Los diputados y senadores siempre han sido previsores y tiene sus tiempos medidos, en los que se consideran los sagrados días de descanso.
Son muchos los pendientes que existen en el Congreso, pero para eso desahogan los temas entre senadores y diputados, unos discuten uno de los temas que, posteriormente, lo envían a la otra cámara.
Regresando de las vacaciones ya se priorizarán cada uno de los temas a discutir y el cotarro político se alegrará con las campañas de quienes buscan la presidencia de uno de los dos partidos que elegirán a su dirigente nacional en los próximos meses.
Primero, van los panistas a las urnas el 18 de mayo, en una elección abierta, la primera en su historia, donde los militantes en uso de sus derechos podrán votar por uno de los dos candidatos.
Como se aprecian las cosas, hasta ahora, Gustavo E. Madero Muñoz se encamina hacia una probable victoria, con lo que sumaría un nuevo período a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional de la que se separó para buscar la reelección.
Las campañas de los dos candidatos (Gustavo E. Madero Muñoz y Ernesto Cordero Arroyo) no han logrado levantar el interés de la militancia, aunque los actos públicos del presidente con licencia son bastante más concurridos que los del senador con licencia.
En la disputa por el control del partido no se juega solamente la presidencia del partido y los cargos dentro del Comité Ejecutivo Nacional, ya que van implícitas las candidaturas a los cargos de elección popular, cuyos comicios se desarrollarán el año próximo. Son nueve gubernaturas en juego y 300 diputaciones federales de mayoría, además de 200 de representación proporcional y 66 diputaciones locales en el Distrito Federal, entre otros cargos.
Además de ello, se disputarán importantes posiciones en varios estados, algunos de ellos con elección en los tres niveles, gubernatura, presidencias municipales y Congreso, mientras que en otras solamente irán dos o, incluso, una.
Para los panistas, la elección del 2015 servirá para saber si ya curaron las heridas del pasado reciente y si la elección de su dirigente nacional no les dejó saldo negativo.
Saben que 2015 podría significar el inicio de la recomposición de sus bonos electorales, ya que se encuentran en juego algunas gubernaturas a las que podrían tener acceso, si es que marchan unidos y con buenos candidatos hacia esos comicios.
Cuatro de esas nueve entidades se encuentran dentro del presupuesto panista, ya que consideran que las condiciones son adecuadas para recibir el respaldo ciudadano en las urnas.
De esas cuatro, solamente gobiernan una de ellas, Sonora, donde el trabajo del gobernador Guillermo Padrés Elías ha sido sumamente insípido, pero calculan que la población mantiene vivo el reproche al gobierno priísta de Eduardo (Robinson) Bours Castelo por los sucesos de la guardería en que murieron más de 40 niños.
En 2009, el PRI se enfilaba para una victoria más en Sonora, con todo y su anodino candidato, pero el incendio de la guardería ABC en Hermosillo, provocó reflexión del voto, ante la poca atención puesta por la administración estatal del priísta Bours Castelo.
Nuevo León es una entidad en que los yerros del pésimo gobierno de Rodrigo Medina de la Cruz pusieron en bandeja la oportunidad para que los panistas reconquisten una plaza que gobernaron en el pasado con Fernando Canales Clariond y el interino Fernando Elizondo.
La situación es que este último renunció al PAN y podría ser una piedra en el zapato que restara votos a quien resulte candidat(a) o de Acción Nacional. Querétaro es un estado que los panistas administraron por 12 años, con buenos resultados y donde la presencia de la derecha se mantiene.
Ignacio Loyola Vera y Francisco Garrido mantuvieron la entidad bajo el dominio panista, aunque terminó su hegemonía cuando el priísta José Eduardo Calzada Rovirosa ganó la elección del 2009, para que el territorio regresara a la hegemonía tricolor. Otra entidad en la que Acción Nacional buscará capitalizar los errores de la presente administración es Michoacán, estado sometido por la federación y en que el gobernador Fausto Vallejo Figueroa es solamente una figura decorativa.
Los panistas cuentan con varias cartas importantes para disputar la elección, aunque se corre el riesgo de que el partido se fracture localmente, si es que una de sus figuras se empecina en ser candidato.