Oídos sordos
¬ Augusto Corro viernes 11, Abr 2014Punto por punto
Augusto Corro
Las instancias legales, políticas y diplomáticas no fueron suficientes para detener la ejecución, con inyección letal, del mexicano Ramiro Hernández, de 45 años, en una cárcel texana.
La historia vuelve a repetirse y las autoridades de Texas, como robots, cumplieron con los mandatos de sus leyes.
Hernández Llamas fue acusado y juzgado por la muerte de un profesor estadunidense y la violación de su esposa.
El mexicano estuvo en el “corredor de la muerte” 14 años.
Por fin, el miércoles pasado se cumplió su ciclo vital al aplicársele la pena capital, calificada de abominable e inhumana.
El derecho a la vida es pisoteado por las autoridades estadunidenses, sin reflexionar que con sus leyes fatales se colocan fuera de la civilización. El proceso penal de Hernández Llamas estuvo viciado desde un principio, porque los estudios que le practicaron dieron como resultado que se trataba de una persona con retraso mental.
Por lo tanto, el juicio debía tener otras características. No ocurrió. El mexicano fue juzgado sin consideración alguna.
Las autoridades texanas tampoco hicieron caso a la orden de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para revisar los casos de 51 mexicanos condenados a muerte, “al considerarse probado que se violó su derecho a asistencia consular garantizado por la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares”. El fallo es conocido como el caso “Avena”.
Por otra parte, los defensores de derechos humanos tendrán que buscar fórmulas nuevas para convencer a las autoridades estadunidenses que la aplicación de la pena de muerte es propia de gobiernos anclados en el pasado y en las dictaduras. El caso de la justicia sorda, como ocurrió con Hernández Llamas, se repetirá, irremediablemente. El clamor de clemencia no fue escuchado por las autoridades texanas.
La Comisión Internacional de los Derechos Humanos (CIDH) y Amnistía Internacional se vieron rebasadas por funcionarios extremistas y leyes obsoletas.
¿Se podrá hacer algo contra la cerrazón de las autoridades estadunidenses? ¿Habrá que esperar pasivamente la próxima ejecución de otro mexicano?
RENOVARSE O MORIR
En el PRI-DF, Laura Arellano se desempeñará como su presidenta. Sustituye a Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, quien tiene problemas con la justicia. Como se señaló en su momento, Gutiérrez de la Torre, periodistas de MVS descubrieron que el funcionario estaba vinculado con una red de prostitución. Y precisamente, ahora se espera la reacción de las autoridades locales y federales. Sin embargo, el problema real se presenta en el PRI-DF que ha estado abandonado hace varios sexenios. Se podría decir que los priístas dejaron la plaza en manos de los perredistas, que no tienen ningún interés en soltarla. Como se sabe, el próximo año se llevarán a cabo los elecciones intermedias y el PRI-DF no da muestras de prepararse para la lucha que viene.
¿Tendrá la nueva presidenta la capacidad para echar andar esa gran maquinaria de electores abandonada a suerte hace varios sexenios? Esta es la interrogante que se plantea con la llegada de Laura Arellano.
EL DRAMA DE
LOS ASPIRANTES
Cada año se presenta el drama de los aspirantes a ocupar un lugar en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Esta vez, de 126 mil 683 aspirantes, sólo 11 mil 384 consiguieron un espacio en las aulas de la UNAM.
Ante esa situación, quienes no lograron el acceso a la máxima casa de estudios tendrán que dedicarse a trabajar o buscar un sitio en alguna universidad privada.
En el caso del empleo, los jóvenes tienen pocas oportunidades, porque no hay trabajo. Se verán obligados a recurrir al empleo informal que se nutre de productos piratas. El gobierno deberá entender que es necesario incrementar el número de universidades para dar cabida a los miles de estudiantes, que de una manera u otra, se sienten frustrados.
Por cierto, entre otras de las herencias que dejó el sexenio calderonista, es aquella que se refiere a más de 7 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan, los llamados “ninis”.
Sin lugar a dudas, en el Congreso están obligados a buscar una solución a ese problema de la falta de aulas en las escuelas de enseñanza superior.
Siempre se estará a tiempo de atender las demandas de una población que tiene a miles de jóvenes con posibilidades de un mejor destino, propiciado por una carrera universitaria.
Feliz fin de semana.