Joel, como Pedro
Ramón Zurita Sahagún jueves 10, Abr 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Tres veces negó Pedro a Jesús antes que cantara el gallo, con todo y que a él le debía y le debió parte de su historia y su trascendencia.
Desde entonces, el negar a su maestro se convirtió en una tradición, principalmente en los medios políticos nacionales.
Eso sucede ahora con Joel Ortega Cuevas, el flamante director del Metro de la ciudad de México, quien se deslinda de lo que sucede con la Línea 12 y aprovecha para hacerlo también de Marcelo Ebrard Casaubon, su protector y guía durante varios lustros.
Joel era un aprendiz de político, simpatizante del Partido Popular Socialista, quien abrevaba del tema con un diputado priísta, ahora converso al perredismo, quien presidía la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados en la LIII Legislatura. José Eduardo Beltrán se convirtió en presidente de dicha comisión a solicitud de licencia de Miguel Ángel Barberena, candidato al gobierno de Aguascalientes y con él ascendió a secretario técnico su antiguo secretario particular, Ortega Cuevas.
Con el cambio de gobierno y la llegada de Manuel Camacho Solís al DDF, Marcelo Ebrard se convirtió en su operador político y cobijó a Joel, luego que Beltrán no pudo ser candidato al gobierno de Tabasco.
Desde entonces, Marcelo y Joel hicieron mancuerna, caminando juntos en todos los cargos públicos por los que pasaba Marcelo. Cercanos al poder emanado del PRI, los dos personajes laboraron al lado de Manuel Camacho, siendo Marcelo el impulsor para que Joel alcanzara por vez primera la dirección general del Autotransporte Urbano del Distrito Federal.
El crecimiento de Marcelo iba a la par de las oportunidades políticas que recibía Joel, siempre unidos, marcharon por diversas posiciones del gobierno capitalino. Así, Joel alcanzó su máxima posición dentro del gobierno citadino, la Secretaría de Seguridad Pública, a la que llegó para suceder a Marcelo, luego de la destitución de Ebrard motivada por los linchamientos de Tláhuac. Joel fue ratificado al ascender Marcelo a jefe de gobierno capitalino y desde ahí aspiraba a convertirse en el sucesor de Ebrard, pero en su camino se cruzaron los acontecimientos del “News Divine”.
Como responsables de esa tragedia fueron señalados el entonces secretario de Seguridad Pública, Joel Ortega y el procurador general de Justicia, Rodolfo Félix Cárdenas, siendo relevados de sus cargos, lo que dio un vuelco tremendo en la sucesión perredista y alejó un poco a Joel de Marcelo.
Se comprobó que los policías de la SSP-DF fueron los causantes del caos y se cortó el hilo por lo más delegado, para evitar que impactara en el jefe de gobierno. Ello no minó el ánimo de Ortega Cuevas, quien tres años después buscó la candidatura del sol azteca, pero sabedor de sus nulas posibilidades, prefirió aliarse con el hoy jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, obteniendo como recompensa el cargo que hoy detenta. Hoy, la oportunidad de cobrar viejos agravios a su antiguo mentor se le presentaron a Joel, quien se sintió desprotegido por Marcelo a su salida de Seguridad Pública.
La incierta situación de la Línea 12 y la presunción de malos manejos en su operación, son la oportunidad esperada por Joel Ortega para negar a su maestro y dejarlo inerme ante sus voraces perseguidores.
Cuenta el columnista Francisco Garfias que Joel llegó a la Cámara de Diputados para comparecer ante los legisladores de la comisión respectiva y endosarle la responsabilidad de los errores al anterior jefe de gobierno del Distrito Federal.
Solamente llegó a pasearse y repartir culpas al por mayor, especialmente para un Marcelo que se ve como los bofes del boxeo, todo apaleado.
De pronto, todo se derrumbó para el ex jefe de gobierno del Distrito Federal y sus aspiraciones quedaron hechas añicos.
Primero, se quedó rezagado en la posibilidad de competir por la candidatura presidencial de la izquierda, donde Andrés Manuel López Obrador lo superó por mucho en las encuestas definitorias.
Al término de su gestión, Ebrard aprovechó para descansar seis meses de la política y cuando mostró su interés en presidir al partido en que milita se dio cuenta del error cometido. Ya le habían comido el mandado y su candidatura se advertía sumamente endeble, pero además de ello, mantuvo una gran indecisión sobre el tema.
Marcelo se replegó cuando estalló el tema de la Línea12 del Metro, una de las grandes obras de la administración que encabezó. Errores en su trazo, la adquisición de trenes no adecuados para ella, más el extravío (por decir lo menos) de 489 millones de pesos, los que nadie ha justificado ni conoce el destino que se le dieron, son otros clavos que penden sobre el ataúd político de un Marcelo que se defiende como gato boca arriba, aunque son más los que prefieren deslindarse de él.
¿CUÁNTOS MÁS?
Un alcalde Guerrero y un ex diputado federal michoacano, son los más recientes políticos que han sido vinculados con las organizaciones criminales.
Feliciano Álvarez Mesino, presidente municipal de Cuetzala del Progreso, Guerrero, es quien presuntamente brindaba protección al cártel de “La Familia Michoacana” y quien está involucrado en al menos 15 secuestros cometidos en diferentes municipios de esa entidad.
José Trinidad Martínez Pasalagua, es el ex diputado michoacano detenido como parte de las investigaciones que se realizan sobre la eventual implicación de políticos de Michoacán con la organización criminal de “Los Caballeros Templarios”. Martínez Pasalagua, líder de la Comisión Reguladora del Transporte rinde su declaración, mientras se presume que existen otros políticos michoacanos que seguirán el mismo camino.