Río sonoro
Ramón Zurita Sahagún miércoles 9, Abr 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Dice el viejo refrán que cuando el río suena, es porque lleva agua, referencia que puede aplicarse en el caso de los comentarios y señalamientos que en voz alta se hacen sobre algunos políticos. La contundencia con la que el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, habló sobre las evidencias de las reuniones que Jesús Reyna García sostuvo con Servando Gómez (“La Tuta”), nos remontan a los señalamientos que con anterioridad se hicieron sobre el mismo tema.
Fueron variadas las voces que hablaron sobre esas eventuales reuniones, sin que nadie atendiera esas denuncias, que si bien no fueron presentadas ante la autoridad son las mismas que ahora pesan como presunción de culpabilidad del hoy arraigado.
Claro que la diferencia es que el propio titular de la PGR aseguró que cuentan con esas evidencias. Sin embargo, tocando solamente el caso de Michoacán, hay otros señalamientos que desde hace algún tiempo se vienen haciendo sobre otros personajes, supuestamente, vinculados con los grupos delincuenciales que pululan en la entidad.
Una de ellas señala a uno de los hijos del actual gobernador como una de las personas vinculadas a los grupos delictivos.
Fausto Vallejo Figueroa no se encuentra exento tampoco de algunos de esos señalamientos, aunque no se presentan pruebas de ello. La situación imperante en Michoacán y la atención que el gobierno federal ha puesto en esa entidad, muestra la necesidad de que los ojos del gobierno federal se posen en otros estados, donde la situación es, cuando menos, similar a la que opera en la tierra tarasca.
Con los resultados obtenidos, tan buenos que en menos de tres meses se capturó a varios de los principales mandos de “Los Caballeros Templarios” y se abatió a dos de los tres principales cabecillas de ese grupo, los habitantes de otras entidades demandan atención similar.
Quieren que se actúe a fondo, sin contemplaciones de ninguna clase, sin importar quien caiga o que ideología profesen.
La idea es que se atiendan las insistentes versiones que hablan sobre una eventual cohabitación entre los grupos delincuenciales y las autoridades, en algunos puntos del país, ya que la impunidad con que actúa el crimen organizado es patente.
Y es que distintas versiones señalan la omisión (lo menos) de las autoridades para combatir a los grupos delincuenciales, cuando en otros casos se trata de colusión.
Hasta el momento cada uno de los ex gobernadores del PRI que han sido procesados o que se encuentran sujetos a investigación o incluso encarcelados ha sido precedido de una serie de señalamientos sobre las irregularidades o delitos en que habrían incurrido.
Tardaron bastante las autoridades, pero finalmente atendieron esas versiones, las que resultaron ciertas, cuando menos para actuar en contra de esos personajes. Es cierto que se trata de delitos diferentes, pero en todos ellos siempre corrió la voz acerca de la comisión de ilícitos que finalmente se pudieron comprobar.
De los ex gobernadores priístas que cayeron en desgracia, el primero que fue vinculado con los grupos delincuenciales fue el de Quintana Roo, Mario Ernesto Villanueva Madrid.
Con Mario Ernesto sucedió lo mismo que pasa en la actualidad con Jesús Reyna García, aunque con sus diferencias.
Se tejió toda una leyenda sobre supuestas vinculaciones en materia de protección del entonces gobernador con los grupos delincuenciales que operaban en esa entidad.
Sin embargo, siempre se mantuvo la duda sobre si en realidad Villanueva Madrid estaba en contubernio con ellos o si se trató de una venganza política contra él, ya que mantenía rencillas con el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.
Villanueva Madrid se encuentra preso desde hace más de una docena de años e incluso fue extraditado por el gobierno estadounidense y recluido en una prisión de Nueva York. Con el gobierno de Tomás Yarrington Ruvalcaba se dio la explosión delincuencial en Tamaulipas.
La expansión de las organizaciones criminales fue sumamente notoria y una y otra vez se señaló al gobernador Yarrington como protector de las mismas.
El corrillo era frecuente y si bien no se mostraban pruebas de ello, la presencia de los grupos delincuenciales y su forma de operación eran una muestra palpable de su presencia y actuación. Pasaron los años y al término de su gestión, Yarrington aspiró a la candidatura presidencial del PRI, misma que no alcanzó como tampoco otras nominaciones que pretendía.
Finalmente, luego de que concluyó la administración siguiente, se encontraron evidencias que establecían supuestos nexos del ex gobernador de Tamaulipas con esos mismos grupos y hoy se encuentra prófugo.
Jorge Juan Torres López, que fue gobernador interino de Coahuila, en sustitución de Humberto Moreira Valdez, cuando éste vino a presidir el PRI nacional.
Hoy se encuentra prófugo de la justicia, bajo la acusación de “lavado” de dinero. La acusación viene de una corte texana, por una cuenta abierta en las Bahamas, en la que depositó más de 2 millones de dólares.
Andrés Rafael Granier Melo es otro de los casos más sonoros de corrupción en que el gobierno no atendía las menciones que se hacían una y otra vez sobre los abusos que se cometían durante su administración en Tabasco.
Hoy, el ex gobernador de Tabasco se encuentra recluido en una prisión del sur de la capital del país, a la espera de sentencia.
En cada uno de los casos de los ex gobernadores el río era demasiado sonoro y cantarino como para que no se escuchara que llevaba agua. Existen muchos otros casos de funcionarios y ex funcionarios de alto nivel, de los que se cuentan historias que valdría la pena que la autoridad investigara y actuara en consecuencia, si es que existe responsabilidad por parte de esos malos funcionarios o, en caso contrario, se detuvieran esos comentarios o menciones malsanas.