“Chuchos”, hasta atragantarse
¬ Juan Manuel Magaña martes 8, Abr 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
No podía ser de otra manera y “Los Chuchos” decidieron finalmente atragantarse con lo que les quede de poder dentro del PRD por algunos meses y quizá un par de años más. A mediano plazo, con ello habrán sellado su destino.
Durante el séptimo Pleno Extraordinario del Octavo Consejo Nacional del Partido de la Revolución Democrática, la burocracia mayoritaria que controlan acordó con 204 votos a favor y 77 en contra que sean los consejeros nacionales quienes definan al sucesor de Jesús Zambrano, los próximos 24 y 30 agosto.
Y esos consejeros nacionales son en su mayoría “Chuchos” que ahí han logrado enquistarse. Y con lo anterior, esa corriente o tribu perredista que se llama Nueva Izquierda, no sólo terminó por cerrarle la puerta a una candidatura de unidad que hubiese encabezado Cuauhtémoc Cárdenas, sino también a aspirantes como Carlos Sotelo y Marcelo Ebrard, pero sobre todo a la militancia.
En este aquelarre terminal, “Los Chuchos” serán apoyados apenas por “Los Amalios” (otra tribu convenenciera denominada Foro Nuevo Sol) y sentarán en la dirigencia a un personaje con poca significancia política como Carlos Navarrete y sólo tendrán por perspectiva la de repartirse los despojos de un partido que habrá de disolverse en su mediocridad como otros tantos partidos que así lo han hecho, entre ellos el Partido Socialista de los Trabajadores, que tan bien conocen y vieron extinguir “Los Chuchos”.
El próximo presidente del PRD tomaría protesta entre el 17 y 20 de septiembre de este año y se mantendrá hasta 2017 con la posibilidad de reelegirse. Es decir, tendría que pasar la prueba de fuego del 2015 bajo un fuerte repudio por el hecho de ser “Chucho”.
Sin embargo el dirigente Jesús Zambrano aseveró que el método de elección acordado beneficia al partido, “ésa es mi confianza, mi convicción. Yo voté a favor, yo no me voy a manifestar sino a favor de que el partido se consolide y lo haré a favor de que logremos tener un proceso electoral al que le demos todas las garantías, que se pueda ufanar de democrático y transparente y con respeto estricto a la legalidad interna. Se abre más el espacio para que podamos seguir dialogando y construir acuerdos”.
Qué podría decir “Chucho” Zambrano, alguien tan identificado como entreguista, junto con Jesús Ortega y Guadalupe Acosta Naranjo y todos los “Chuchos” restantes. ¿Democracia? Pues todos ellos dicen exigir una consulta popular para revertir la reforma energética, y al mismo tiempo, le cierran a la militancia perredista la posibilidad de elegir a su líder nacional.
Pero a querer o no, ahí viene el inminente registro como partido político del Morena, de Andrés Manuel López Obrador, un movimiento con espectacular ascenso que habrá de dejar atrás a un PRD decadente, desviado y corrompido, cuyos mejores días han quedado ya muy lejos. El ex candidato presidencial ha dejado en claro que Morena no será un partido sectario, “donde los dirigentes no permiten que lleguen otros que los puedan desplazar, nada más sus amigos”.
Se entiende la alusión.
Morena será un partido que albergará a todas las corrientes de pensamiento y participará en la elección de 2015 para diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, jefaturas delegacionales, diputaciones federales y gubernaturas en disputa. De hecho, López Obrador ya anunció que para celebrar el registro de su asociación como partido político, lo que prevé a más tardar a finales de mayo, convocará a un acto en el Zócalo y se entenderá, frente al naufragio del otro, porque habrá fiesta.